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Vol. 77/No. 1      14 de enero de 2013

 
(portada)
Unión de obreros portuarios
suspende conato de huelga
Patrones aceptan posponer ciertas concesiones

AP photo/Steve Senne
Cargan un contenedor a un camión en el puerto de Boston, el 18 de diciembre. Los patrones quieren deshacerse del pago extra en base al peso del contenedor, lo cual la unión ganó en el pasado.

POR NAOMI CRAINE
Y TOM BAUMANN
 
MIAMI—El 28 de diciembre el sindicato de trabajadores portuarios ILA aceptó una prórroga de su contrato por un mes, en vísperas de la fecha señalada para una huelga que podría haber cerrado 14 puertos desde el estado de Maine hasta el de Texas. El presidente de ILA Harold Daggett dijo que la unión había llegado a un acuerdo con los patrones en uno de los puntos clave de las negociaciones.

El contrato principal, que cubre a 14 500 trabajadores en las costas del Atlántico y el Golfo, expiró el 30 de septiembre. Los portuarios siguieron trabajando y las negociaciones continuaron con la participación de un mediador federal bajo una extensión anterior de 90 días.

Uno de los conflictos centrales ha sido sobre la demanda de los patrones de limitar las regalías que los trabajadores reciben por cada contenedor que mueven, que ahora se pagan en base a su peso.

Antes de la introducción de contenedores especializados que pueden ser directamente subidos y bajados de los buques, camiones y trenes sin sacar su contenido, los bienes se trasladaban sueltos o en cajas, sacos y barriles. Después de la introducción de los nuevos contenedores el número de trabajadores portuarios se redujo en más de dos tercios de 1952 a 1972. Durante el mismo período el envío mundial de mercancía aumentó en más del 600 por ciento.

En el Puerto de Nueva York y Nueva Jersey, el puerto más activo de la costa este, hay hoy 3 500 trabajadores portuarios, mucho menos que los 35 mil que había en los años 60.

Según una declaración de la ILA del 20 de diciembre, las regalías se pagan a 4.85 dólares por cada tonelada de carga en el contenedor. Los miembros del sindicato que trabajan un número mínimo de horas cada año reciben parte de las regalías como suplemento salarial; otra parte se paga al fondo de salud del sindicato.

Los patrones exigían limitar las regalías a los niveles de 2011. El comunicado del sindicato dice que el objetivo ulterior de los patrones es deshacerse de los pagos por completo.

Muchos trabajadores creen que la insistencia de los patrones en limitar estos pagos tiene que ver con la expansión anticipada del Canal de Panamá en 2015, lo que significaría un aumento en el tonelaje que pasa por los puertos de contenedores.

“Creo que una vez que la extensión del Canal de Panamá empiece, las regalías van a aumentar, cuando más carga llegue a los puertos del este”, dijo al Militante Perry Myers, miembro del Local 1526 de la ILA en Fort Lauderdale. “De eso se trata”.

Antes de la extensión del contrato, el presidente de la ILA Harold Daggett envió una carta a los locales del sindicato dándoles instrucciones para prepararse para una huelga con excepción de alimentos que pueden perecer, carga militar y correo.

Al anunciar la prórroga del contrato, la cual termina el 6 de febrero, Daggett dijo que en principio se había alcanzado un acuerdo con los patrones sobre las regalías y que las negociaciones continuaban sobre otras cuestiones pendientes, incluyendo los salarios y los pagos al fondo de salud.

Ken Reney, miembro del local 1416 del ILA en Miami por 13 años, dijo al Militante afuera de la sala de contratación de la ILA en Miami el 29 de diciembre, y dijo que estaba a favor de salir en huelga si no se llega a un acuerdo, porque “se tiene que hacer algo”. Dijo, “Ellos no dejan de presionar. Cuando la economía está abajo, esas empresas no pierden”.

En las semanas previas a la fecha limite, una avalancha de artículos en la prensa capitalista pintó a los trabajadores portuarios como codiciosos y corruptos, cuyas acciones podrían llevar a arruinar la economía si se iban a la huelga.

“No se trata de empleos. No se trata de la seguridad. No se trata de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores portuarios”, dijo Michelle Malkin una escritora conservadora en una columna nacional el 21 de diciembre. Ella afirmó que “los miembros del ILA [ganan] un promedio de más de 124 mil dólares al año en salarios y beneficios”.

“Si fuera así, el gobierno debería de venir por mí por evadir impuestos”, dijo Myers riendo.

“Recuerde quién paga a los medios de comunicación —la gente con dinero”, dijo David McDowell, miembro del ILA, que también habló con el Militante fuera de la sala de contratación en Fort Lauderdale. “El periódico sugiere que nosotros trabajamos a sueldo, pero no es así. A veces tengo una buena semana y trabajo 40 horas o más; otras veces menos de 32 horas”, dijo McDowell, quien tiene siete años de antigüedad.

Según el New York Times del 26 de diciembre, “La amenaza de huelga alarmó tanto a las corporaciones que más de 100 grupos empresariales escribieron al presidente Obama pidiéndole que invoque sus poderes de emergencia” para imponer un acuerdo, y señalaron que “a pesar de su pequeño número, los portuarios de la costa tienen demasiada influencia” y “no pueden ser reemplazados fácilmente”.

El gobernador de Florida Rick Scott instó a Obama a invocar la ley Taft-Hartley, una ley antisindical de 1947 que permite al presidente ordenar a los huelguistas que vuelvan al trabajo para un período de “enfriamiento” e imponer una mediación federal.
 
 
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