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Vol. 79/No. 12      6 de abril de 2015

 
Cómo combatiente cubano
resistió años en cárcel somalí

 
POR RÓGER CALERO  
LA HABANA—Más de 500 personas asistieron a un evento el 17 de febrero en la feria internacional del libro aquí donde el coronel Orlando Cardoso Villavicencio, Héroe de la República de Cuba, presentó su libro Reto a la soledad, un relato vivo de sus casi 11 años de resistencia bajo condiciones brutales como prisionero de guerra en Somalia.

Villavicencio ha participado en varias actividades públicas recientes, frecuentemente junto a los cinco revolucionarios, de los cuales tres fueron excarcelados en diciembre después de estar presos en Estados Unidos más de 16 años. Su libro es uno de los títulos más solicitados por trabajadores aquí.

Villavicencio, coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR), participó en dos de las misiones internacionalistas cubanas de combate en los años 70, primero en Angola y luego en Etiopía. En el Cuerno de África en 1977-78, voluntarios cubanos ayudaron a defender a Etiopía —donde se desarrollaba una reforma agraria antifeudal y lucha antiimperialista— de una invasión somalí respaldada por Washington.

En 1978 fue herido en combate, capturado por fuerzas invasoras somalíes y encarcelado en Lanta Buur, Somalia. Villavicencio, teniente de 20 años de edad al frente de una unidad artillera de exploración, fue el único sobreviviente de su grupo. Durante los primeros cinco años estuvo aislado, sin contacto alguno con representantes cubanos o su familia. En el libro describe cómo aguantó el aislamiento, las condiciones brutales y la angustia de no saber que había pasado con el resto de su unidad o incluso el desenlace de la guerra.

Cientos de soldados, marineros — incluyendo decenas de jóvenes cadetes— y oficiales de las FAR asistieron a la presentación, el lanzamiento de la tercera edición del libro, publicada por Verde Olivo, casa editorial de las FAR.

“Esa humildad, esa nobleza, son las cualidades humanas” que le permitieron aguantar el largo aislamiento y las condiciones de la prisión, dijo al público el general de cuerpo de ejército Alvaro López Miera, jefe del estado mayor de las FAR. “Son las cualidades que lo llevan desde poder comandar una unidad de artillería BM-21 hasta escribir libros infantiles”. Varios libros para niños escritos por Villavicencio estaban a la venta en la feria así como su primera novela para adultos.

En la cárcel de Lanta Buur, Villavicencio compartió medicinas y otros artículos esenciales que recibía de Cuba con los prisioneros de guerra etíopes y prisioneros políticos somalíes, a veces sin que ellos supieran que él se los enviaba.

En 1988, cuando el gobierno somalí acordó repatriar a miles de prisioneros etíopes, Villavicencio no estaba en la lista de los que iban a ser excarcelados. Cuando sus compañeros de cárcel se enteraron, rehusaron irse a menos que él los acompañara.

En agosto de 1988, gracias a las gestiones del gobierno cubano y de la solidaridad obtenida de sus compañeros de cárcel, Villavicencio salió de Somalia en el primer vuelo chárter de la Cruz Roja junto con 176 etíopes.

Villavicencio dijo que su libro había sido dedicado a los Cinco Cubanos cuando estaban presos en Estados Unidos. Cuatro de los cinco estuvieron presentes en el evento, y Villavicencio invitó a René González a tomar la palabra.

“El libro de Orlando fue una inspiración para nosotros en la cárcel”, dijo González. “Si él fue capaz de resistir en Somalia, nosotros sabíamos que teníamos que resistir”.

Fue uno de los libros más populares de los que circulaban los Cinco Cubanos entre sus compañeros de cárcel, agregó González.
 
 
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