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Vol. 75/No. 45      12 de diciembre de 2011

 
China es blanco de
alianza EUA-Australia
(artículo principal)
 
POR RON PAULSEN  
SYDNEY, Australia—El presidente estadounidense Barack Obama usó una visita a Australia el 16 y 17 de noviembre para anunciar el fortalecimiento de los lazos militares entre la potencia imperialista mundial y Australia, su aliado imperialista clave en el suroeste del Pacífico desde hace mucho tiempo. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, una cantidad importante de tropas estadounidenses serán estacionadas en bases militares australianas en el norte y el oeste del país.

La visita de Obama a Australia tuvo lugar entre dos conferencias en Asia, en las que la participación de Washington puso de relieve la prioridad que atribuye a reforzar su dominio en la región como un contrapeso a la creciente influencia económica y militar de China.

Antes de ir a Australia, Obama fue anfitrión de la conferencia de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Hawai, en donde se logró avanzar hacia el establecimiento de un acuerdo de asociación comercial Trans-Pacífico que excluye a China, el mayor exportador del mundo. El pacto incluye a Australia, Brunei, Chile, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur, Vietnam y Estados Unidos.

El 19 de noviembre, Obama se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos que ha asistido a la Cumbre de Asia Oriental, una reunión de jefes de estado de 18 países. Obama promovió el recién concluido pacto militar de Washington con Australia. Bajo el epígrafe de “seguridad marítima”, busca obtener apoyo para las acciones militares agresivas de Washington contra China en el Pacífico aprovechando las disputas en el Mar Meridional de China entre Beijing, Vietnam, Filipinas, Indonesia, Malasia y otros países.

Esta postura militar agresiva subraya, en palabras de Obama, la alianza “indispensable” de Washington con el gobierno australiano. La alianza es fundamental para la reorientación de los imperialistas norteamericanos hacia Asia, la cual quedó a un lado en la última década debido a las guerras en Iraq y Afganistán. La alianza entre Estados Unidos y Australia se remonta a la Segunda Guerra Mundial, a través de la cual Washington estableció su dominio indiscutible de los mares del mundo, una hegemonía que, por primera vez, está siendo cuestionada en el Pacífico por parte de Beijing.

En una conferencia de prensa a su llegada a Canberra, la capital australiana, Obama estaba al lado de la primer ministra laborista Julia Gillard, mientras los dos anunciaron el “despliegue rotativo” permanente de marines estadounidenses cerca de Darwin comenzando el año próximo. Darwin, la ciudad más al norte de Australia, se encuentra a unos cuantos cientos de millas de Indonesia y unas 2 mil millas de Singapur y el Estrecho de Malaca, una de las rutas marítimas más importantes del mundo y vital para el comercio del Pacífico, el cual superó al del Atlántico desde hace dos décadas.

En cinco años, la base de Darwin albergará a 2 500 soldados, “una fuerza completa aire-tierra”, dijo Gillard. Los marines llevarán a cabo ejercicios conjuntos con tropas australianas, así como su entrenamiento propio con fuego real y anfibios en el norte tropical.

Ahora, más bombarderos, aviones de combate, de reabastecimiento de combustible, y aviones espía norteamericanos compartirán las bases de la fuerza aérea real australiana en el territorio norte, en Darwin y cerca de Katherine. Buques de guerra estadounidenses, portaaviones y submarinos, usarán cada vez más la base naval de la Armada Real Australiana cerca de Perth, Australia occidental, en el Océano Indico.

Un editorial del Diario del Pueblo, periódico oficial del Partido Comunista de China, advirtió que “si Australia utiliza sus bases militares para ayudar a Estados Unidos a perjudicar los intereses chinos, entonces Australia quedará atrapada en un fuego cruzado.”

El editorial dice que “la cooperación económica de Australia con China no representa ninguna amenaza para Estados Unidos, mientras que la alianza militar entre Australia y Estados Unidos sirve para oponerse a China”.  
 
 
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