Vol. 78/No. 35      6 de octubre de 2014

Serrano padecía de esquizofrenia, dijo a la prensa el abogado principal Arnoldo Casillas.

“Era una muchacha dulce con una sonrisa hermosa”, dijo la madre de Yanira, Carmen Serrano. “La única razón por la que llamamos al 911 fue porque no estaba tomando su medicina. No había necesidad de dispararle”.

Se colocaron flores en un círculo alrededor del sitio, que los funcionarios habían repavimentado para cubrir las manchas de sangre. La muerte de Serrano ha estremecido a los residentes del complejo de viviendas Moonridge Housing, construido para los trabajadores de los invernaderos locales de flores y setas.

“Les dije que no era una emergencia”, añadió Tony, el hermano mayor de Yanira. “Al fiscal, al oficial y al gobierno no les importamos. No les importan los enfermos mentales”.

Trieu respondió a la llamada antes de que llegaran los paramédicos. Alegando que Serrano lo amenazó con un cuchillo, Trieu la mató con un tiro al pecho 30 segundos después de llegar a la casa.

La demanda —entablada después que las autoridades rehusaron presentar cargos criminales contra Trieu— acusa a Trieu, al Condado de San Mateo y a la Oficina del Sheriff de San Mateo de violar las protecciones constitucionales garantizadas bajo las enmiendas 14 y 4.

Según la demanda, Serrano estaba cortando fruta con un cuchillo de pelar y cojeó hacia Trieu con el cuchillo en su mano cuando él se acercó a la casa. “Ella medía cinco pies y dos pulgadas de altura y pesaba 200 libras”, señala la demanda. “Nació con un defecto congénito de su pierna y pie izquierdos. … Debido a su obesidad y a la atrofia de su pie y pierna izquierdos, ella no podría correr y cojeaba”.

El 18 de agosto, el fiscal del Condado de San Mateo Stephen Wagstaffe declaró cerrado el caso. Ignorando la demanda de que Trieu fuera arrestado, Wagstaffe dijo que el “uso de la fuerza mortal por Trieu el 3 de junio de 2014, que resultó en la desafortunada muerte de Yanira Serrano-García, fue justificable bajo disposiciones de la sección 196 del Código Penal”.

Alrededor de 100 personas participaron en una marcha por la calle Main el 6 de septiembre convocada por la familia Serrano. Esta fue la última de una serie de vigilias y marchas organizadas desde que mataron a Serrano.

El servicio memorial para Serrano atrajo a centenares de personas a la Iglesia Católica de Nuestra Señora del Pilar, al igual que su entierro en un poblado pequeño en Jalisco, México.  
 
 
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