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Vol. 79/No. 12      6 de abril de 2015

 
(portada)
México: obreros agrícolas
exigen aumentos, mejoras

 
POR SETH GALINSKY  
En el punto álgido de la temporada de bayas, miles de trabajadores agrícolas en el valle de San Quintín, en el estado mexicano de Baja California, salieron en huelga el 17 de marzo para exigir más altos salarios y mejores condiciones laborales.

“Nos pagan salarios de hambre, y ya no aguantamos más”, dijo al Militante Fidel Sánchez, vocero de la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social, durante una entrevista telefónica el 20 de marzo desde la colonia Vicente Guerrero.

Hay por lo menos 30 mil trabajadores agrícolas en el valle. Esta es la primera huelga allí en décadas.

“Alrededor del 80 por ciento de nosotros somos de los pueblos originarios de México. Somos de Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Puebla, Michoacán y San Luís Potosí”, dijo Sánchez, quien ha sido un trabajador agrícola por 32 años. “Hablamos una diversidad de idiomas incluyendo el mixteco, nahuatl y el español. La mitad son mujeres”.

El valle, a 200 millas de San Diego, es una de las mayores fuentes de exportaciones agrícolas de México, incluyendo bayas y tomates. Aunque los precios han subido, los trabajadores agrícolas no han recibido un aumento salarial en muchos años, dijo Sánchez.

A los trabajadores se les paga por cubeta, y la mayoría recibe un promedio entre 6.50 y 8.30 dólares por día. “Los jóvenes rebasan eso”, dijo Sánchez, “pero hay que trabajar tres veces más rápido. Muchos somos mayores de 40 años de edad, y eso no es posible. Es una esclavitud moderna”.

De las 12 empresas en huelga solo una de ellas es de propiedad mexicana, dijo. El resto son propiedad de capitalistas estadounidenses, japoneses, chinos, árabes y chilenos.

Los dueños de las granjas tienen contratos con tres sindicatos aliados al gobierno: la Confederación de Trabajadores de México, la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos y la Confederación Regional Obrera Mexicana. “Los convenios colectivos fueron firmados a espaldas de los trabajadores”, dijo Sánchez. La Alianza se formó hace un año y medio por los trabajadores que querían luchar. Sánchez dijo que está creciendo rápidamente.

“Pedimos que se revoquen estos convenios”, dijo Sánchez. “Exigimos un salario mínimo de 300 pesos al día”, alrededor de 19.50 dólares, y pagos más altos por destajo.

Otras demandas incluyen el pago por horas extras y seis semanas pagadas de licencia de maternidad antes y después del parto.

“Demandamos no más acoso sexual hacía las trabajadoras por los mayordomos”, dijo Sánchez. La Alianza también está exigiendo que los trabajadores agrícolas tengan cobertura bajo el Instituto Mexicano de Seguridad Social, para ser elegibles para recibir atención médica costeada por el estado.

El primer día de la huelga cientos de trabajadores bloquearon carreteras en toda la región. Fueron atacados al día siguiente por la policía con balas de goma y gases lacrimógenos. Más de 230 trabajadores agrícolas fueron detenidos. La Alianza protestó los arrestos y la mayoría fueron puestos en libertad.

“Esta tierra es fértil, todo aquí crece”, dijo Sánchez. “Nuestra huelga tiene un impacto en las empresas, los patrones y el estado. Se está viendo lo importante que somos en la vida del país”.
 
 
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