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Vol. 77/No. 37      21 de octubre de 2013

 
Arte de los 5 Cubanos
muestra experiencias en ‘el hueco’
(portada)
 
POR SETH GALINSKY  
La campaña internacional para ganar la libertad de los Cinco Cubanos, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René González, está logrando un creciente respaldo dentro de la clase trabajadora, los sindicatos, defensores de los derechos políticos y personalidades destacadas en Estados Unidos y el mundo entero.

Los cinco revolucionarios fueron acusados falsamente y condenados a prisión por el gobierno de Estados Unidos hace más de 15 años. El arsenal con el cual cuenta la campaña de defensa para difundir el caso tenemos ahora una colección reciente de pinturas de Guerrero en la que se muestran los primeros 17 meses de cárcel mientras esperaban su juicio en Miami, incluyendo seis meses en los cuales fueron mantenidos en confinamiento solitario.

Este año, partidarios de los Cinco han organizado conferencias, reuniones, manifestaciones y presentaciones de libros, como la presentación de la edición más reciente del libro What Lies Across the Water (Lo que está al otro lado del agua), de Stephen Kimber. Además de estos eventos, las exhibiciones de las caricaturas políticas de Hernández y las pinturas de Guerrero en galerías de arte y otros recintos han ayudado a captar a un público más amplio.

Los hechos del caso, la labor que estaban realizando para impedir ataques violentos contra Cuba y los partidarios de la Revolución Cubana, los intentos del gobierno de Estados Unidos para quebrarlos, el hecho de que se negaron a declararse culpables para recibir una condena más leve, y las condiciones de su encarcelamiento, les suenan familiares a los trabajadores en Estados Unidos, donde millones han tenido su propia experiencia con el sistema de “justicia”, de fabricación de cargos y encarcelamiento.

Son estos temas, particularmente la lucha por la dignidad de los trabajadores tras las rejas y de aquellos que los apoyan, los que se ven vivamente reflejados en las imágenes de la colección de 15 acuarelas de Guerrero, que lleva como título “Yo me muero como viví”.

Guerrero, quien aprendió a pintar en la cárcel, tituló la exhibición en honor a un párrafo de la canción “El necio” del cantautor cubano Silvio Rodríguez. La canción es considerada como una respuesta desafiante a aquellos, especialmente a los que se encontraban fuera de la isla, que advertían que la revolución se encontraba en sus últimos días, y que sus partidarios deberían rendirse y aceptar un futuro capitalista en Cuba tras el colapso de la Unión Soviética y la pérdida repentina del 85 por ciento del comercio exterior. “Allí aprendimos, los que no la sabíamos, la letra de la emblemática canción de Silvio ‘El necio’”, dice Guerrero en una nota introductoria sobre las pinturas y sus primeros días en prisión.

En la introducción, dice que los Cinco planean “en un futuro cercano, enriquecer este trabajo con escritos, poemas y otras obras plásticas de nosotros cinco; y con ello dar a conocer, con esas memorias, aquel primer periodo de nuestro encierro, que pudiéramos catalogar como el más rudo y cruel”.

Las acuarelas muestran el acoso habitual que enfrentan los prisioneros de parte de los guardias y oficiales, la falta de privacidad, los caprichosos cateos de las celdas, los grilletes que les ponen a los prisioneros cada vez que los llevan al tribunal, y la brutalidad del confinamiento solitario. Pero también muestran la resistencia y creatividad de los trabajadores tras las rejas, desde los juegos de mesa que inventaron los Cinco hasta los complicados medios de comunicación e intercambio que aprendieron de sus compañeros de cárcel para esquivar las drásticas reglas de la prisión y mantener un sentido de solidaridad social.

En la nota que escribió para la pintura titulada “Número”, Guerrero dice que “no solo te quitan la libertad, sino que te convierten en un número… Jamás preguntan por tu nombre”. Pero las pinturas demuestran que las autoridades de la prisión fracasaron completamente en sus intentos de destruir el espíritu de los Cinco.

En “La rejilla de ventilación”, Guerrero muestra la rejilla que los Cinco utilizaron para comunicarse entre ellos cuando estuvieron en celdas aisladas contiguas. “Acostumbraba yo a leerles por esa vía mis poemas nuevos a mis hermanos”, escribió Guerrero.

Gerardo Hernández y Ramón Labañino brindaron comentarios sobre las pinturas en cinco artículos publicados en la revista por internet CubaDebate.

“Permanecimos alrededor de seis meses totalmente solos en nuestras celdas”, escribe Labañino. “Y solo después de muchas controversias legales con los carceleros a través de nuestros abogados y de pedidos internos, es que logramos que nos pusieran de dos en dos”. Claro, como somos cinco, uno siempre quedaba solo”. Los rotaban cada tres semanas.

“Al cabo de 17 meses, finalmente pudimos bajar a la población general”, escribe Labañino en una descripción de cómo ellos lucharon para salir del hueco.

‘Deportes’ en el presidio

Comentando sobre las pinturas que muestran juegos que ellos crearon para pasar el tiempo, Hernández describe cómo ellos experimentaron con ingredientes hasta que encontraron la mezcla perfecta de migajas de pan y pasta de dientes para crear dados que servían para jugar y cómo los escondieron de los guardias. Una noche cuando Hernández y Guerrero compartían la misma celda, las cucarachas se comieron los dados, lo que inspiró la pintura “La celda de las cucarachas”. Esas cucarachas tienen que haber sido las criaturas con “el mejor aliento de cualquier especie animal”, dice Hernández.

Hernández también comenta sobre la pintura de Guerrero “Pescando”, que muestra una pesa y una línea inventada por los prisioneros para pasarse revistas, café y otros artículos de celda en celda. Tirar la línea “es un ‘deporte’ que requiere de mucha práctica”, escribe Hernández. “Pero cuando uno tiene que pasar las 24 horas del día en una celda del tamaño de un baño, a veces sin tan siquiera un libro para leer, sobra el tiempo para ‘inventar’”. Una exhibición de los originales de las 15 acuarelas se inauguró en La Habana el 11 de septiembre. Reproducciones de alta calidad se exhibieron por primera vez en Busboys and Poets en Washington, como parte de los Cinco Días por los Cinco Cubanos una serie de actividades organizada en junio por el Comité Internacional por la Libertad de los 5 Cubanos. También se han exhibido en Obsidian Arts en Minneapolis en septiembre.

“Cuando vemos todas las obras que ha hecho Antonio desde que empezó a pintar en prisión, apreciamos que estas son las primeras que reflejan su propia imaginación”, dijo al Militante, Alicia Jrapko del Comité Internacional. “Son muy conmovedoras”.

Todos los que estén interesados en organizar una exposición pueden comunicarse con el Comité Internacional a info@thecuban5.org para obtener los archivos, dijo Jrapko.

“Las pinturas no tienen que exhibirse en una galería de arte”, dijo ella. “Pueden exhibirse en cualquier parte donde la gente los pueda ver”.
 
 
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