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Vol. 77/No. 6      18 de febrero de 2013

 
(portada)
Egipto: 2 años tras caída de Mubarak,
trabajadores siguen lucha por derechos

AP photo
Protesta y funeral el 28 de enero en Puerto Said por muertos en protestas antigubernamentales.
 
POR SETH GALINSKY  
Dos años después de la destitución del dictador egipcio Hosni Mubarak y casi ocho meses después de que el dirigente de la Hermandad Musulmana Mohammed Morsi fuera elegido presidente, los gobernantes capitalistas aún no han podido cerrar el espacio político que ganaron los trabajadores con el derrocamiento de Mubarak.

Miles se manifestaron en la Plaza Tahrir el 25 de enero como parte de las protestas que tuvieron lugar a nivel nacional contra Morsi y la Hermandad, el partido capitalista más grande de Egipto, y en contra de las recientes medidas para restringir los derechos democráticos, laborales y políticos. Al día siguiente se anunció el veredicto en lo que se conoce como la Masacre del Estadio de Puerto Said, lo que provocó más protestas, especialmente en las ciudades que se encuentran a lo largo del Canal de Suez, incluyendo Puerto Said, Ismailia y Suez.

El juicio resultó de la muerte de al menos 72 personas, en su mayoría “Ultras” —partidarios de Al-Ahly, el equipo de fútbol de El Cairo— después de un partido contra Al-Masry, el equipo de Puerto Said, el 1 de febrero de 2012. Los Ultras jugaron un papel importante en las protestas contra Mubarak. La corte penal de Puerto Said declaró culpables de asesinato a 21 partidarios de Al-Masry y los condenó a pena de muerte.

Muchos en Puerto Said ven al juicio como un caso amañado y dicen que las muertes fueron principalmente resultado de la negligencia de la policía. Alegan que policías apagaron las luces y cerraron las puertas cuando empezó la pelea. Algunos participantes dicen que el incidente fue iniciado por provocadores.

El 27 de enero Morsi declaró un estado de emergencia por 30 días en tres de las ciudades a lo largo del canal con un toque de queda a partir de las 9 p.m. Con lo que la revista Time describió como “gusto rebelde”, los residentes programaron las próximas protestas para comenzar a las 8:45 p.m. Los soldados del ejército que fueron enviados para mantener el orden ni siquiera trataron de hacer cumplir el toque de queda.

Para el 29 de enero, 50 personas habían muero en enfrentamientos con la policía, según el Financial Times de Londres, principalmente en Puerto Said.

El jefe del ejército, el general Abdel Fattah al-Sisi, advirtió que “el conflicto continuo entre las fuerzas políticas y sus diferencias sobre la administración del país podrían resultar en el colapso del estado”. El ejército es “el bloque sólido y cohesivo, y un fuerte pilar” del estado, agregó.

Los líderes del Frente de Salvación Nacional, que está dominado por partidos de la oposición burguesa, al igual que Morsi, han hecho un llamado a un dialogo para poner fin a las confrontaciones. Reconociendo que el poder decisivo está en manos del ejercito, el frente hizo un llamado para que el alto mando participe en cualquier negociación.

“La situación económica es muy grave”, dijo Gamul Abu’l Oula, director del Centro de Sindicatos Industriales y Servicios de Trabajadores en Mahalla el Kubra, en una entrevista por teléfono. “En Mahalla, un centro industrial importante, la mitad de las fabricas están cerradas”.

“No es posible negociar con este gobierno. Ellos solo quieren negociar el fin de la revolución”, dijo desde El Cairo Fatma Ramadan, miembro del consejo directivo de la Federación Egipcia de Sindicatos Independientes. “Nosotros decimos, ¿dónde están todas las reformas prometidas?”

Georges Mehrabian de Atenas, Grecia, contribuyó a este artículo.  
 
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