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Vol. 76/No. 29      6 de agosto de 2012

 
PST traza camino obrero
al sumarse a luchas de los
trabajadores y a protestas sociales
Fortalecer partido en respuesta a crisis capitalista
y oportunidades para plantear curso hacia el poder obrero
(especial)
 
POR JOHN STUDER  
Junto al aparente caos de la actual crisis capitalista mundial y las “soluciones” falsas que ofrecen los políticos burgueses y los mal dirigentes de clase media de los trabajadores y los oprimidos, hay una voz clara que habla a favor de los intereses de la clase obrera en las elecciones del 2012 en Estados Unidos, dijo Jack Barnes en su charla de apertura de la Conferencia de Miembros del Partido Socialista de los Trabajadores celebrada del 21 al 23 de junio en Oberlin, Ohio. Barnes es el secretario nacional del partido.

Esa voz, dijo Barnes, es la campaña del Partido Socialista de los Trabajadores, y su fórmula presidencial de James Harris para presidente y Maura DeLuca para vicepresidente, así como los candidatos para cargos estatales y locales por todo el país.

Al terminar la conferencia, Harris y DeLuca comenzaron una gira que los está llevando a través de Estados Unidos. “Unase a nosotros, únase con nosotros! La campaña socialista, de los trabajadores y el movimiento obrero” —decía la pancarta en la última sesión del evento en Ohio, en la que se presentó la fórmula presidencial del PST para 2012.

Los candidatos socialistas están hombro a hombro con los trabajadores en lucha, hablando con ellos sobre las raíces de la crisis capitalista y de las guerras de Washington y el lanzamiento de ataques asesinos con drones desde Pakistán y Afganistán hasta Africa y otros lugares. Los candidatos y los partidarios de la campaña presentan un curso para los trabajadores y los sindicatos para fortalecer la solidaridad, para luchar por un programa masivo de obras públicas en respuesta al aumento del desempleo de larga duración, y para trazar un camino independiente hacia la lucha por el poder político por parte de la clase obrera.

“Gracias por asumir la tarea de asegurar que haya una voz para los millones de trabajadores que no están siendo escuchados”, dijo Buddy Howard en un mensaje a los candidatos socialistas leído en ese acto de clausura. Howard fue dirigente de la lucha de unos 240 sindicalistas que enfrentaron un cierre patronal en la planta de procesamiento de maíz de Roquette America en Keokuk, Iowa.

Miembros del PST, jóvenes socialistas y otros partidarios de la campaña están inscribiendo a trabajadores, agricultores y jóvenes para endorsar la fórmula socialista de 2012 de Harris y DeLuca.

La conferencia proyectó ampliar los logros sobre la base de las más de 2 400 suscripciones al Militante que se vendieron durante la campaña internacional de suscripciones que tuvo lugar en la primavera para incrementar el número de lectores del único periódico semanal que presenta una perspectiva obrera de la política mundial. Miembros del PST y jóvenes socialistas están vendiendo el periódico yendo de puerta en puerta y en las esquinas de los barrios obreros, incluyendo comunidades de trabajadores predominantemente negros, así como en las fábricas y otros centros de trabajo, en líneas de piquetes y en protestas sociales.

Ellos están ayudando a dar a conocer la verdad sobre las luchas, desde la manifestación de alrededor de 7 mil personas contra la policía de Nueva York y su hostigamiento a través de las operaciones de “detención y registro” (stop and frisk), que tuvo lugar el fin de semana previo a la conferencia socialista; hasta la lucha por más de 8 mil trabajadores en Nueva York contra el cierre patronal de Con Edison que comenzó la semana posterior a la conferencia; hasta las acciones a favor de la legalización incondicional de los trabajadores inmigrantes y en defensa del derecho de la mujer a optar por el aborto.

Construir un partido proletario

El fortalecimiento político de las ramas de un partido proletario capaz de llevar a cabo eficazmente tal curso —desde Los Angeles a Nueva York, desde Seattle hasta Omaha— estuvo al centro de la charla de apertura de la conferencia titulada “Lo que hemos logrado, hacia dónde vamos”, que Barnes presentó a los 325 miembros, partidarios y jóvenes socialistas presentes.

El deterioro de las condiciones actuales de los trabajadores no son el producto de averías en los bancos y los mercados financieros, dijo Barnes. Lo que están viviendo las generaciones actuales por primera vez en nuestras vidas es una profunda crisis de la producción capitalista, la rentabilidad y la contracción de la inversión para ampliar plantas, equipo y empleo.

A medida que los trabajadores responden a las consecuencias de esta crisis, los miembros del PST también están encontrando un mayor interés que en muchos años en leer libros y folletos que registran las lecciones de batallas pasadas de la clase trabajadora.

Entre las herramientas esenciales que los trabajadores y jóvenes socialistas están utilizando al hacer campaña, se incluyen ofertas especiales de dos títulos de Barnes: Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero, y La clase trabajadora y la transformación de la educación: El fraude de la reforma educativa bajo el capitalismo con una suscripción al Militante. A partir de la conferencia de junio 21 a 23 se ha añadido el nuevo libro Las mujeres en Cuba: Haciendo una revolución dentro de la revolución de Vilma Espín, Asela de los Santos y Yolanda Ferrer.

Espacio para la política en el mundo

Tanto la crisis capitalista como la resistencia de los trabajadores tienen un alcance mundial. El espacio para practicar la política obrera está abriéndose desde Europa, a partes crecientes de Asia, el Pacífico y el Oriente Medio —desde la llamada “primavera árabe” y las protestas masivas en Israel durante el año pasado, hasta la creciente circulación de literatura revolucionaria en Irán.

Incrementar el alcance del movimiento comunista para aprovechar estas oportunidades fue el tema central de la otra charla de la conferencia, “Empezando con el mundo: El trabajo práctico del partido”, presentado por Mary-Alice Waters, miembro del Comité Nacional del Partido Socialista de los Trabajadores. Waters describió las oportunidades para ofrecer el Militante y los libros publicados y distribuidos por la editorial Pathfinder —y las traducciones de los mismos en más y más idiomas— a obreros, agricultores y jóvenes desde las Américas a China, Irán, Indonesia y Sri Lanka.

Crisis de la producción capitalista

Bajo el capitalismo la historia se mueve como un mendigo borracho montado a caballo, dijo Barnes. Tendencias inherentes a la producción capitalista producen y reproducen las crisis, dijo, pero no hay nada predecible sobre su curso.

La crisis actual de producción y de acumulación de capital se extenderá y profundizará en los próximos años y décadas. Los dueños del capital, los gobiernos y los políticos, sus universidades, los centros de expertos financieros y los comentaristas de la prensa no están preparados para lo que enfrentan, dijo Barnes. Viven negando la realidad.

No importa quién sea elegido presidente en 2012, la contracción global de la producción, el comercio y el empleo van a continuar. La crisis social se profundizará. Ningún rumbo de la política burguesa o manipulaciones financieras pueden cambiar esto. Los gobernantes acaudalados están incrementando sus ataques contra nuestras condiciones de vida y de trabajo, nuestra capacidad para mantener un trabajo, nuestros sindicatos y nuestra dignidad humana básica.

Barnes llamó la atención a un estudio reciente, ampliamente difundido por el Banco de Reserva Federal que describe una caída de casi el 50 por ciento en lo que llama la riqueza promedio de la familia (o su “valor neto”) desde el año 2007. Pero los trabajadores no tienen riqueza, dijo. Si la tuviéramos, podríamos mantenernos a nosotros mismos y a nuestras familias con nuestros dividendos e intereses, en lugar de tener que vender nuestra fuerza de trabajo a un patrón a cambio de un salario —¡y entonces no habría clase obrera!

La ilusión de que los trabajadores poseemos riqueza es una de las muchas maneras con las que los gobernantes capitalistas buscan debilitar la conciencia obrera, dijo Barnes. Nos quieren persuadir de que si nosotros nos hacemos “dueños de una casa”, nosotros también tenemos “valores en juego” para preservar las relaciones sociales capitalistas, al igual que los patrones que nos contratan, nos despiden, y que sí se enriquecen del valor que producimos con nuestro trabajo. O quieren que creamos que los impuestos sobre nuestros salarios que pagamos a la Seguridad Social, o las deducciones salariales equivalentes para una pensión privada, están bajo llave en un cofre donde están a salvo y acumulan interés para más adelante en nuestra vida cuando necesitamos esos fondos.

Es por eso que cuando los trabajadores con conciencia de clase escuchan la pregunta, “¿Cuánto vales?” el símbolo de dólares no corre por nuestra mente, dijo Barnes. Para nosotros, añadió, “valor” significa la capacidad de los trabajadores, luchando juntos, para fortalecer nuestra disciplina y transformarnos a nosotros mismos a través de la batalla.

Global en alcance y resistencia

Las familias gobernantes norteamericanas han tenido mas éxito en exprimir ganancias del trabajo del pueblo trabajador, más que sus rivales imperialistas en Europa y el Pacífico, y aún más que los capitalistas y terratenientes en partes del mundo semicolonial. Tanto así, que algunos trabajos de manufactura en el extranjero han empezado a “regresar” a Estados Unidos —usando el lenguaje fetichista de los patrones, dijo Barnes— además de “regresar de nuevo al Norte” de los llamados estados con el “derecho a trabajar” en el sur de Estados Unidos.

La crisis económica y social actual es más global que la de los años 20 y 30, cuando la inmensa mayoría de los trabajadores en Asia, Africa y América Latina vivían de la agricultura de subsistencia y en gran parte fuera del mercado capitalista. Hoy en día el pueblo trabajador en China, India y a través del mundo colonial están incorporados a la producción capitalista —en fábricas, así también como en la tierra— y son actores en la resistencia y las batallas de clase que empiezan a ocurrir.

Es más, dijo Barnes, hay evidencia creciente de una deceleración aguda en la producción y el comercio en China, la cual en algunos círculos burgueses se ha considerado como un “motor de crecimiento” que ellos esperan pueda sacar a todo el mundo de la crisis. Esa ilusión se ha empezado a quebrantar. Lejos de ser una salida a la crisis, la masiva migración de campesinos a las ciudades y trabajos de fábrica en China en las décadas recientes, y la rápida acumulación (y exportacion) de capital —se han convertido en una nueva fuente de contradicciones de clase y luchas tanto en China como en el mundo.

Disminuye el papel de Europa

Se está desmoronando la esperanza de las familias gobernantes imperialistas a través de Europa de que la Unión Europea les posibilitaría competir exitosamente contra el capital financiero estadounidense y presentar un reto en los mercados mundiales a la dominación del dólar —y a la base económica e industrial, poder del estado y capacidad militar que lo defiende. Bajo la presión de la crisis mundial del capitalismo, la Unión Europea, un llamado mercado común sin ninguna posibilidad de un estado común, se está hundiendo por los intereses de clase en conflicto entre las clases explotadoras fuertes y las débiles que lo forman: las de Alemania, Francia y el Reino Unido, por un lado y las de Grecia, España, Portugal, Irlanda y otras partes por el otro.

Es por eso que los individuos y gobiernos ricos de todo el mundo están comprando bonos del Tesoro de Estados Unidos a pesar de las históricamente bajas tasas de interés que pagan. En un mundo capitalista inestable, para las clases explotadoras no hay ningún lugar más seguro para estacionar su capital, definitivamente no en ningún lugar en Europa, incluyendo Alemania.

Las interconexiones del capitalismo significan que los temblores en cualquier parte sacuden todas las esquinas de la tierra.

Nunca en la historia moderna han estado las potencias imperialistas europeas menos listas para luchar y ganar guerras para defender sus intereses de clase, observó Barnes. No solo los gabinetes en Inglaterra y Francia están realizando profundos recortes en tropas y armas sino que también lo está haciendo el gobierno alemán, el cual desde su derrota en la Segunda Guerra Mundial nunca ha tenido fuerzas armadas sustanciales. Aún durante las operaciones de 2011 para terminar con el régimen de Gadafi en Libia, supuestamente realizadas en gran parte por aviones y barcos del Reino Unido y Francia, las operaciones dependieron totalmente de reconocimiento aéreo, combustible y armamentos estadounidenses, y de observadores secretos de fuerzas especiales en el terreno.

A pesar de que tan fuerte sea la producción y el comercio de los gobernantes imperialistas alemanes en comparación a todos excepto unos cuantos de sus rivales en Europa, están muy lejos de poseer algo que se acerque a un poder militar parecido. Berlín nunca tendrá un peso estratégico en la política mundial, incluyendo en Europa.

Cada vez más, para los gobernantes imperialistas en Washington, dijo Barnes, los aliados militares más importantes hoy en día no están en Europa, sino en Israel, Turquía, Arabia Saudita y Egipto. En Asia, donde el gobierno estadounidense está cambiando sus recursos militares para contener a China y continuar el dominio del Pacífico que ha tenido desde la Segunda Guerra Mundial, Washington está buscando aliados en los gobernantes capitalistas en Australia y países más pequeños de la región.

Las elecciones en Grecia, Francia y otras partes en Europa son cada día menos importantes en determinar qué ocurrirá, dijo Barnes. No cambian nada, ya que no hay nada que algún gobierno, partido o político burgués puede hacer para retroceder la crisis o detener los golpes más fuertes que están siendo asestados al pueblo trabajador.

La tendencia en la política parlamentaria en Europa estos días es hacia la izquierda burguesa. Esto se ve reflejado en las victorias electorales del Partido Socialista en Francia y el surgimiento en Grecia de Syriza —la auto proclamada Coalición de la Izquierda Radical— como un grupo con gran impacto. Después de solo una cuantas semanas de asumir el mando, el nuevo presidente de Francia, François Hollande, del Partido Socialista, ya estaba tomando medidas para llevar a cabo los planes antiobreros de los capitalistas.

A pesar de los reportajes alarmistas en los medios burgueses, los cuales son repetidos por muchos radicales de clase media en Europa y en Estados Unidos, no hay una creciente amenaza fascista. Dada la maldirigencia colaboracionista de clase del movimiento obrero en Europa, y la falta de cualquier oposición seria al dominio burgués en cualquier parte del continente, ninguna clase gobernante tiene razón alguna para acudir a fuerzas fascistas para tratar de destruir las organizaciones obreras. De hecho, dijo Barnes, grandes partidos de ultraderecha como el Frente Nacional en Francia están tratando de deshacerse de sus antiguos símbolos tipo fascista para ampliar su atracción parlamentaria.

Las clases dominantes más débiles de Europa siguen siendo víctimas de las más fuertes. La crisis del euro continúa, pero no es fácil para los gobernantes rivales resolverla y divisiones más amplias ocurrirán en el futuro. Independientemente de que gobierno este en el poder y que política burguesa apliquen, los trabajadores son los que terminan en el paredón.

Continuará la próxima semana

 
 
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