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Vol. 78/No. 18      12 de mayo de 2014

 
Liberado tras 25 años preso
en NY bajo caso fabricado
(portada)
 
POR JOHN STUDER  
“Perdí 25 años por algo que no hice”, dijo Jonathan Fleming en una carta publicada el 13 de abril en la página web del Huffington Post.

Cinco días antes el juez Matthew D’Emic ordenó la excarcelación de Fleming tras una lucha de un cuarto de siglo para que se anulara su condena por cargos fabricados de homicidio en 1989 en Brooklyn, Nueva York. “¿Se pueden imaginar cómo me sentí cuando el jurado dijo que yo era culpable, sabiendo que yo había estado en Florida, en Disney World con mi familia, cuando se cometió el homicidio?”, dijo Fleming. “Luché por ganar mi libertad cada día que estuve en la cárcel”.

Fleming es una de las decenas de personas en el condado de Brooklyn cuyos casos en los años 80 y 90 han sido reexaminados como consecuencia de recientes revelaciones sobre casos fabricados por la policía y los fiscales.

Entre estos casos hay 50 que involucran a un detective, Louis Scarcella, acusado de abofetear a supuestos “sospechosos”, coaccionar testigos y permitir que soplones salgan de la cárcel para fumar crack. Utilizó a la misma testigo, Teresa Gómez, en cinco casos no relacionados.

En 2011, el ex fiscal de Brooklyn, Charles Haynes, estableció una Unidad de Integridad de las Condenas para restaurar confianza en el sistema de “justicia” criminal. Unidades similares se han establecido por todo el país, dada la creciente evidencia del uso generalizado de confesiones forzadas, la práctica de ocultar pruebas y otros tipos de casos amañados.

Varios de los parientes de Fleming que viajaron a Disney World con él dieron testimonio en su juicio y presentaron como prueba boletos de vuelo, videos de la familia y fotos que mostraban a Fleming en Disney World.

El caso contra Fleming se basó en el testimonio de un testigo de la policía, Jacqueline Belardo. Ella retractó su testimonio antes de que se emitiera la sentencia de Fleming, pero el fiscal dijo que ella estaba mintiendo y el juez hizo caso omiso de sus declaraciones.

Archivos policiacos de una investigación nueva que empezó en junio de 2013 muestran que la policía encontró a Belardo en una camioneta robada, la acusaron de robo y la interrogaron por varias horas. Los cargos contra ella fueron descartados una hora después de que presentara testimonio diciendo que vio a Fleming cometer el asesinato.

Fleming dijo a sus abogados que cuando lo arrestaron él tenía en su bolsa un recibo telefónico del hotel en el que había estado que demostraba que el se encontraba en Florida dos horas antes de que el homicidio tuviera lugar en Brooklyn. En el juicio los policías dijeron no haber encontrado ningún recibo.

Pero cuando la Unidad de Integridad de Condenas empezó su investigación encontraron el recibo en el casillero de pruebas de la policía.

“No puedo aceptar que fue un error”, dijo al Militante Taylor Koss, uno de los abogados de Fleming.

El 9 de abril Sundhe Moses, Derrick Hamilton y Kevin Smith, acusados de cargos fabricados por Scarcella y recientemente liberados, otras víctimas de casos amañados, parientes y partidarios fueron al ayuntamiento de la ciudad de Nueva York para exigir que el comité especial de investigación, el recién renombrado Unidad de Revisión de Condenas, acelerara la revisión de sus casos.

Entre las decenas de reos que están luchando por su liberación se encuentran David McCallum, quien junto con Willie Stuckey, fue víctima de un caso amañado de homicidio en Brooklyn en 1984. Ambos, de 16 años de edad en aquel entonces, “confesaron” después de haber sido “forzados, engañados y atacados físicamente” por los policías que los arrestaron, afirmó en una declaración Oscar Michelen, el abogado de McCallum. Ambos rechazaron una oferta de declararse culpables a cambio de la reducción de sus cargos y su condena, siendo encontrados culpables y recibiendo sentencias de 25 años a cadena perpetua. Stuckey murió en la cárcel en 2001.

El ex boxeador de peso medio Ruben “Huracán” Carter —quien también pasó 19 años en la cárcel como resultado de un caso de homicidio amañado— tomó como prioridad para los últimos meses de su vida hizo luchar por la absolución de McCallum. Carter murió el 20 de abril.

“Ninguna prueba los implicaba en este crimen, ni probaba que habían estado cerca del sitio donde tuvo lugar”, observó Carter el 21 de febrero en una columna del New York Daily News titulada “El ultimo deseo de Huracán Carter”.  
 
 
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