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Vol. 77/No. 45      16 de diciembre de 2013

 
‘Hay que unirse y luchar hasta el
final’, dicen en foro en Washington
(portada)
 
POR EDWIN FRUIT  
SEATTLE—Cuarenta y cinco personas asistieron a un foro del Militant Labor Forum celebrado en la iglesia Bethany United Church de esta ciudad el 16 de noviembre en el que se habló de las experiencias de tres luchas obreras recientes en el estado de Washington.

El foro, titulado “Por la unificación de la clase obrera: Qué se ganó en las recientes luchas de Teamsters, trabajadores agrícolas y mecanometalúrgicos”, incluyó presentaciones de Cliff LaPlant, delegado principal del Local 79 del sindicato de trabajadores mecanometalúrgicos (IAM) en la planta Belshaw Adamatic en Auburn; Ramón Torres, presidente de Familias Unidas por la Justicia, un sindicato de trabajadores agrícolas en los campos de bayas de Sakuma Brothers Farms en Burlington; y Sydney Coe, miembro del Local 117 del sindicato Teamsters, el cual libró una huelga de tres meses contra Davis Wire en Kent el año pasado.

“Decir la verdad sobre estas tres luchas a través de las páginas del Militante ayudó a que estos combatientes se conocieran”, dijo John Naubert del Partido Socialista de los Trabajadores, al presentar a los oradores.

LaPlant fue recibido con aplausos cuando dijo “¡Lo logramos!”, refiriéndose a la victoria de los 63 miembros del Local 79 que libraron una huelga de seis meses que terminó el 2 de octubre con la ratificación de un contrato que incluye la mayoría de las demandas que exigían los sindicalistas.

“Recibimos apoyo del Militante y su grupo, lo cual nos puso en contacto con otros partidarios como el sindicato de trabajadores portuarios (ILWU). Esta solidaridad nos ayudó a ganar la huelga”, dijo LaPlant. Relató cómo Belshaw Adamatic, cuyos obreros fabrican equipo para panaderías, intentó mandar un contenedor durante la huelga, pero los miembros del ILWU en Tacoma no permitieron que se cargara el contenedor al barco. “Quiero agradecer al ILWU, al sindicato de los Teamsters y a otros que nos apoyaron”, dijo.

“La gente nos pregunta, cómo lo hicieron, después de que la compañía despidió a la mayoría de nosotros durante la huelga?”, dijo LaPlant. “Nuestra fuerza laboral es multinacional, con hispanos, isleños del Pacífico, filipinos, africano-americanos, asiáticos y blancos. Teníamos un comité de negociaciones que además de mí, incluía a una mujer hispana y un trabajador vietnamita. Dijimos la verdad y mantuvimos a todos los trabajadores bien informados. Declaramos que 63 de nosotros habíamos salido en huelga y no regresaríamos hasta que todos los 63 fueran re empleados por la compañía”.

“Como resultado de la huelga somos más solidarios entre nosotros que lo que hemos sido en los 35 años que yo he trabajado en la planta. Yo siempre digo que hay dos ocasiones cuando sabes quiénes son tus amigos: cuando empacas tus cosas y te mudas, y cuando estás en huelga. Por haber estado en huelga ¡ahora sé quiénes son mis amigos!”.

“Conocí a Ramón [Torres] y otros cuando asistí a su mitin y visité su campo de viviendas”, dijo LaPlant, que había participado en un mitin de los recolectores de bayas en septiembre. “Me impresionó que estos trabajadores estaban luchando por sí solos sin el respaldo de ningún otro sindicato”. Dirigiéndose a Torres dijo, “Si tuviera una gorra puesta, me la quitaría para saludarte a ti y a tu lucha”.

Obreros agrícolas forman unión

“Tengo 28 años y soy oriundo de Guadalajara”, dijo Torres. “Muchos de los trabajadores son de Oaxaca y hablan idiomas indígenas como el trique o el mixteca”.

Torres presentó a siete trabajadores del campo, sus cónyuges, y a miembros del grupo de apoyo comunidad por comunidad de Bellingham, que asistieron al foro. “Yo también quiero agradecer a los que están aquí en la tarima conmigo que han apoyado a nuestra lucha”, dijo.

Torres explicó cómo la lucha por un sindicato y un contrato en Sakuma Farms comenzó en julio después de que un trabajador fuera despedido por quejarse ante la compañía de que se les estaba pagando a los trabajadores menos de lo que se les debía. Después de que 250 trabajadores marcharon a las oficinas de la compañía para exigir que se restituyera al trabajador, la compañía se echó para atrás. Entonces los trabajadores organizaron una serie de seis huelgas hasta que terminó la temporada en octubre.

Torres explicó que los trabajadores eligieron un comité de dirección de 11 personas con 14 demandas para un contrato. Estas incluían un aumento salarial, mejores condiciones de vivienda, seguro médico y reembolso de sus viajes de ida y vuelta a California, donde muchos de los trabajadores viven fuera de la temporada.

Dijo que la compañía fácilmente puede cumplir esas demandas, ya que trajeron trabajadores de reemplazo de México por avión bajo el programa H2A del gobierno de Estados Unidos, cubrieron sus gastos de viaje, les pagaron 12 dólares por hora y les dieron nuevas instalaciones para alojamiento. “A nosotros nos dan cosas usadas, colchones viejos, viviendas con tejados de hojalata con fugas de agua y ni una estufa o nevera”.

Torres dijo que la compañía usa sustancias químicas nocivas tanto para los trabajadores como para los consumidores. “Queremos que los paquetes digan que químicos se usan, y provean asistencia médica a los trabajadores que se enfermen”, dijo.

Torres dijo que los trabajadores del campo han llamado a un boicot de los productos de Sakuma Farms —frambuesas, zarzamoras y arándanos— hasta que se firme un contrato.

Huelga de Davis Wire

Sydney Coe habló sobre la lucha contra Davis Wire. “Durante nuestra huelga recibimos solidaridad de otros sindicatos”, dijo. “Teníamos 85 familias —filipinos, rusos, asiáticos, hispanos, africano-americanos y blancos”.

“Salimos en huelga por mejores salarios y condiciones de trabajo, seguro médico, seguridad en el trabajo y descansos para el almuerzo. Ganamos un comedor y descansos para comer. Todavía tenemos condiciones inseguras con maquinaria peligrosa, incluyendo máquinas que se operan sin cubiertas de seguridad. Ahora tenemos un comité de seguridad y le decimos a los patrones “que si hay problemas con una máquina no vamos a usarla hasta que la reparen”, explicó.

“Fui a la línea de piquetes en la Belshaw Adamatic y fui a apoyar la lucha de los recolectores de bayas. Vi las condiciones inaceptables de su vivienda. Lo hice porque otros me habían dado solidaridad cuando yo estaba en huelga. El Militante visitó nuestra huelga, también el News Tribune de Tacoma. El ILWU, enfermeras de Arizona y muchos más, vinieron a apoyar nuestra huelga”.

Coe relató que se enteró y se hizo partidario de los Cinco Cubanos en el curso de la lucha. Leyó parte de una declaración que había enviado a los Cinco en ocasión del regreso a Cuba de René González en mayo: “Todo trabajador debe apoyar a los Cinco Cubanos porque todos somos los Cinco Cubanos. Todos estamos pagando por algo que no hicimos”.

“¿Qué conecta a todas estas luchas?” preguntó Coe. “La necesidad de nunca dejar de luchar y la importancia de estar unidos. Sin solidaridad no tenemos nada. Mantengamos nuestros ojos en la meta y luchemos unidos hasta el final”.

“A menudo nos dicen que el movimiento sindical es débil”, dijo Mary Martin del Partido Socialista de los Trabajadores, quien moderó el evento junto con Naubert. “Pero cualquiera que escuche a los combatientes de esta noche no podrá concluir que el movimiento es débil. La respuesta está en lo que hemos escuchado esta noche. Contamos con nosotros mismos, unos con los otros, porque nosotros somos el sindicato. Los trabajadores agrícolas de Burlington no esperaron a nadie, se organizaron entre sí.

“Nadie puede concluir que los trabajadores de Boeing, que acaban de rechazar un contrato lleno de concesiones, sean débiles”, dijo. “Lo que a menudo vemos es que las bases de los sindicatos aún no cuentan con el liderazgo que necesitan y se merecen”.

“En última instancia, la clase trabajadora tiene que realizar una revolución en este país para arrebatar el poder de la clase capitalista”, dijo Martin. “Eso es lo que el pueblo trabajador de Cuba hizo cuando derribaron a la dictadura respaldada por Washington y emprendieron un camino para transformar la sociedad, de una basada en los valores competitivos del capitalismo a una basada en la solidaridad y la satisfacción de las necesidades de la inmensa mayoría. Esto es algo que Washington nunca ha perdonado al pueblo cubano y es la razón por la que los Cinco Cubanos, productos de esa revolución, fueron encarcelados. Cada lucha de nuestra clase es parte del camino hacia la toma del poder. Si esto le suena bien, únase al Partido Socialista de los Trabajadores”.
 
 
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