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Vol. 77/No. 40      11 de noviembre de 2013

 
(portada)
Anulan ciudadanía dominicana de
personas de ascendencia haitiana

Militante/Seth Galinsky
Protesta en Nueva York octubre 17 contra decisión de anular ciudadanía de dominicanos haitianos.
 
POR SETH GALINSKY  
“Todos los que nacieron aquí son dominicanos”, dijo al Militante Lumatiel Michel, de 58 años, durante una entrevista telefónica el 21 de octubre desde Paraíso de Barahona, una ciudad de la República Dominicana cercana a la frontera con Haití. “No pueden quitarle la nacionalidad a una persona de la mañana a la noche”.

Se refería a la decisión del Tribunal Constitucional de la República Dominicana el 23 de septiembre según la cual los dominicanos nacidos después de 1929 ya no serán considerados ciudadanos si sus padres no son residentes permanentes legales. Hay unos 300 mil dominicanos de ascendencia haitiana que enfrentan una serie de problemas, incluyendo una posible deportación. Además, hay hasta 1 millón de haitianos que trabajan y viven en la República Dominicana.

Michel, originalmente de Haití, ha vivido en la República Dominicana desde 1974 y pasó más de una década cortando caña de azúcar. Ha estado involucrado en la lucha para defender los derechos de los haitianos allí desde 1977 y ahora trabaja a tiempo completo para el Comité Dominico Haitiano de los Derechos Humanos.

“Si no tienes papeles, no puedes estudiar, no puedes obtener seguro social, no puedes obtener muchos puestos de trabajo”, dijo Michel.

Por décadas, los dueños de las plantaciones de azúcar y plátano han dependido del vecino Haití como una fuente de mano de obra barata, dada la sustancial disparidad económica entre los dos países. Los haitianos y sus descendientes dominicanos han enfrentado amplia discriminación en obtener trabajos, vivienda, educación y acceso a los servicios públicos.

Hoy en día casi todos los cortadores de caña son haitianos. La gran mayoría de los trabajadores de la construcción en el país son dominicanos de ascendencia haitiana o haitianos, y representan un tercio de las trabajadoras domésticas.

Hasta hace poco la constitución decía que todos los nacidos en el país son ciudadanos, excepto los hijos de diplomáticos y de los visitantes “en tránsito” (por 10 días o menos). Pero esto no ha impedido que el gobierno lleve a cabo deportaciones masivas que han incluido a algunos que nacieron en el país o que tienen permiso de trabajo del gobierno. En 1991, según el New York Times, “Más de 50 mil haitianos y dominicanos de piel oscura” fueron deportados por el presidente Joaquín Balaguer. En 2003, 37 mil fueron deportados y en 2005 alrededor de 25 mil.

En 2004 el gobierno del presidente Leonel Fernández promulgó una ley que dice que los trabajadores que no tenían permisos de residencia emitidos por el gobierno estaban en tránsito, incluyendo a los trabajadores agrícolas con permisos temporales de trabajo, sin importar cuántos años o décadas hayan vivido allí.

En 2007, la Junta Electoral Central, encargada del registro civil del país, dio instrucciones a sus oficinas de retener copias de los certificados de nacimiento y documentos de identidad de las personas de ciudadanía “cuestionable”. Copias de certificados de nacimiento son válidas sólo por tres meses, pero son necesarias para obtener documentos de identidad, casarse, inscribirse en la escuela, solicitar algunos puestos de trabajo e incluso para comprar servicio de teléfono celular.

Les han dicho a muchos que han vivido toda su vida en la República Dominicana, nunca han estado en Haití ni hablan el creole haitiano que sus nombres suenan haitianos, o parecen haitianos y les negaron papeles.

Varios cientos de personas, en su mayoría haitiano-americanos y algunos dominicanos, protestaron contra la decisión del 17 de octubre en Nueva York.

“Esto es vergonzoso”, dijo el trabajador del transporte público Charles Joseph en la protesta. “Todo el mundo debe saber lo que está pasando en la República Dominicana y protestar hasta que cambien esto”.  
 
 
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