El Militante (logo)  

Vol. 80/No. 11      21 de marzo de 2016

 
(especial)

‘Fuerte condena del capitalismo: cómo las cárceles muelen a la gente y sirven los intereses de la clase gobernante’

 
La siguiente presentación se dio el 18 de febrero en un evento celebrado durante la Feria Internacional del Libro de La Habana. En el evento, al que asistieron 150 personas, se presentaron tres libros sobre los Cinco Cubanos, la Revolución Cubana y la clase trabajadora norteamericana. Copyright © 2016 por Pathfinder Press. Se reproduce con autorización.

POR MARY-ALICE WATERS
Gracias, Sandra, por tu generosa introducción.

Antes que nada, a nombre de Pathfinder quiero agradecer al Instituto Cubano del Libro, la Editorial Nuevo Milenio y la Editorial José Martí por la publicación de estas excelentes ediciones cubanas de dos títulos de Pathfinder: Voces desde la cárcel: Los Cinco Cubanos y la edición bilingüe de las 15 acuarelas de Antonio Guerrero: Yo me muero como viví/I will die the way I’ve lived.

Nancy Hernández, directora de la Editorial José Martí, y Juan Ramón Rodríguez, editor de esta hermosa presentación de las pinturas de Antonio, nos acompañan hoy, como también Juan Carlos Santana, director de Nuevo Milenio, y Javier Bertrán, quien preparó esta edición de Voces desde la cárcel.

Ustedes oirán más sobre estas dos publicaciones de nuestros panelistas esta tarde.

Quiero expresar nuestro aprecio especial a las compañeras y los compañeros del ICAP [Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos], empezando con Kenia [Serrano] y Fernando [González]; nuestra moderadora Sandra [Ramírez], directora de Norteamérica del ICAP; y Rafaela Valerino, quien ofreció sus expertos conocimientos editoriales al trabajar con nosotros en la preparación de Los Cinco Cubanos hablan sobre su vida en la clase trabajadora norteamericana.

Los tres libros nacieron como armas en la lucha por la libertad de nuestros compañeros, conocidos por todo el mundo como los Cinco Cubanos. Ninguno de estos títulos habría sido posible sin la colaboración que recibimos del ICAP.

Es un privilegio contar con un panel destacado como este, especialmente la presencia del compañero [Ricardo] Alarcón, cuyos esfuerzos incansables a favor de los Cinco son conocidos por todos nosotros, así como de Jorge Hernández del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos, de la Universidad de La Habana; y del compañero José Ángel Maury, hablando a nombre del Buró Nacional de la UJC [Unión de Jóvenes Comunistas].

Y eso sin mencionar el honor de contar con la participación de Ramón [Labañino] y de Tony [Guerrero], así como la presencia de Gerardo [Hernández], Fernando, René [González] y muchos de sus familiares.

Solo puede agregar: por favor no se asusten por el número de asientos ocupados que ven aquí en la tribuna. Al igual que ustedes, todos queremos escuchar a Ramón y a Tony especialmente, y los demás le prometimos a Sandra que hablaremos brevemente.

Los Cinco Cubanos hablan sobre su vida en la clase trabajadora norteamericana, el libro más nuevo de Pathfinder, es un producto de la victoria que se marcó el 17 de diciembre de 2014. Aún si parece como si hubieran pasado años desde ese día, fue apenas hace 14 meses que Gerardo, Ramón y Antonio oyeron los portones de la prisión cerrarse detrás de ellos por última vez.

Pero el relato que los Cinco nos ofrecen en las páginas de este libro no pudo haberse conocido hasta que todos estuvieran en libertad.

También es cierto que si hubiéramos esperado hasta después de agosto pasado para sentarnos a conversar con todos los Cinco compañeros sobre su vida como parte de la clase trabajadora norteamericana, tal vez nunca se habría registrado la riqueza de esos años de experiencia. Al menos se habría desvanecido lo vívido de sus recuerdos, de las cosas que ellos querían que todos conociéramos.

Se nos ha hecho la pregunta unas cuantas veces: ¿quién es el autor de este libro? La respuesta es sencillamente: los mismos “Cinco”. Esta es su historia. Y les puedo asegurar que se van a asombrar de las muchas cosas que van a aprender en estas páginas.

Entre las partes más importantes de este libro están las más de 40 fotos, muchas brindadas por Gerardo, Ramón y uno de los compañeros de cárcel de René. Un sinnúmero de lectores han expresado su sorpresa por lo que revelan estas fotos. Ahí verán a Gerardo, Ramón y René con sus compañeros de prisión en diferentes actividades: desde un juego de balonmano hasta la foto de Gerardo hablando sobre los lazos históricos entre Cuba y México en una celebración del Cinco de Mayo organizada por algunos de sus hermanos mexicanos.

Aprovecharé esta oportunidad para rogarles a Tony y a Fernando —René ya cumplió— que de alguna manera encuentren tiempo para buscar, en sus cajas almacenadas, fotos similares de sus años de prisión, para que podamos incorporarlas en la próxima tirada del libro.

Tanto en Estados Unidos como en Cuba, la primera reacción de un buen número de lectores hacia el título del libro es de pensar, y a veces preguntar: “¿Cómo pueden decir que los Cinco fueron parte de la clase trabajadora norteamericana? Fueron presos”.

La intención del título no es de ser provocador. Pero sí destaca algo sobre las relaciones sociales del capitalismo en Estados Unidos que desconocen muchas personas tanto allí como en todo el mundo. Estados Unidos es el país con la mayor tasa de encarcelamiento del mundo. Sí, la más alta del mundo.

El 5 por ciento de la población masculina adulta en Estados Unidos —y el 17 por ciento de los hombres adultos que son negros— están presos actualmente, o lo han estado. Estamos hablando de millones y millones de seres humanos.

Una de las cosas valiosas que encontrarán en el libro es una tabla que resume estos y algunos otros hechos sobre la “justicia” de clase en Estados Unidos.

Pero en las estadísticas del gobierno norteamericano, ustedes no van a encontrar a los 2.2 millones de hombres y mujeres presos incorporados a las cifras sobre la fuerza laboral. Los presos no están incluidos en las filas de los desempleados, ni son contados como empleados, aunque los presos federales están obligados a trabajar y muchos están “empleados”, ganando a veces tan solo 23 centavos la hora, en las fábricas de las prisiones de las cuales los cinco compañeros nos hablan en la entrevista.

Una de las fotos en Los Cinco Cubanos hablan sobre su vida en la clase trabajadora norteamericana es la de Gerardo en la prisión de Lompoc, California, con la fábrica de Federal Prison Industries (UNICOR) detrás suyo.

Esto me lleva al segundo punto que quisiera subrayar sobre el relato que nos ofrecen nuestros cinco compañeros: el respeto y la solidaridad que brindaron a sus compañeros de cárcel, y el respeto y la solidaridad que se ganaron. Pienso que está muy bien resumido en las palabras de Ramón que se destacan en la cubierta del libro: “Son los pobres quienes enfrentan el salvajismo del sistema de ‘justicia’ norteamericano”.

Este no es lo que uno llamaría un libro “de cárcel”. No mira hacia atrás. No mira hacia adentro. No se concentra en las dificultades del encierro o las indignidades y la violencia que marcan la vida carcelaria. Es un libro sobre la lucha de clases en Estados Unidos. Es una fuerte condena del capitalismo y cómo el capitalismo usa su sistema carcelario para proteger sus intereses de clase, cómo machaca a los seres humanos.

Acabo de mencionar cómo los presos desaparecen de las cifras de Washington sobre los trabajadores desempleados. … y los muchos millones más que están subempleados. Pero siempre hay que recordar que la manipulación engañosa de las cifras por el gobierno es algo que debemos considerar más bien como robo menor. El delito capital se está cometiendo contra la sociedad. Es el absoluto derroche de las posibilidades productivas de la humanidad: otro producto horrendo de las relaciones de propiedad del sistema que Fidel con mucha razón llama el “sálvese quien pueda”.

En este libro no se romantiza la vida carcelaria. Gerardo lo describe como micromundo de la sociedad capitalista que ha engendrado esas instituciones de castigo y represalia. Un sistema que no puede ser reformado. Pero lo que vemos a través de los ojos de nuestros cinco compañeros no es una clase sufriente. Es un retrato de firmeza y solidaridad obrera. Vemos una clase resistente.

Este retrato se dibujó sin una pizca de exageración. Millones de trabajadores en Estados Unidos podrán identificarse inmediatamente con él. Se verán a sí mismos, verán a sus familias y seres queridos, a sus amigos, vecinos y compañeros de trabajo como parte del mundo que nuestros cinco compañeros presentan con objetividad, perspicacia y sentido de humor. Comprenderán mejor ese mundo después de leer este libro.

Es René quien resume uno de los hechos que van a asombrar a muchos de ustedes cuando él dice: “Todos logramos cumplir la condena sin problemas, ni con los oficiales ni con los presos”. Y eso es un homenaje ante todo a la solidaridad de clase que cada uno de los Cinco brindó a las personas con las que compartieron tantos años de su vida.

Eso me lleva a mi tercer y último punto.

El 12 de septiembre de 1998, nuestros compañeros fueron incorporados a la fuerza, de manera brutal y sin previo aviso, a las filas de esta parte de la clase trabajadora norteamericana. ¿Qué los había preparado para actuar con tanta dignidad y resistir con tanta tenacidad durante los próximos 16 años de su vida?

No hay mejor manera de explicarlo que las palabras de Tony hace un año durante un intercambio con estudiantes en la CUJAE [la principal universidad de ingeniería y ciencias en La Habana]. Es uno de los textos en el nuevo libro.

“Cualquiera puede escribir un poema”, dijo Antonio a los estudiantes. “Pero pasar 17 meses en el hueco y 16 años de prisión y que no haya una sola obra que destile el mínimo odio. … eso es producto de nuestra formación como revolucionarios. Es algo que pudimos hacer gracias a la revolución”.

Lo que preparó a nuestros compañeros para ese día en septiembre fue la misma Revolución Cubana: la dignidad aprendida de nuestro pueblo, como escribió Tony. Lo que los preparó fue la formación y los valores (la formación y los valores proletarios internacionalistas, diría yo) que habían interiorizado desde jóvenes en Cuba.

Las prisiones de las clases dominantes no son terreno desconocido para los trabajadores que luchan por defender nuestros intereses. Ese hecho está plenamente demostrado a través de la historia, incluyendo la historia del pueblo cubano. Sin embargo, la manera en que se comportan los revolucionarios, los comunistas, es siempre una nueva prueba. Y nuestros cinco hermanos nos brindan un ejemplo que merece ser estudiado y emulado por las actuales y futuras generaciones.

En Cuba “es normal que el hombre ayude al hombre, que la gente coopere entre sí”, dice Ramón. “No se trata de una ‘buena política’. Es una realidad”. Es el resultado de una revolución que derrocó el salvaje orden económico y social del capitalismo y de una dirección que durante décadas ha mantenido esa trayectoria contra viento y marea.

Eso es lo que Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René trajeron y que formó parte de su vida en el seno de la clase trabajadora en Estados Unidos. Y por eso, este libro trata tanto sobre la victoriosa revolución socialista cubana como sobre la lucha de clases en Estados Unidos.

Cuando nuestros compañeros fueron encarcelados, hubo muchas personas en todo el mundo que temieron por su seguridad, aduciendo que los estaban poniendo con lo que la clase dominante llama “delincuentes comunes”. El sistema judicial norteamericano no reconoce una categoría conocida como “presos políticos”.

Como ustedes leerán en estas páginas, ese temor resultó ser infundado. Al contrario, el hecho de que nuestros compañeros se encontraban entre trabajadores comunes resultó ser una salvación, una fuente de fortaleza y protección para ellos. Multiplicó muchas veces la fuerza del ejemplo que ellos sentaron y su alcance entre la clase trabajadora.

Nuestros cinco compañeros han escrito un nuevo capítulo en la historia de luchas revolucionarias entrelazadas en nuestros dos países, un nuevo capítulo en el libro abierto que conocemos como “Cuba y la revolución norteamericana que viene”. A ellos podremos agradecerles esto por mucho tiempo.

Voy a finalizar trayéndoles un mensaje muy especial de otro Héroe de la República de Cuba, José Ramón Fernández [jefe de la principal columna que derrotó la invasión organizada por Washington en Playa Girón en 1961]. El compañero Fernández, quien no pudo acompañarnos hoy por compromisos de su trabajo, me pidió que les transmitiera el siguiente mensaje a este encuentro:

Estimada amiga Mary-Alice:

En el proceso de presentación del libro, le pido me excuse con los Cinco. He estado comprometido con ellos y sus familias durante todo su período de prisión y siento un gran respeto y admiración por su firmeza, por el estoicismo con que cumplieron las penas sabiendo de lo injusto de toda la sanción.

A usted le solicito también que, al presentarlos, les transmita a ellos un abrazo fraterno por su patriotismo.

Estoy segura que todos los presentes podemos sumar nuestras voces a ese mensaje de respeto y admiración de uno de los grandes soldados y dirigentes históricos de la Revolución Cubana.
 
 
Artículos relacionados:
La lucha de clases en EEUU y la Revolución Cubana son enfoque de nuevos libros sobre los Cinco Cubanos
Estudiantes en Cuba deseosos de saber de política de clase en EEUU
La ‘justicia’ capitalista en EE.UU. … algunos datos
 
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto