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Vol. 78/No. 1      6 de enero de 2014

 
(portada)
Salen de la cárcel miembros de
Pussy Riot en Rusia, juran luchar
 
Reuters/Sergei Karpukhin
Miembros de Pussy Riot Maria Alyokhina (al micrófono) y Nadezha Tolokonnikova, tras salir de cárcel el 23 de diciembre. “No pedimos perdón”, dijo Alyokhina, “me hubiera aguantado hasta el final de mi condena, porque no necesito misericordia de Putin”.

POR JOHN STUDER  
Nadezha Tolokonnikova y Maria Alyokhina, dos miembros de la banda de protesta punk Pussy Riot, salieron de sus prisiones respectivas el 23 de diciembre, casi dos años después de que fueron arrestadas por cargos fabricados de “gamberrismo motivado por el odio religioso” después de realizar una “oración punk” contra el régimen del presidente Vladimir Putin en la Catedral de Cristo de la iglesia ortodoxa en Moscú.

Tolokonnikova y Alyokhina fueron puestas en libertad tres meses antes de que terminaran sus condenas de dos años como parte de una campaña de amnistía pública del gobierno de Putin para los “invalidos, veteranos, menores de edad, mujeres embarazadas y mujeres con niños pequeños”. El proyecto de ley original aprobado por el Parlamento fue enmendado a último minuto para permitir la amnistía para aquellos condenados por “gamberrismo”.

Tolokonnikova salió de una prisión cerca de Krasnoyarsk, en Siberia central, gritando “¡Rusia sin Putin!” Ella dijo al noticiero ruso TV Rain que las dos tienen planes de formar una organización de derechos humanos en defensa de los presos.

“Vi desde adentro cómo es esta maquinita totalitaria”, dijo sobre su experiencia en la cárcel. “Rusia está realmente construida sobre el modelo de la colonia [penal]. Por lo tanto es muy importante cambiar la colonia ahora, así como cambiar a Rusia junto con la colonia. La colonia y la prisión son el rostro del país”.

Putin, un ex agente de la KGB and jefe de su sucesora agencia policial secreta en Rusia después de la desintegración de la Unión Soviética, ha encabezado la consolidación de un gobierno en Rusia sobre la base de una creciente capa de capitalistas con estrechos vínculos con el estado y sus empresas lucrativas.

La amnistía tuvo lugar tras una serie de logros por parte de Moscú en sus relaciones exteriores con respecto a Washington y sus aliados imperialistas. Putin consiguió un acuerdo con Washington sobre las armas químicas en Siria, el cual ha ayudado a apuntalar el régimen de Bashar al-Assad, un aliado de Moscú. Con el uso de una combinación de amenazas e incentivos económicos sustanciales, Moscú previno que el gobierno de Ucrania tomara pasos hacia un acercamiento político y económico más estrecho con la Unión Europea. Además, Putin se ha aprovechado de las embarazosas filtraciones de información de seguridad de Washington cuando le proporcionó asilo político al ex contratista de la NSA Edward Snowden.

La liberación de los miembros de Pussy Riot y otros presos también tomaron lugar en anticipación a los Juegos Olímpicos de Invierno programados a celebrarse en Sochi, Rusia en febrero. “Creo que esto es un intento de mejorar la imagen del gobierno actual, un poco antes de los Juegos Olímpicos de Sochi, sobre todo para los europeos occidentales”, dijo Alyokhina al New York Times el 23 de diciembre.

Un grupo pro derechos humanos en Rusia informó que la orden de amnistía cubriría menos de 1 500 de los 564 mil presos, informó Reuters. Otros 114 mil se encuentran en detención preventiva.

“Nosotras no pedimos ningún perdón”, dijo Alyokhina al New York Times frente a la prisión en Nizhny Novgorod donde había estado detenida. “Yo me hubiera quedado sentada acá hasta el final de mi condena porque no necesito la misericordia de Putin”. Las dos realizaron huelgas de hambre en la cárcel para protestar por el trato abusivo.

“Mi brigada en el taller de costura trabaja de 16 a 17 horas al día”, Tolokonnikova escribió en una carta abierta de cinco páginas en septiembre respecto a la colonia penal en Mordovia, Rusia. “En el mejor de los casos dormíamos cuatro horas por noche. Tenemos un día libre cada mes y medio”.

“Exijo que nos traten como seres humanos”, dijo Tolokonnikova. Ella fue internada en el hospital como resultado de la huelga de hambre y poco después fue trasladada a una prisión en Siberia.

Una tercer miembro de Pussy Riot, Yekaterina Samutsevich, que fue condenada con ellas, fue excarcelada en octubre de 2012 bajo una apelación porque ella nunca había entrado en la catedral.
 
 
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