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Vol. 77/No. 11      25 de marzo de 2011

 


(artículo principal)
Recortes del gobierno hacen que
obreros paguen por crisis
Parte de la reacción de los gobernantes a
contracción capitalista

La fuerte caída de los gastos capitales en EE.UU. como porcentaje del producto interno bruto refleja la reducción de la inversión en edificios y maquinaria nuevos para expandir la producción y el empleo. Los recortes del gobierno y los aumentos tributarios son parte de la reacción de los gobernantes a las crisis financieras y fiscales precipitadas por la contracción capitalista mundial en la producción, el comercio y los empleos.
 
POR BRIAN WILLIAMS 
El llamado secuestro del presupuesto que resulta en el recorte de 85 mil millones de dólares en gastos federales entró en vigor el 1 de marzo. Este es el inicio de un plan de 10 años para reducir en 1.2 billones de dólares el gasto público, un curso que el Congreso puso en marcha en 2011.

Los recortes “automáticos” del presupuesto se dan apenas pocos meses después de que el gobierno aumentó los impuestos a los salarios de 4.2 a 6.2 por ciento, el nivel que tenían antes de 2011, una medida que afecta profundamente de manera especial los ingresos de los trabajadores. Mientras tanto, los recortes en los servicios sociales y otras cosas que perjudican principalmente a los trabajadores también se están implementando a nivel estatal y local por todo el país.

La “crisis fiscal” de los capitalistas, al igual que sus crisis bancarias y financieras, son consecuencia de la contracción en la producción, el empleo y el comercio a nivel mundial y son resultado del funcionamiento normal del capitalismo. A pesar de tasas de interés históricamente bajas en Estados Unidos durante los últimos años, supuestamente diseñadas para “estimular” el crecimiento económico, las empresas están invirtiendo cada vez menos en la ampliación de equipo y del empleo con el fin de aumentar la producción (ver gráfica en la portada).

Al carecer de una manera de revertir esta contracción, los patrones atacan nuestros salarios y condiciones de trabajo a la vez que el gobierno recorta los servicios sociales y aplica impuestos regresivos, todo destinado a imponer sobre las espaldas del pueblo trabajador la mayor parte de la crisis del capitalismo.

En respuesta al aumento del 2 por ciento en los impuestos sobre los ingresos que entró en vigor el 1 de enero, los restaurantes, entre ellos grandes cadenas como Burger King y McDonald’s y minoristas grandes como Walmart han estado “rebajando sus expectativas y estrategias de venta y publicidad, ya que esperan que los consumidores con salarios más bajos acudirán menos frecuentemente a los restaurantes o comprarán cosas más baratas”, informó el Wall Street Journal.

Antes de la fecha límite para la imposición del “secuestro” el 1 de marzo, Obama, en una intensa campaña publicitaria, advirtió contra las consecuencias nefastas de su implementación. En una entrevista en la compañía Newport News Shipbuilding en Virginia el 26 de febrero, dijo que esta es “una manera tonta de hacer las cosas” que “debilitará la economía y la preparación militar”.

Durante su campaña electoral, el presidente culpó a la obstrucción republicana en el Congreso por la fecha límite del 1 de marzo para establecer los recortes en el presupuesto, y afirmó que esto no era algo que él propuso. Pero de hecho, este plan fue iniciado por la Casa Blanca como parte del acuerdo final al que llegaron con el presidente de la minoría del Senado Mitch McConnell en 2011.

La Casa Blanca propuso que se reemplazaran algunos de los recortes con aumentos en los impuestos, pero los senadores republicanos votaron en contra de esto el 28 de febrero. Una propuesta alternativa de los republicanos de mantener los recortes pero darle más flexibilidad a Obama para decidir que recortar tampoco fue aprobada. Entonces, cuando el Congreso salió de la ciudad para el fin de semana, Obama firmó el secuestro y se convirtió en ley tal y como estaba.

Al haber entrado en vigor, la retórica de la Casa Blanca y del Congreso se han calmado. Sin embargo, en los próximos meses, un número creciente de trabajadores sentirán los efectos de esta ley.

Comenzando en abril, podrían comenzar despidos de trabajadores federales. Trabajadores desempleados por más de seis meses podrán ver recortes es sus pagos de hasta un 11 por ciento. “Se espera que en Texas se recorten cientos de millones de dólares en la ayuda a la educación, lo que podría obligar a distritos escolares locales a despedir a los maestros”, informó el New York Times.

El Medicare en el blanco

Los 85 mil millones de dólares en recortes incluyen 42.67 mil millones de dólares en gastos militares, 31.32 mil millones de programas no militares y 11.35 mil millones en pagos de Medicare a médicos y hospitales.

Tanto los legisladores demócratas como los republicanos tienen en su mira recortes sustanciales al Seguro Social, el Medicare y el Medicaid —victorias ganadas a través de luchas sociales del pueblo trabajador en las décadas de 1930 y 1960. Hay “un problema de largo plazo en términos del costo de la atención médica y de programas como Medicare”, afirmó Obama el día que firmó la ley de secuestro. “Estoy listo para enfrentar el problema que existe con estos derechos, y a hacer algunas cosas que a mi propio partido realmente no le gustan”.

Una propuesta inmediata que se está discutiendo es reducir los ajustes por el costo de la vida a los pagos del Seguro Social mediante el uso de un índice de inflación diferente, el “CPI encadenado”. Esto “se traduce en un recorte en los beneficios de un 3 por ciento para los que han estado jubilados por 10 años, un 6 por ciento después de 20 años y un 9 por ciento después de 30 años”, informa el sitio web Huffington Post.  
 
 
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