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Vol. 78/No. 9      10 de marzo de 2014

 
(artículo principal)
Movilizaciones populares
derrocan gobierno ucraniano
Buscan derechos, quebrar dominio de Moscú
 
Reuters/Vasily Fedosenko
Kiev, Ucrania, protestan frente el parlamento el 22 de febrero. Manifestaciones populares desde noviembre abrieron el camino al derrocamiento del presidente Victor Yanukóvich.

POR JOHN STUDER  
El régimen del presidente ucraniano Viktor Yanukóvich fue derrocado después de tres meses de movilizaciones masivas y enfrentamientos con las fuerzas del gobierno. El tirano huyó del 22 de febrero, mientras cientos de miles de personas salieron a las calles, indignadas por la sangrienta represión de los días previos.

“La gente realmente cambió su forma de pensar debido a esto eventos”, dijo Roman Dakus al New York Times. “Antes, la gente pensaba, ‘Nada realmente depende de mí’… Pero después de esta situación, piensan diferentemente. Ellos creen en su lucha cuando están todos juntos”.

Al centro de la lucha de los trabajadores, jóvenes y otros contra Yanukóvich están las aspiraciones de los ucranianos de liberarse de la dominación rusa. Rusia ha dominado Ucrania durante siglos, con la excepción de los primeros años de la Revolución Rusa de 1917, bajo la dirección de V.I. Lenin. Yanukóvich, odiado por su corrupción y su represión de los derechos políticos, se inclinó en todos momento ante la presión del presidente ruso Vladimir Putín a mantener el dominio económico y político de Moscú sobre Ucrania.

Siguiendo el consejo de Putín, Yanukóvich movilizó la policía antidisturbios de Berkut el 18 de febrero para expulsar a miles de manifestantes de la Plaza de la Independencia, conocida como el Maidan, cuando los manifestantes se apoderaron de algunos edificios del gobierno en Lviv.

Los destacamentos de escuadrones antimotines fueron capaces de penetrar hasta el fondo de la plaza antes de que fueran detenidos por las gigantescas barricadas a las que los manifestantes prendieron fuego. Alrededor de 28 personas murieron en los enfrentamientos, entre ellas 10 policías.

Los policías abrieron fuego contra los manifestantes el 20 de febrero y mataron a más de 60. El derramamiento de sangre enfureció a los manifestantes y minó la voluntad de las fuerzas del régimen. Las tropas de Berkut comenzaron a romper filas y a salir de la plaza.

Mientras que se desarrollaban los acontecimientos, muchos capitalistas ucranianos rompieron con Yanukóvich y le instaron a hacer concesiones.

El 21 de febrero Yanukóvich accedió a reunirse con representantes de Rusia, Francia, Alemania y Polonia, junto con los líderes de los tres principales partidos de la oposición burguesa: Patria, el partido gobernante antes de que Yanukóvich fuera elegido en 2010; Punch, dirigida por el ex campeón mundial de boxeo Vitali Klitschko; y Svoboda, un partido de derecha. Yanukóvich aceptó ceder algunos poderes y establecer una nueva elección para diciembre.

Cuando los líderes de la oposición presentaron el acuerdo a la plaza, se encontraron con abucheos y rebelión. Volodymyr Parasiuk, un capitán de una de las unidades de defensa que controlaban la plaza, tomó el micrófono y denunció la oposición por “darle la mano a este asesino”.

“Nosotros la gente común estamos diciendo esto a los políticos que están detrás de nosotros: ‘Ningún Yanukóvich va a ser el presidente por un año entero’”, dijo a una rugiente multitud Parasiuk, quien había dicho a la prensa que no es miembro de ningún partido. “Mañana, antes de las 10:00, tiene que irse”.

Políticos de la oposición abandonaron la tarima. Klitschko después regresó y trató de disculparse.

Yanukóvich huyó esa noche. Fuerzas organizadas del Maidan se desplegaron fuera de la plaza. Establecieron guardias en oficinas del gobierno.

El Parlamento votó a favor de acusar a Yanukóvich de asesinato en masa y prohibirle a salir del país. A partir del 26 de febrero se encuentra prófugo.

Aunque Putin no ha hecho ningún comentario público, puso tropas de combate rusas en alerta máxima el 26 de febrero, cerca de la frontera con Ucrania.

El Parlamento designó a Oleksander Turchinov, un diputado del partido Patria, como presidente interino.

Turchinov apeló inmediatamente a la Unión Europea y Washington para la ayuda económica inmediata y sustancial. El dijo que Ucrania está “cayendo en el abismo”.

La calificación de los bonos de Ucrania ha sido degradada tan pronunciadamente que el país ya no puede pedir prestado en los mercados internacionales.

“El gobierno de Ucrania pronto será incapaz de pagar ni los sueldos públicos ni las pensiones”, dijo el Times.

“Aunque el occidente canta victoria en el tirón de la guerra con Rusia por Ucrania”, escribió el Times el 26 de febrero, “ni la Unión Europea ni los Estados Unidos ha hecho nada más que hacer promesas”.

La falta de entusiasmo entre los capitalistas de Estados Unidos y Europa muestra sus dudas de que atraer a Ucrania desde Moscú hacia la integración europea sería la pena del gasto.

El Fondo Monetario Internacional ha dicho a los funcionarios ucranianos que no va a hacer nada “sin un compromiso para emprender dolorosas medidas de austeridad, reformas difíciles y una recesión casi segura como resultado”, informó el Times.

“Necesitamos nuevas personas que pueden decir que no a los oligarcas, y no sólo las viejas caras”, dijo Irina Nicanchuk, 25, al Times durante una manifestación frente al Parlamento el 24 de febrero, mientras veía a los legisladores llegar en coches BMW y Mercedes.

Demandas de nuevos rostros políticos, el Times dijo, fueron “salpicadas de demandas airadas que el parlamento eleve las pensiones, vuelva a abrir hospitales cerrados y encuentre trabajo para los desempleados”.  
 
 
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