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Vol. 77/No. 35      7 de octubre de 2013

 
(portada)
Indonesia: Evento debate sobre
la mujer y la Revolución Cubana
 
Militante/Baskaran Appu
Participantes en el evento del 29 de agosto de lanzamiento del libro Las mujeres en Cuba: Haciendo una revolución dentro de la revolución en Indonesia debaten la transformación del estatus de la mujer en Cuba desde el inicio de la revolución en 1953. El evento se celebró en el centro de la mujer de Kalyanamitra en Yakarta.

POR PATRICK BROWN  
YAKARTA, Indonesia—La transformación del estatus de la mujer en Cuba a través de más de seis décadas de lucha revolucionaria fue el tema central de un evento público que tuvo lugar en esta ciudad la tarde del 29 de agosto. Los oradores principales fueron Enna Viant, embajadora de Cuba en Indonesia y Mary-Alice Waters, presidenta de la editorial socialista Pathfinder, con sede en Nueva York.

Muchas de las más de 30 personas que asistieron al evento eran mujeres que trabajan o son voluntarias en organizaciones dedicadas a luchar por avanzar el estatus de la mujer en Indonesia. Escucharon, con mucha atención, los relatos que hicieron los oradores sobre la lucha revolucionaria que empezó el 26 de julio de 1953, una lucha que estuvo caracterizada desde el principio por la intensa participación de la mujer, y sobre el récord de logros sociales y económicos tanto para las mujeres como para los hombres que fueron posibles como resultado del curso socialista de la revolución.

El evento, el cual fue realizado en bahasa indonesio e inglés y traducido hábilmente por Kendaru, era el lanzamiento en Indonesia del libro Las mujeres en Cuba: Haciendo una revolución dentro de la revolución. El libro, publicado por Pathfinder en 2012 y editado por Waters, presenta entrevistas con Vilma Espín (1930-2007), la legendaria dirigente de la lucha revolucionaria y presidenta fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC); su contemporánea y compañera de armas Asela de los Santos; y Yolanda Ferrer, la veterana secretaria general de la FMC, quien se jubiló el año pasado.

Haciendo una revolución dentro de la revolución es un “libro interesante del que hablaremos hoy”, dijo Listyowati, la moderadora del evento, al dar inicio al programa. Ella es la directora ejecutiva de Kalyanamitra, un centro dedicado a la mujer muy bien conocido en Indonesia. Kalyanamitra fue fundado en 1985 cuando la lucha popular en contra de la debilitada dictadura de Suharto permitió que funcionara una organización que luchaba para combatir la violencia contra la mujer. La reunión se realizó en su sede Yakarta este.

“Con frecuencia hablamos aquí sobre el movimiento de la mujer en Indonesia”, dijo Listyowati. “Hoy nos gustaría discutir sobre la mujer en Cuba, sus logros, y cómo esto difiere de la situación en Indonesia”.

Listyowati señaló que “algunos de ustedes asistieron a la exhibición de caricaturas de los Cinco Cubanos en la sede de Kontras; les agradecemos si lo hicieron”. Kalyanamitra y Kontras (Comisión de Personas Desaparecidas y Víctimas de la Violencia), también fundada durante el régimen militar de Suharto, auspiciaron la primera muestra pública de las caricaturas políticas de Gerardo Hernández, uno de los cinco revolucionarios cubanos falsamente acusados por el gobierno norteamericano y condenados a cumplir sentencias draconianas de prisión en Estados Unidos. Waters fue una de las oradoras en ese evento, que tuvo lugar en la sede de Kontras en Yakarta (ver artículo en el número 34).

Viant empezó su presentación revisando la situación de la mujer en Cuba antes de la revolución. “Para la gran mayoría de la población femenina”, dijo, “no había posibilidades de empleo, educación, acceso a servicios médicos o al seguro social”.

Solo el 13.5 por ciento de las mujeres trabajaban fuera del hogar en 1953, muchas de ellas como empleadas domésticas que no recibían salario sino solo “alojamiento y comidas”. La FMC se creó para cambiar esas condiciones sociales, y su fundación en 1960 fue un “día histórico”, dijo Viant.

La embajadora rindió tributo a la “sensatez colectiva” de aquellos que inspiraron o fundaron la federación, entre ellos Espín y de los Santos, que “lucharon en las montañas de la Sierra Maestra como parte del Ejército Rebelde dirigido por Fidel Castro y Raúl Castro”, y otros dirigentes centrales de la revolución.

“A la nueva organización se incorporaron mujeres rompiendo barreras sociales y de género”, dijo Viant. La FMC estuvo “profundamente comprometida en muchas tareas importantes” en los primeros días, como la masiva campaña de alfabetización de 1961. En ese año, 250 mil voluntarios, muchos de ellos mujeres adolescentes, le enseñaron a leer y escribir a más de 700 mil cubanos, la mayoría de los cuales eran mujeres.

Orígenes de la opresión de la mujer

La reunión en Yakarta fue producto de varios años de colaboración entre Kalyanamitra y Pathfinder, Waters explicó en sus comentarios iniciales. “Supimos de Kalyanamitra y su trabajo por primera vez en 2009 cuando recibimos una carta en la que nos pedían permiso para traducir y publicar una edición en indonesio de uno de los títulos de Pathfinder, Woman’s Evolution: From Matriarchal Clan to Patriarchal Society [La Evolución de la mujer: Del clan matriarcal a la sociedad patriarcal], de Evelyn Reed. Por supuesto, dijimos que sí”.

Publicada por primera vez en 1975, La Evolución de la mujer se ha convertido en un clásico del arsenal para la liberación de la mujer. Se ha traducido por lo menos a otros siete idiomas. El libro explica por qué y cómo nació el estatus de segunda clase de la mujer hace unos cuantos miles de años —un microsegundo en la historia humana— cuando surgió la sociedad divida en clases”, dijo Waters. “Fue entonces, cuando un puñado de hombres —en batallas sangrientas— expropiaron el excedente social resultado del trabajo colectivo de todos, y las mujeres, casi como si fueran ganado, quedaron reducidas a una forma de propiedad privada” agregó.

“La opresión de la mujer es sobre todo una cuestión económica, una cuestión de clase”, afirmó Waters. “Ha tomado formas concretas diversas en sociedades diferentes en el transcurso de los milenios, pero hoy la desigualdad de la mujer es parte clave de los cimientos del capitalismo.

“La igualdad entre el hombre y la mujer será posible solo cuando la explotación capitalista sea abolida y el trabajo privado de la mujer en el hogar se haya socializado”, dijo Waters. “Y ese ha sido el curso de la lucha perseguida por el pueblo trabajador en la Revolución Cubana, un curso que ha hecho posible la transformación económica y social de la sociedad cubana y del estatus social de la mujer como parte de esto.

“Esto no sucedió de manera automática”, añadió Waters. “Solo fue posible debido a la continua lucha de mujeres y hombres, y el calibre de la dirección —sobre todo Fidel Castro”, dijo Waters.

La FMC no se fundó en torno a una “estructura o agenda preconcebida”, señaló Waters. “Eel ímpetu vino desde abajo, de las mujeres que exigían se les involucrara en la lucha revolucionaria”. Ese espíritu caracterizó no solo las brigadas de alfabetización, sino otras campañas que se emprendieron en los años iniciales, como las escuelas que atrajeron a más de 20 mil mujeres jóvenes del campo a La Habana para adquirir habilidades básicas y la campaña para adiestrar a miles de mujeres que trabajaban como domésticas para realizar trabajos nuevos”.

En tres décadas, las mujeres en Cuba, “conquistaron más que lo que sus hermanas en los países capitalistas avanzados habían conquistado en casi un siglo”, dijo Waters. El matrimonio y el divorcio ahora son simplemente asuntos de registro civil. Las actitudes hacia la homosexualidad y otras cuestiones de orientación sexual han cambiado de forma radical en el último cuarto de siglo.

“Hoy día no es solo en áreas tal como la educación y la salud que hay mujeres en posiciones de dirección”, dijo Waters. “También fungen como directoras de varios centrales azucareros y un 25 por ciento de los centros de investigación científica.

“Y son parte de la clase trabajadora industrial como nunca antes, trabajando como aparejadores, petroleros, maquinistas ferroviarios, operadores de grúas, en la minas de níquel y otras ocupaciones no tradicionales”.

Pero nada de esto, destacó Waters, “hubiera sido posible sin una revolución socialista, y esto es lo que ha impulsado la inalterable determinación de los gobernantes norteamericanos de destruirla”.

Señalando la encarcelación bajo cargos falsos de los Cinco Cubanos, Waters dijo, “Esta es la razón por la que siguen presos —para castigar al pueblo cubano. La lucha para obtener su libertad, y más ampliamente la defensa de la revolución, son inseparables de lo que estamos discutiendo hoy”.

Indicadores de progreso

Durante la animada discusión, la embajadora Viant enumeró más indicadores de las conquistas de la Revolución Cubana. Hoy día, las mujeres constituyen el 47 por ciento de la fuerza laboral, dijo. Dos tercios de todos los técnicos y más de la mitad de todos los científicos son mujeres, como lo son el 70 por ciento o más de los que trabajan en los sectores de la educación y la salud. El 49 por ciento de los 614 escaños en la Asamblea Nacional del Poder Popular los han ganado mujeres.

Cuando Viant comentó que las mujeres en Cuba tienen derecho a todo un año de licencia por maternidad —incluyendo 18 semanas con salario completo y el resto con el 60 por ciento del salario— y que se les garantiza que podrán regresar a su trabajo, los asistentes respiraron profundamente en señal de aprobación. Su interés creció aún más cuando Viant dijo que una pareja puede compartir la licencia. En contraste, las mujeres en Indonesia solo tienen derecho a tres meses de licencia y sin pago.

La explicación de Waters de que el aborto fue despenalizado en los primeros años de la revolución y que está disponible gratuitamente, como cualquier otro procedimiento médico, también fue recibido con murmullos de aprobación. En Indonesia el procedimiento es ilegal en muchos casos y muchas mujeres mueren de abortos mal hechos.

Los participantes también quedaron impresionados cuando la embajadora comentó que la expectativa de vida en Cuba es de 78 años, el mismo nivel de los países capitalistas avanzados. La cifra correspondiente en Indonesia es 69 años.

Engels sobre el trabajo doméstico

Una de las primeras preguntas hechas en el período de discusión fue: ¿Qué quiso decir Waters con la socialización del trabajo privado en el hogar, y por qué lo considera tan importante?

Waters dijo que había parafraseado algo que había dicho Federico Engels, uno de los fundadores junto a Carlos Marx del movimiento obrero moderno, citado en la introducción de Las mujeres en Cuba: Haciendo una revolución dentro de la revolución. En 1885 Engels escribió, “la verdadera igualdad entre el hombre y la mujer solo puede convertirse en realidad cuando la explotación de ambos por el capital haya sido abolida, y el trabajo privado en el hogar haya sido transformado en una industria pública”.

Waters continuó diciendo, “No tengo que explicar a esta audiencia que no importa el tipo de empleo que tengamos, o lo que hagamos fuera de la casa, las mujeres siempre tienen que enfrentar una doble jornada. Hasta que esto sea eliminado —y no a través de ‘compartirlo’ con una pareja o empleando a alguien para que lo haga por ustedes— no podrá existir la verdadera igualdad entre los hombres y las mujeres. Los empleadores cosechan los beneficios de esta desigualdad y del menor valor del trabajo de las mujeres debido a esto. Esa desigualdad no será superada en la sociedad capitalista”.

Sin embargo, dijo Waters, “con el poder político y social en nuestras manos, el pueblo trabajador puede organizarse conjuntamente para cambiar estas cosas. Lo vimos en Cuba con respecto al cuidado de niños, en que las mujeres mismas tomaron la iniciativa”. Los centros infantiles construidos por la FMC en sus primeros días proveyeron cuidado infantil de buena calidad y educación temprana, y ayudó a liberar a las mujeres para trabajar, estudiar y ampliar su participación en la revolución.

Un joven preguntó sobre los informes en la Internet sobre la persecución oficial contra los homosexuales durante décadas en Cuba, incluyendo las acusaciones de la existencia de campos de concentración para los homosexuales durante la década de 1960.

“Este tipo de historias son típicas de las calumnias hechas en contra de la Revolución Cubana”, respondió Waters. “Cuando triunfó la revolución a principios de los años 60, la homofobia estaba arraigada en las actitudes sociales. Pero Cuba no es exclusiva o inusual en ese respecto”, agregó. “Lo mismo se puede decir de los países capitalistas avanzados. Lo importante es ver lo que ha cambiado”.

La acusación de que había campos de concentración para los homosexuales es falsa, dijo Waters. Esa es una referencia tergiversada a las Unidades Militares de Ayuda a la Producción establecidas a mediados de los años 60. En ese momento, cuando “la revolución estaba bajo ataques feroces” por parte de Washington, se estableció el servicio militar obligatorio para todos los jóvenes. Los que se rehusaron a portar armas por razones religiosas u otros motivos, o no eran considerados aptos para el servicio militar, cumplieron su servicio en estas unidades de producción principalmente agrícolas, como una forma de contribuir a la defensa nacional. Debido a los prejuicios contra los homosexuales, los hombres que eran abiertamente homosexuales eran asignados a estas unidades —una política que el ex presidente cubano Fidel Castro describió en 2010 como una “gran injusticia”. Por iniciativa de Castro, las unidades fueron cerradas en 1968 después de tres años de existencia.

“Las actitudes con respecto a la orientación sexual han cambiado”, agregó la embajadora, “estamos muy abiertos respecto a este tema”. Ambas oradoras destacaron el importante papel que juega el Centro Nacional de Educación Sexual, creado en 1989 bajo la dirección de Vilma Espín y el cual es dirigido actualmente por Mariela Castro, la hija de Espín y del presidente cubano Raúl Castro.

En respuesta al comentario de un asistente de que ninguna de las oradoras había mencionado la religión, Viant observó, a risas de aprobación, que este no era el tema del evento, y en cualquier caso, estaría fuera de lugar que ella hablara sobre la religión en Indonesia.

Añadió que ella con gusto contestaría preguntas sobre la religión en Cuba, un “país laico” donde prevalece la libertad de culto.

El evento de dos horas y media de duración no agotó el interés de los participantes. Muchos se quedaron para continuar el debate de manera informal por una hora más. La mesa en la que se exhibían los libros de Pathfinder que estaban en venta quedó totalmente vacía, mientras los asistentes compraban múltiples ejemplares de Las mujeres en Cuba: Haciendo una revolución dentro de la revolución y muchos otros libros.

El destacado semanario Tempo publicó un informe sobre el evento en su número del 30 de agosto con el titular “Lecciones de Cuba: La igualdad de la mujer”. El periodista destacó las leyes sobre la favorable licencia de maternidad del país, y el importante número de mujeres parlamentarias, además de las profesionales de la salud que “reciben el mismo salario que los hombres”. Los periódicos en la Internet Sayangi y Wartafeminis (Noticias Feminista) también escribieron sobre el evento.

Baskaran Appu y Linda Harris contribuyeron a este artículo.  
 
 
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