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Vol. 80/No. 18      9 de mayo de 2016

 
(portada)

Pugna entre Teherán y Riad amplía fisiones en
Medio Oriente

 
POR MAGGIE TROWE
La fuerte competencia entre las clases gobernantes de Arabia Saudita e Irán aseguró el fracaso del esfuerzo, que de por sí ya era débil, de los mayores productores de petróleo de congelar su producción para aumentar los precios.

La rivalidad entre el régimen iraní y la monarquía saudí por la dominación económica y política del Medio Oriente también se manifiesta en el hecho que las dos potencias capitalistas han tomado lados opuestos en los conflictos militares en Yemen y Siria. El giro de Washington hacia Moscú y Teherán para establecer un nuevo orden en el Medio Oriente que proteja sus intereses imperialistas —un cambio que se aleja de su alianza tradicional con los gobiernos de Israel y Arabia Saudita— ha intensificado las tensiones entre Riad y Teherán.

Funcionarios de Rusia y la mayoría de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo se reunieron el 17 de abril en Doha, Qatar. La reunión fue convocada después de que los gobiernos de Rusia, Arabia Saudita, Qatar y Venezuela elaboraran en febrero un pacto preliminar para congelar los precios del petróleo.

Los precios del petróleo aumentaron de 28 dólares a más de 40 después del acuerdo en febrero. La contracción mundial de la producción y el comercio capitalistas ha provocado el desplome de los precios de mercancías tales como el petróleo, el cual, hasta mediados de 2014, costaba más de 100 dólares por barril.

El gobierno iraní no envió un representante a la reunión en Doha y se niega a congelar la producción de petróleo. De hecho, Teherán ha aumentado la producción a medida que las sanciones comerciales empezaron a suspenderse en enero como resultado del acuerdo con Washington y sus aliados a cambio de que Irán redujera la producción de combustible nuclear.

Las negociaciones fracasaron cuando el gobierno saudí dijo que no congelaría la producción de petróleo si Teherán no lo hace.

Riad ha prohibido la entrada a aguas saudíes de buques que transportan crudo iraní, y según algunos comerciantes de petróleo, ha bloqueado el transporte de petróleo iraní del Mar Rojo al Mediterráneo usando los oleoductos que utilizaba antes de que se impusieran las sanciones. Se ha generado una guerra de precios entre los dos países en cuanto al precio que cobran a compradores asiáticos.

Muchos países productores han recortado sus presupuestos para adaptarse a los bajos precios. Cuando el gobierno de Kuwait anunció la posibilidad de reducir los salarios y beneficios de los obreros petroleros, miles de ellos salieron en huelga del 17 al 20 de abril, por primera vez desde 1996.

Ejecutivos del productor de aviones estadounidense Boeing realizaron negociaciones públicas con autoridades iraníes en Teherán a principios de abril, la primera visita de una compañía norteamericana desde la revolución iraní de 1979 que derrocó al dictador Shah Reza Pahlavi, quien contaba con el apoyo de Washington.

Airbus, el rival europeo de Boeing, planea entregar el primer lote de aviones que Irán ordenó cuando se suspendieron las sanciones, pero primero debe conseguir licencia de exportación estadounidenses, porque más del 10 por ciento de las partes de los aviones fueron manufacturadas en Estados Unidos.

Las fricciones entre Washington y Riad han aumentado. Un proyecto de ley actualmente siendo considerado en el congreso estadounidense permitiría que se demande al gobierno saudí en cortes estadounidenses por su papel en los ataques contra el World Trade Center y el Pentágono el 11 de septiembre de 2001. Riad respondió con amenazas de vender hasta 750 mil millones de activos de Estados Unidos, aunque dicha medida, la cual sería un duro golpe a la economía saudí, es improbable.

El presidente Barack Obama dice que vetará la ley, mientras que el candidato republicano Donald Trump y los candidatos demócratas Hillary Clinton y Bernie Sanders la apoyan.  
 
 
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