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Vol. 79/No. 28      10 de agosto de 2015

 
(portada)
En gira por sudamérica el
Papa apela a los oprimidos

 
POR EMMA JOHNSON  
“Pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”, dijo el Papa Francisco en el Segundo Encuentro Mundial de los Movimientos Populares en Santa Cruz, Bolivia, el 9 de julio.

Abogó por un movimiento social para acabar con un “nuevo colonialismo” y que “digamos no a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina”. Este fue un tema recurrente durante la visita de ocho días del pontífice a Ecuador, Bolivia y Paraguay, tres de los países más pequeños y más pobres de América Latina, todos con grandes poblaciones indígenas.

América Latina es hogar de 425 millones de católicos, casi el 40 por ciento de la población católica del mundo. Pero aun en este núcleo, la iglesia ha perdido terreno en las últimas décadas. Según una encuesta del Centro de Investigación Pew realizada el año pasado, 69 por ciento de los adultos en la región dijeron ser católicos, una disminución con respecto a un 92 por ciento en 1970.

Desde que se convirtió en Papa, Francisco ha tomado pasos para poner a la iglesia en sintonía con las cambiantes actitudes sociales y vidas cotidianas de los feligreses. Él está tratando de recobrar la credibilidad y restaurar la autoridad moral de la institución, en un mundo marcado por una profunda crisis capitalista que tiene efectos devastadores en millones de trabajadores. A través de este cambio, abre las puertas a las discusiones políticas más amplias entre los trabajadores, católicos y otros, sobre cómo avanzar sus intereses.

“El nuevo colonialismo adopta diversas fachadas”, dijo el Papa en Santa Cruz. “A veces es el poder anónimo del ídolo dinero: corporaciones, prestamistas, algunos tratados denominados de ‘libre comercio’ y la imposición de medidas de ‘austeridad’ que siempre ajustan el cinturón de los trabajadores y de los pobres…”. “La distribución justa de los frutos de la tierra y el trabajo humano no es mera filantropía. Es un deber moral. Para los cristianos la carga es aún más fuerte: es un mandamiento”.

Francisco se reunió con los presidentes de los tres países. Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia representan partidos populistas de izquierda que han tenido relaciones tensas con la jerarquía católica en sus países.

En Ecuador, Francisco habló sobre los temas de su encíclica Laudato Si’, sobre el Cuidado de la Casa Común, una carta a los obispos emitida en mayo que se enfoca en el medio ambiente y el cambio climático. “La explotación de los recursos naturales, tan abundantes en el Ecuador no debe buscar beneficio inmediato”, dijo a un grupo que incluía indígenas de las amazonas ecuatoriales el 7 de julio. Dijo que espera poder influenciar la cumbre de las Naciones Unidas sobre cambio climático en Paris este diciembre.

La oposición de la iglesia a la homosexualidad y el divorcio también no concuerdan con la opinión del pueblo trabajador. En 2004 Chile se convirtió en el último país en América Latina en legalizar el divorcio, y desde 2010 se ha legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo en Argentina, Brasil y Uruguay. Aunque la posición de la iglesia no ha cambiado sobre estas cuestiones, Francisco ha dejado claro que el clero no debe enfocarse en ellas.

A fines de junio, Francisco dijo que en algunas instancias sería correcto disolver un matrimonio, en casos en que “se trata de salvar al conyugue más débil, o a los hijos pequeños, de los daños más graves causados por la prepotencia y la violencia, por el envilecimiento y la explotación, por la distancia y la indiferencia”.

El 19 de septiembre Francisco arribará a Cuba para una visita de tres días y luego continuará a Estados Unidos donde se quedará hasta el 25 de septiembre.

“Desde ahora, nos preparamos para recibir el próximo mes de septiembre al Papa Francisco con afecto, respecto y hospitalidad, como merece”, dijo el presidente Raúl Castro ante la Asamblea Nacional el 15 de julio. “Despierta admiración mundial su prédica a favor de la paz y la equidad, la erradicación de la pobreza, la defensa del medio ambiente y su análisis de la causas de los problemas de la humanidad, que todos hemos seguido con atención, especialmente durante su memorable recorrido por Ecuador, Bolivia y Paraguay”.  
 
 
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