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Vol. 79/No. 24      13 de julio de 2015

 
(artículo principal)
‘¡Bajen bandera racista!’
claman por todo el país
Demuestra cambios profundos en clase obrera
 
Foto de AP/Rainier Ehrhardt
Arriba, protesta en Columbia, Carolina del Sur, 23 de junio contra bandera de la Confederación. Pancarta dice: “Mi tatarabuelo fue soldado de la Confederación y yo digo: Bajen la bandera”.

POR MAGGIE TROWE  
CHARLESTON, Carolina del Sur—La demanda de que se remueva la bandera de la Confederación en Carolina del Sur y en otros estados sureños se extendió rápidamente por todo el país tras el asesinato de nueve africano-americanos en una iglesia de esta ciudad por el terrorista supremacista blanco Dylann Storm Roof el 17 de junio.

La rapidez del cambio de los políticos capitalistas para que se remueva el símbolo de terror racista de los capitolios estatales y otros lugares públicos es una indicación del impacto de los cambios profundos en la clase trabajadora, especialmente en los trabajadores caucásicos, en las últimas décadas y los logros de las amplias y sostenidas manifestaciones bajo la demanda “Las vidas de los negros si importan” contra la brutalidad policial durante el último año.

Cinco días después de los asesinatos y dos días después de que miles de personas —africano-americanos y caucásicos— se reunieron frente al capitolio estatal en Columbia coreando ¡Bájenla!, la gobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, previamente una defensora del emblema, rodeada de dirigentes de los partidos demócrata y republicano dijo, “Es hora de retirar la bandera de nuestro capitolio”. La legislatura votó a favor de abordar el tema cuando vuelva a reunirse este mes.

El 24 de junio, el gobernador de Alabama Robert Bentley ordenó que se removieran las banderas de la Confederación del capitolio estatal. El mismo día los dos senadores de Mississippi, Roger Wicker y Thad Cochran, pidieron que se removieran las estrellas y las barras de la esquina superior de la bandera de ese estado.

“Me alienta la rapidez con que están siendo retiradas estas banderas de los lugares públicos”, dijo Dot Scott, presidenta del capítulo de Charleston de la NAACP, en una entrevista por teléfono el 29 de junio. “No debía haber sido necesario que murieran nueve personas para que esto sucediera, pero soy optimista. No hay vuelta atrás, no después de que ese individuo usó ese símbolo por lo que hizo”.

Amplia respuesta a los asesinatos

Roof, de 21 años, fue a la Iglesia Emanuel A.M.E. en Charleston el 17 de junio y asistió a un grupo de oración. Luego se puso de pie y le disparó al pastor de la iglesia, el senador estatal Clementa Pinckney, a los reverendos Sharonda Singleton, Daniel Simmons y DePayne Middleton-Doctor, y a Ethel Lee Lance, Cynthia Hurd, Myra Thompson, Susie Jackson, y Tywanza Sanders.

Sylvia Johnson, prima de Pinckney, dijo a MSNBC que un sobreviviente describió las palabras de Roof antes de empezar a disparar. “Ustedes han violado a nuestras mujeres y se están apoderando de nuestro país … Tengo que hacer lo que se debe hacer”.

Un sitio web registrado bajo el nombre de Roof muestra en febrero fotos de él con una bandera de la Confederación y una larga declaración diciendo que los negros son inferiores y atacando también a los judíos y latinos. “No tenemos cabezas rapadas, ni un verdadero KKK, nadie está haciendo nada más que hablar en el Internet”, dijo la declaración. “Alguien tiene que tener la valentía para llevar esto al mundo real, supongo que tendré que ser yo”.

En los días posteriores a los asesinatos trabajadores y otras personas de Charleston y de la región se dirigieron a la iglesia Emanuel para colocar flores, velas y mensajes, para demostrar su respeto y su posición.

Alrededor de 2 mil personas, entre ellas parientes de las víctimas, asistieron a una vigilia en el estadio del Colegio de Charleston el 19 de junio donde habló el alcalde de Charleston Joe Riley. El 20 de junio, se llevó a cabo una protesta en Columbia para exigir la retirada de la bandera de la Confederación. El mismo día más de 500 personas marcharon al museo de la Confederación en Charleston coreando “Las vidas de los negros si importan”. El 21 de junio, más de 10 mil personas se tomaron de las manos a lo largo del puente Arthur Ravenel Jr. aquí para denunciar los asesinatos.

Cambios en la clase trabajadora

En la mayoría de estos eventos, aunque muchos de los participantes eran africano-americanos, la mayoría eran caucásicos.

“La gente quiere que sus vecinos y el mundo vean cuál es su postura”, dijo por teléfono el 29 de junio Leonard Riley, dirigente del Local 1422 del sindicato de estibadores ILA, el cual tiene una larga historia de participar en la lucha para remover la bandera de la Confederación.

Muchos de los medios capitalistas hicieron hincapié de este hecho con sorpresa y lo trataron como si fuera algo nuevo. Pero es un cambio que se ha venido profundizando durante décadas.

“Yo estaba tan molesta por los asesinatos en la iglesia”, dijo al Militante Hazel Collins, de 81 años, viuda de un trabajador de aserradero, el 20 de junio en su cocina en Charleston del Norte.

“Me puse tan enojada cuando alguien dijo en la televisión que todos los blancos en el Sur son racistas”, dijo Patricia Austin, de 66 años, una trabajadora de banco jubilada, en su puerta en West Columbia, el 21 de junio. “No es cierto. El Sur ha cambiado”.

La discusión y el debate sobre la bandera de la Confederación se está desarrollando por todo Estados Unidos tras el ataque terrorista, y hay un creciente reconocimiento de su significado político asesino como emblema de los que siguen resueltos a preservar todo lo posible de las consecuencias de la sangrienta contrarrevolución contra los avances de la Guerra Civil y la Reconstrucción Radical, así como de las redadas nocturnas del Ku Klux Klan, de los linchamientos de trabajadores y agricultores negros, de la oposición violenta a las conquistas del movimiento por los derechos de los negros.

Percibiendo hacia que lado sopla el viento, el gigante minorista Walmart anunció el 22 de junio que dejará de vender mercancía con la bandera de la Confederación. Amazon, eBay y Sears siguieron su ejemplo. El servicio de parques nacionales anunció el 25 de junio que dejará de vender banderas, camisetas e imanes con la bandera de la Confederación en sus tiendas, en lugares como en el Campo Nacional de la Batalla Antietam en Sharpsburg, Maryland.

Naomi Craine contribuyó a este artículo.  
 
 
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