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Vol. 78/No. 5      10 de febrero de 2014

 
Cairo busca ‘estabilidad’,
clase obrera continúa lucha
(especial)
 
POR PAUL MAILHOT  
EL CAIRO—Decenas de miles de personas se congregaron en la Plaza Tahrir y sus alrededores el 25 de enero para conmemorar el tercer aniversario del derrocamiento del presidente egipcio Hosni Mubarak, que dirigió un régimen militar brutal por tres décadas. El ministerio del interior y las fuerzas armadas pusieron en efecto fuertes medidas de seguridad alrededor de la plaza, colocando detectores de metal y perros detectores de bombas en todas las entradas.

Los organizadores de la manifestación aprovecharon la ocasión para movilizar apoyo para el actual gobierno y los militares que lo respaldan, así como también para promover la elección del general Abdel-Fatah el-Sissi en las elecciones presidenciales planeadas para los próximos meses.

El día previo a las manifestaciones del 25 de enero, que tuvieron lugar en muchas ciudades por todo el país, hubo cuatro atentados terroristas en la zona de El Cairo. Ansar Beit al-Maqdis, un grupo afiliado a al-Qaeda basado en la península del Sinaí, se atribuyó la responsabilidad. El gobierno egipcio, que fue instalado por los militares tras el derrocamiento del desacreditado régimen del presidente Mahmoud Morsi de la Hermandad Musulmana el pasado junio, ha aprovechado estos ataques como pretexto para restringir los derechos políticos y ganar apoyo para las maniobras de los militares para reafirmar su papel político dominante y la candidatura de el-Sissi.

“El setenta por ciento de los egipcios apoyan a el-Sissi”, dijo un empleado de hotel que también trabaja para el gobierno y que pidió que no se usara su nombre. “Estamos en contra de estos atentados e interrupciones. Necesitamos estabilidad”. Dijo que él ve al líder militar como la mejor esperanza para traer orden y empleos, dadas las circunstancias económicas cada vez más graves que enfrentan los trabajadores en todo el país. “No hay turismo en Egipto desde 2011 y muchas fábricas han cerrado. Es muy difícil”.

Aunque la mayoría de los participantes en la manifestación del 25 de enero llevaban carteles en apoyo de el-Sissi, muchas de sus preocupaciones eran muy similares a los que marcharon en manifestaciones más pequeñas en contra de la autoridad militar y la Hermandad Musulmana.

“Necesitamos empleos y seguridad económica, pero también necesitamos libertades”, dijo Mona Sadek, una joven que ha estado sin trabajo desde que se graduó de la escuela hace un año. “Es por eso por lo que estamos luchando desde el 25 de enero de 2011, y seguimos con nuestras demandas”.

Sadek se unió a unos mil manifestantes, que se congregaron frente a la sede de la unión de periodistas para exigir el fin de los tribunales militares y por un gobierno sin el control de los militares o los islamistas. Los militares disolvieron la manifestación cuando empezó a marchar hacia la Plaza Tahrir, lanzando gases lacrimógenos contra los manifestantes y transeúntes.

El 26 de enero el ministerio de salud de Egipto emitió un comunicado diciendo que 49 personas murieron durante los enfrentamientos del día anterior.

“El 25 de enero la policía no estaba allí para proteger a los ciudadanos”, dijo Mahmod Salama, obrero de la construcción de Ismailía, en una entrevista telefónica. “El actual gobierno no ha implementado ni una sola de las demandas por las cuales la clase trabajadora y los sindicatos han luchado durante los últimos tres años.

Georges Mehrabian contribuyó a este artículo.


 
 
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