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Vol. 80/No. 8      29 de febrero de 2016

 
(portada)

Miles huyen bombas de Moscú y asalto de Alepo por régimen sirio

Foto de AP Photo/Bunyamin Aygun
Sirios buscando refugió tras asalto de Alepo por el regimen sirio son detenidos en frontera turca.
 
POR MAGGIE TROWE
Decenas de miles de trabajadores y agricultores sirios huyeron hacia la frontera turca durante la primera semana de febrero como resultado del asalto brutal contra Alepo en el norte de Siria por aviones de combate rusos, fuerzas del dictador sirio Bashar al-Assad y tropas iraníes y de Hezbolá. El objetivo del asalto es aniquilar a las fuerzas de oposición que buscan el derrocamiento de Assad.

Reforzado por el bombardeo masivo de Moscú, Assad ha logrado anular los avances de los grupos de oposición, consolidando su posición en cualquier negociación sobre al futuro del país. En 2011 Alepo fue un centro de movilizaciones populares contra el régimen, las cuales fueron aplastadas por Assad, lo que llevó a la guerra civil actual.

Washington ha forjado un bloque con Moscú y Teherán para tratar de lograr un alto al fuego en Siria, obtener algo de estabilidad para los intereses norteamericanos en la región y llevar a cabo acciones unidas contra el Estado Islámico.

Human Rights Watch reportó el 8 de febrero que aviones de Moscú han lanzado bombas de racimo —armas anti-civiles que estallan en el aire y lanzan metralla mortífera— por lo menos en 14 ocasiones en cinco provincias durante las últimas dos semanas.

El secretario de estado John Kerry dijo el 5 de febrero que el bombardeo “tiene que cesar”. Pero desde hace tiempo él ha dirigido la creciente colaboración de Washington con Teherán y Moscú mientras que las fronteras impuestas por los imperialistas durante el siglo XX y la estabilidad en la región se desmoronan y el Estado Islámico toma extensas áreas de Siria e Iraq.

Aunque Washington ha dado un tibio apoyo verbal y ayuda ínfima a la oposición capitalista siria, ninguno de sus componentes tiene fuerza suficiente para estabilizar el país.

Assad y sus aliados están amenazando con imponer un sitio y matar de hambre a los que permanezcan en Alepo, como lo han hecho en decenas de lugares. El 8 de febrero más de 35 mil sirios se concentraron cerca de la frontera turca, esperando poder entrar a Turquía. Ankara cerró la frontera hace algún tiempo, pero al día siguiente el ministro de relaciones exteriores Mevlut Cavusoglu dijo que 10 mil refugiados ya habían cruzado.

Negociaciones indirectas entre Assad y las fuerzas de oposición comenzaron el 1 de febrero en Ginebra bajo los auspicios del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero se desmoronaron después de dos días, a la vez que la ofensiva del régimen seguía avanzando. Miembros de la delegación de oposición dijeron que los gobiernos saudí y turco, quienes buscan defender sus propios intereses frente a los de Moscú y Washington, los presionaron a retirarse.

Con el objetivo de presionar a Obama a que se aleje de Moscú y de Assad, los gobiernos de Arabia Saudita y de los Emiratos Árabes Unidos ofrecieron proporcionar tropas si Washington aceptaba dirigir una guerra terrestre ampliada en Siria.

El ministro de relaciones exteriores sirio Walid al-Moallem se burló de la oferta el 6 de febrero, diciendo que “volverían a casa en ataúdes de madera”.

En un editorial del 7 de febrero, el Wall Street Journal se refirió a las acciones de Obama en Siria como “una política de déjalo-arder”. Pero los gobernantes capitalistas norteamericanos no tienen ningún interés en meterse en una nueva guerra terrestre en el Medio Oriente. Es poco probable que cualquier candidato que gane la presidencia en 2016 se desvíe del curso actual.  
 
 
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