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Vol. 79/No. 1      19 de enero de 2015

 
(especial)
Absueltos por la solidaridad: 16 acuarelas
ños de injusta prisión de los 5 Cubanos

Obra de Antonio Guerrero relata cómo ‘defendimos
la verdad ante la colosal injusticia’

 
Absueltos por la solidaridad: 16 acuarelas por 16 años de injusta prisión, un libro a todo color en español e inglés de nuevas pinturas y textos de Antonio Guerrero, acaba de ser publicado por la editorial Pathfinder. Guerrero fue uno de los cinco revolucionarios cubanos arrestados en 1998 por las autoridades norteamericanas y condenados a prisiones federales bajo cargos amañados.

El libro iba camino a la imprenta el 17 de diciembre, el día que Guerrero, Gerardo Hernández y Ramón Labañino fueron excarcelados y se unieron a René González y Fernando González en suelo cubano. “La impresión se pospuso el tiempo suficiente para poder hacer constancia de esa victoria en la portada” y agregar unas palabras y fotos, señala Mary-Alice Waters, editora del libro, en una breve nota añadida de inmediato al mismo. La nota de Waters aparece en el Militant en inglés esta semana y aparecerá en español en el Militante la semana próxima.

“Fue la firmeza, la dignidad, la valentía y la disciplina de los Cinco lo que hizo posible esta victoria, lograda tras grandes esfuerzos por el pueblo de Cuba, su gobierno y un ‘jurado de millones’ por todo el mundo”, dice Waters.

A continuación reproducimos tres elementos de esta nueva colección de acuarelas: el mensaje que Guerrero escribió en agosto de 2014 como introducción a sus obras, una nota que Labañino aportó para el libro, y el prefacio de Waters, “Los Cinco Cubanos: quiénes son”.

“La publicación de este retrato impactante de 16 años de lucha no podía ser más oportuna”, escribió Waters en su nota del 20 de diciembre. Absueltos por la solidaridad es una herramienta inestimable en la lucha continua contra el embargo norteamericano a Cuba y para todos los trabajadores que quieran aprender acerca de la revolución socialista cubana y del tipo de hombres y mujeres que la han hecho posible.

‘En aquel recinto logramos una victoria incalculable’
— Antonio Guerrero

No recuerdo el momento exacto en que me surgió la idea de realizar 16 acuarelas por los 16 años de injusta prisión que cumplimos en este 2014. Sí sé que fue hace varios meses que tomé la decisión de que las obras trataran el tema de nuestro amañado juicio en la ciudad de Miami. Este proyecto estaba motivado por las 15 acuarelas que había realizado en 2013, que pretendieron narrar la terrible historia de los 17 meses en celdas de castigo. Es, en esencia, una continuidad de esa narración.

En medio de algunas “tareítas” vi que llegó agosto sin poder comenzar la primera obra. El día 3 me dije: Lo intentaré.

Conocía de las importantes actividades que se planificaban realizar en nuestra patria, Cuba, y en muchos otros lugares en el marco de una nueva jornada de lucha por nuestra libertad, entre el 4 de septiembre y el 6 de octubre, y quería brindar algún aporte.

El 11 de agosto había podido terminar 11 obras. El día 19 ya estaba enviando las 5 restantes. En resumen, 16 acuarelas en 16 días. Así fue el ritmo de trabajo, sin un respiro, trabajando todo el tiempo que me permitían las condiciones de aquí.

Contar el juicio a través de 16 imágenes es imposible. Haría falta hacer muchas, pero muchas más obras, y aun así aparecerían detalles importantes por abordar sobre esos casi siete meses asistiendo a una sala de la corte de Miami, donde desde el primer día sabíamos que no podíamos recibir un juicio imparcial.

Pero en aquel recinto logramos una victoria incalculable: denunciar en su propia guarida el terrorismo contra nuestro pueblo.

Cada obra la acompaña un texto. Habrá algunos documentos que evidencien el hecho que queremos narrar. Esperamos sirva este trabajo para que de alguna manera se conozcan detalles de aquellos días en que los cinco defendimos, con la dignidad que aprendimos de nuestro pueblo, la verdad ante la colosal injusticia.

Jamás nos sentimos derrotados. Sabíamos que seríamos absueltos por los hombres y mujeres honestos del mundo, convertidos hoy en una incesante ola de solidaridad que no se detendrá hasta llevarnos de regreso a nuestros hogares.

29 de agosto de 2014
Institución Correccional Federal
Marianna, Florida


La verdad que no se encierra en el ‘hueco’
— Ramón Labañino

Esta nueva obra de nuestro querido Tony nos recuerda, con sus trazos y sus colores simples, lo profundamente doloroso y cruel de una injusticia vivida mas allá de los muros de la cárcel federal de Miami.

Nosotros que vivimos esos momentos juntos, que sabemos bien lo que significa cada una de estas 16 acuarelas, no dejamos de impresionarnos ante sus imágenes al recoger “instantes de una primavera” en que el honor de los hombres probó, una vez más, que más vale luchar y morir de pie antes que vivir de rodillas.

El arte al servicio de la justicia como arma de combate para decir y desenmascarar la verdad que no se encierra ni se aísla en “huecos”. La dignidad que vale más que todo el oro del mundo. Esos son los mensajes más nítidos que nos ofrece nuestro hermano en cada una de sus pinturas.

Sirva esta entrega también para enviar, una vez más, el abrazo de los Cinco con toda la gratitud de nuestras almas por la solidaridad y el amor de nuestros pueblos.

¡Venceremos!
¡Cinco abrazos fuertes!

6 de noviembre de 2014
Institución Correccional Federal
Ashland, Kentucky




Los 5 Cubanos: quiénes son
MARY-ALICE WATERS 
El arte al servicio de la justicia
como arma de combate, para decir
y desenmascarar la verdad
que no se encierra
ni se aísla en “huecos”.
La dignidad que vale más
que todo el oro del mundo.
Esos son los mensajes más nítidos
que nos ofrece nuestro hermano Tony
en cada una de sus pinturas.

Ramón Labañino
FCI Ashland, Kentucky
6 de noviembre de 2014

Absueltos por la solidaridad es el segundo conjunto de acuarelas de Antonio Guerrero que transmite con orgullo la fuerza, integridad y creatividad de cinco seres humanos —Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González— conocidos hoy día en todo el mundo como los Cinco Cubanos.

Estas pinturas no son obra de un artista profesional de muchos años. Instruido por otros presos, Guerrero se enseñó a dibujar y pintar después de que fue recluido en 2002 en la penitenciaría federal de Florence, Colorado, sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Durante estos 16 años entre rejas, sus poderes expresivos a través del arte han crecido a la par de su fortaleza política.

Guerrero completó en 2013 el primer conjunto de acuarelas en esta serie, Yo me muero como viví. Titulada “15 acuarelas en el 15 aniversario del encarcelamiento de los Cinco Cubanos”, esa obra representa, y transforma en arte, las condiciones que los Cinco enfrentaron en el Centro Federal de Detención en Miami durante sus primeros 17 meses de prisión. Fueron meses de encierro en celdas de castigo, aislados de la población penal general y, al principio, uno del otro: el “hueco”.

Ante todo, estas obras expresan la entereza, dignidad, valentía, veracidad, disciplina —y el sentido de humor— con que cada uno de los cinco héroes del pueblo cubano se defendió y defendió la revolución que ellos representan, cuando las autoridades norteamericanas los estaban sometiendo a las condiciones más severas antes del juicio con la esperanza de que se volvieran traidores a sí mismos y a sus compañeros. Al negarse a “cooperar” con agentes del estado que los mantenía como rehenes; al rehusar declararse culpables a cambio de una sentencia menor; al negarse a renunciar a su derecho a un juicio y a la presunción de inocencia: en todos estos frentes, los Cinco asumieron la ventaja moral en respuesta a sus acusadores.

“La idea de traicionar nunca me pasó por la mente”, dice Gerardo Hernández al cineasta Saul Landau en una entrevista que aparece aquí. “Es tan obvio que hasta me cuesta trabajo explicarlo. Sería traicionar no solo a mí mismo como persona, como revolucionario, sino traicionar a un país completo”.

Absueltos por la solidaridad, el título que Guerrero le ha dado a este conjunto de obras, es a su vez un eco del famoso alegato de autodefensa que el dirigente cubano Fidel Castro pronunció en 1953, “La historia me absolverá”. Ese discurso, que después se imprimió clandestinamente y se pasó de mano en mano en decenas de miles de ejemplares por toda Cuba, presentó sistemáticamente las metas y la ética proletarias de lo que llegó a ser el programa de fundación del movimiento que culminó con el triunfo revolucionario de 1959. Esa insurrección popular de masas derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista, que era apoyada por Washington, y abrió la puerta a una revolución socialista victoriosa en un país que las clases dominantes norteamericanas consideraban su territorio exclusivo.

El primer conjunto de acuarelas de Guerrero hoy está expuesto en el Museo de Bellas Artes en La Habana, parte de una instalación creada por el artista cubano Kcho (Alexis Leyva Machado), de renombre mundial, en torno a una réplica verosímil de las celdas de castigo representadas en las obras de Guerrero.

Este segundo conjunto, titulado “16 acuarelas por 16 años de injusta prisión”, continúa el relato, como dice Guerrero. Se enfoca en el juicio amañado en una corte federal de Miami que terminó —como no era de extrañar— con la condena sumaria de los Cinco por todos los cargos que presentó el gobierno norteamericano. Cada uno recibió la máxima sentencia por cada cargo.

Con ingenio y perspicacia, Absueltos por la solidaridad hace volar en pedazos la opacidad de la “justicia” capitalista, permitiéndonos ver las operaciones normales de las cortes y las cárceles de Estados Unidos, el país con el mayor índice de encarcelamiento en el mundo. Al igual que las obras anteriores, estas nuevas acuarelas ponen de relieve el opresivo sistema basado en clases que millones de personas entre el pueblo trabajador estadounidense conocen tan bien por sus propias vivencias.

Lo que es aún más importante, las pinturas nos muestran las expresiones de respeto y solidaridad de clase que los Cinco han recibido de cientos, acaso miles, de trabajadores con quienes han compartido las alevosas brutalidades e indignidades del sistema carcelario federal de Estados Unidos de América.


¿Quiénes son los Cinco Cubanos?

Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González estaban viviendo y trabajando en el sur de Florida cuando, en septiembre de 1998, fueron arrestados por el FBI en redadas coordinadas en horas de la madrugada.

¿Cuáles eran sus supuestas actividades criminales?

Estaban recogiendo información para el gobierno cubano sobre las acciones y los planes de organizaciones cubanas contrarrevolucionarias, incluidos grupos paramilitares asesinos que actuaban impunemente en suelo estadounidense. Estos grupos y los individuos afiliados a ellos cuentan con un expediente de más de medio siglo de llevar a cabo ataques dinamiteros, asesinatos y otros ataques contra partidarios de la Revolución Cubana, no solo en Cuba sino en Estados Unidos, Puerto Rico y otros países.

Desde 1959, cuando la lucha revolucionaria de masas del pueblo trabajador cubano puso fin a la dominación económica y política de Washington en su país, casi 3 500 hombres, mujeres y niños en Cuba han muerto en estos ataques, que en su mayoría se originaron en Estados Unidos. La misión de los Cinco era mantener informado al gobierno cubano sobre las operaciones mortíferas que estos grupos e individuos fraguaban, a fin de impedir que se materializara el mayor número posible de estos planes.

Los Cinco fueron llevados a juicio y declarados culpables por una corte federal en Miami bajo cargos amañados, entre ellos conspiración para cometer espionaje y, en el caso de Gerardo Hernández, conspiración para cometer asesinato. Este último cargo, agregado ocho meses después de su arresto para aumentar la presión sobre los Cinco, se basaba en una alegación falsa. Los fiscales afirmaban que Hernández había tenido conocimiento previo de la decisión del gobierno cubano en febrero de 1996 de derribar dos aviones que habían penetrado el espacio aéreo cubano.

Los operadores de esos vuelos basados en Miami habían rechazado durante meses las repetidas advertencias. Cuatro cubano-americanos resultaron muertos mientras realizaban uno de esos actos conscientes de agresión, cuyo propósito era precipitar un enfrentamiento que condujera a represalias militares por parte de Washington contra Cuba.

Reconociendo que no podía ofrecer pruebas contra ninguno de los Cinco de un solo acto de espionaje —o sea, de recoger y transmitir a un gobierno extranjero información relativa a la defensa nacional estadounidense— Washington recurrió a su larga tradición de formular cargos de “conspiración” para obtener un veredicto de culpabilidad e imponer sentencias draconianas.

Cada uno de los Cinco reconoció francamente ante la corte y el mundo que estaba trabajando para el gobierno cubano a fin de prevenir futuros ataques mortíferos contra el pueblo cubano. Cada uno afirmó que lo haría nuevamente sin titubear si se lo pidieran.

Sobre sus cabezas erguidas, en diciembre de 2001, la jueza impuso sentencias que variaban desde 15 años para René González hasta 19 años para Fernando González, cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional para Guerrero y Labañino y doble cadena perpetua sin libertad condicional para Hernández, dirigente del esfuerzo.

Cuatro años más tarde, en 2005, un panel de tres jueces de un tribunal federal de apelaciones, señalando el ambiente burdamente cargado de prejuicios en torno al juicio de Miami, revocó unánimemente las condenas y ordenó un nuevo juicio. Doce meses después, en respuesta a una petición del gobierno norteamericano, la corte de apelaciones en pleno anuló esa decisión y restituyó las condenas.

En 2009 la misma corte de apelaciones dictaminó que, “en ausencia de una determinación de que información de máximo secreto fue recogida o transmitida” por Labañino, Guerrero o Hernández, la cadena perpetua impuesta a cada uno de ellos por conspiración para cometer espionaje excedía las pautas federales. La sentencia de Labañino fue reducida a 30 años y la de Guerrero a un poco menos de 22 años. Al mismo tiempo, a Fernando González le restaron unos cuantos meses a su sentencia.

Sin embargo, la corte rehusó permitir que se reevaluara la sentencia de prisión perpetua contra Hernández por el cargo de conspiración de espionaje. ¡Los jueces fallaron que sería “irrelevante en cuanto a la pena que él cumplirá” ya que está sentenciado no solo a una sino a dos cadenas perpetuas simultáneas!


Tras completar más de 14 años y medio de prisión y de libertad condicional, en mayo de 2013 René González fue el primero de los Cinco en regresar a Cuba. Fernando González, quien igualmente cumplió cada minuto de su sentencia, fue excarcelado y deportado a Cuba en febrero de 2014. En caso de cumplir toda su sentencia, Antonio Guerrero no sería excarcelado hasta septiembre de 2017, y Ramón Labañino siete años más tarde, en octubre de 2024.

Sin embargo, para Gerardo Hernández no hay fecha de excarcelación. Además, como castigo adicional e intensamente cruel, durante más de 16 años Washington le ha denegado una visa a su esposa, Adriana Pérez, para entrar a Estados Unidos y visitarlo.

Las crecientes denuncias mundiales del juicio a los Cinco Cubanos, y de las desmedidas sentencias y otros aspectos del trato vengativo contra ellos, no han quedado sin efectos. En la audiencia judicial donde se redujo la sentencia de Guerrero, los fiscales federales reconocieron la presión, manifestando su esperanza de que la decisión “calme las aguas de conflictividad” y el “ruido” que se arremolinaban en torno al caso a nivel internacional.

Sin embargo, ha salido a relucir evidencia de que varios periodistas que escribían sobre el juicio en la prensa de Miami simultáneamente recibían pagos de la Oficina de Transmisiones a Cuba del gobierno estadounidense. Esta prueba adicional de la corrupción del proceso judicial —que hizo imposible un jurado imparcial de sus iguales— forma parte del recurso de habeas corpus que se ha entablado a nombre de Hernández, Labañino y Guerrero. Está haciendo multiplicar el clamor internacional a favor de su excarcelación.

¿Por qué los Cinco Cubanos han estado presos siquiera un día?

“Ellos se ensañaron en nosotros como una manera más de castigar la resistencia de Cuba”, escribe René González en estas páginas. El juicio fue “una extensión del enfrentamiento entre quienes se arrogan el agredir a Cuba como un privilegio y quienes defendemos su derecho a defenderse”. Las sesiones del juicio evidenciaron que, para el gobierno norteamericano, “tanto el terrorismo como una agresión militar a la isla están entre sus legítimas prerrogativas. A nosotros nos pareció importante demostrarles que tendrían que enfrentar a todo un pueblo que piensa lo contrario”.

Los Cinco fueron encarcelados precisamente porque ejemplifican la Revolución Cubana: ejemplifican la fuerza de los hombres y las mujeres que crearon y que defienden “el primer territorio libre de América”. Los tienen como rehenes para castigar al pueblo trabajador cubano por la osadía de hacer una revolución socialista en lo que Washington aún considera su “patio trasero”.

Fue por estos hechos que los Cinco Cubanos fueron arrestados, sometidos a un caso amañado y encarcelados a lo largo de tres administraciones imperialistas: dos demócratas y una republicana. No obstante, durante esos mismos años, el hecho de que en Norteamérica y todo el mundo se ha ido conociendo más acerca de la conducta revolucionaria consecuente de los Cinco —desde Cuba y Angola hasta las celdas de prisiones en Estados Unidos— ha sido decisivo para ganarles una admiración y un apoyo cada vez más amplios.

Absueltos por la solidaridad es un arma poderosa más en la lucha por su libertad. En las palabras de Antonio Guerrero, “Todo lo que se pretendía con aquellas descomunales sentencias era castigar a Cuba. No pudieron, sin embargo, impedir que nuestra verdad se escuchara, la verdad de nuestra patria digna, humana y revolucionaria”.

Esa es la verdad que se halla en las obras de Antonio

10 de diciembre de 2014


 
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