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Vol. 79/No. 14      20 de abril de 2015

 
(portada)
Ética revolucionaria de Cuba
produce avances contra ébola

 
POR SETH GALINSKY  
Con un solo caso nuevo de ébola en Liberia en las últimas semanas y una reducción considerable en el número de infecciones nuevas en Sierra Leona, los voluntarios cubanos, quienes han estado en la vanguardia de la lucha contra la epidemia en esos dos países están de vuelta en casa. Los 38 voluntarios internacionalistas en Guinea-Conakry, donde la epidemia aún no está bajo control, continúan luchando contra el virus.

Desde el principio de la epidemia, el gobierno revolucionario de Cuba organizó la delegación de personal médico más grande, todos voluntarios, para luchar contra la enfermedad.

“A los médicos cubanos no les importó el riesgo, decían que eran hermanos del otro lado del océano y vinieron a ayudarnos como hermanos”, dijo Augustine Kpehe Ngafuan, el ministro de relaciones exteriores de Liberia, a reporteros cubanos a finales de marzo.

Juventud Rebelde informó que para el 1 de abril, los 215 voluntarios en Liberia y Sierra Leona habían regresado a Cuba. Todos ellos permanecerán 21 días en cuarentena para asegurar que no se introduzca la enfermedad a la isla.

El doctor Leandro Castellanos Vivancos describió su experiencia en Sierra Leona en un artículo publicado en el sitio web de Cubadebate. Castellanos estuvo en el distrito de Port Loko, un área rural a 35 millas de Freetown, la capital.

“En aquel lugar pudimos ver a lo largo del camino algunas de las costumbres de los nacionales, por ejemplo, las largas caminatas recorridas por las mujeres, con grandes troncos en la cabeza y el hacha en una de sus manos”, él dijo. “Sí, aquí la mujer hace el trabajo duro y los hombres a veces la acompañan al lado como para darle ánimo”.

“Los pacientes no se acostumbraban a las camas y los encontrábamos en el piso, algunos nos temían, pues no tenían ni un poquito de fe en el ‘cosmonauta’ que tenían delante”, dijo Castellanos refiriéndose a la ropa protectora que tenían que usar los médicos y enfermeros.

“Pero poco a poco hicimos lo necesario, no era fácil, teníamos que lograrlo a veces hasta con gestos, payasadas, pues ellos no hablaban inglés, solo muy pocos”.

Reducen la tasa de mortalidad

Los cubanos trabajaron en un hospital de campaña junto con voluntarios de otros países, incluyendo de Estados Unidos, y con el personal local lograron reducir la tasa de mortalidad del 70 al 30 por ciento, dijo Castellanos.

“Yo pienso que nosotros hemos cumplido con un deber, con una ética revolucionaria y con una ética médica”, dijo a Granma el doctor Leonardo Fernández, uno de los brigadistas cubanos en Liberia, en una entrevista publicada en la edición del 20 de marzo.

“Vimos familias enteras morir, niños que se quedaban solitos, la mamá, el papá, los tres hermanitos fallecidos, terrible”, dijo Fernández. “Pero también vimos que otros sobrevivientes de ébola al irse recogían y adoptaban a los niños desamparados. No hay mejor pago para nosotros que ver esa solidaridad de los liberianos entre ellos mismos”.

Fernández observó que cuando la brigada llegó a Liberia las calles estaban desiertas por el temor a contraer la enfermedad. “Y ahora… ¡qué diferencia!”, dijo. Ahora, “las personas en la calle nos saludan, cuando vamos a comer o a comprar cualquier cosa, nos tratan con un cariño tremendo”.

Al igual que otros voluntarios, Fernández ha estado en otras misiones internacionalistas, incluyendo en Pakistán después de un terremoto, en Nicaragua, Timor del Este y en Haití.

Cuando piden voluntarios voy

“Cuando hablan de voluntarios levanto mi mano y después pregunto para qué”, dijo.

Todos los voluntarios cubanos acordaron servir por lo menos por seis meses. Solo uno de ellos, Félix Báez, contrajo el ébola. Sobrevivió y regresó a Sierra Leona para completar su misión. Dos voluntarios cubanos contrajeron malaria y murieron durante la misión.

Fernández dijo que no cree que el trabajo que hicieron en Liberia es heroico. Miles de internacionalistas cubanos han llevado a cabo misiones en todo el mundo. “La diferencia es que esta fue una misión internacional muy conocida, mediática”, dijo. Había que ser valiente, “pero era una tarea más”.

“No necesitamos retribuciones”, dijo Fernández. “Lo que sí me gusta que reconozcan, es que soy un revolucionario cabal, firme en mis principios. Eso es suficiente”.

“Lo primero que se siente, satisfacción por haber cumplido con la tarea que se nos dio”, dijo a Cubadebate el Dr. Ronald Hernández, quien participó en la brigada en Liberia. “Haber ayudado a aquellos pueblos es de las mejores cosas que he hecho en lo personal”.

“El pueblo africano merece mejor suerte”, dijo Hernández. “He visto problemas sociales en mis anteriores misiones, pero en África todo es más complicado, necesitan allí unos cuantos Fidel”.
 
 
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