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Vol. 80/No. 36      26 de septiembre de 2016

 
(portada)

Siria: EUA, Moscú hacen pacto de ‘paz’, Ankara ataca a kurdos

 
POR NAOMI CRAINE
Washington y Moscú anunciaron que habían negociado un cese al fuego parcial en Siria a partir del 12 de septiembre entre el régimen de Bashar al-Assad, que cuenta con el respaldo de Moscú y Teherán, y los grupos de oposición apoyados por los gobiernos de Estados Unidos, Turquía y Arabia Saudita. Si se mantiene, Washington y Moscú dicen que coordinarán sus operaciones militares contra el Estado Islámico y el antiguo Frente Nusra. La administración de Barack Obama ha buscado tal acuerdo desde hace meses, con la esperanza de estabilizar la región a favor de los intereses del imperialismo estadounidense.

A la misma vez, Washington continúa respaldando la ofensiva del gobierno turco en el norte de Siria dirigido principalmente a prevenir la expansión de Rojava —la región controlada por los kurdos en el noreste de Siria y una área más pequeña cerca de Afrin en el noroeste del país.

El curso de Obama refleja el relativo declive en el poderío militar, económico y político del imperialismo norteamericano en el mundo. Existe un consenso creciente en el seno de la clase gobernante estadounidense de la incapacidad de Washington y sus aliados de lograr una victoria en la región.

La intervención norteamericana y la ampliación de la guerra han extendido el caos en la región y una crisis de refugiados que ha perturbado a los estados-naciones de Europa. El director de la CIA John Brennan dijo el 7 de septiembre que él duda que “Siria e Iraq puedan ser reconstituidos de nuevo”.

Washington considera que ahora el único camino hacia cualquier semblanza de estabilidad es formar un bloque con Moscú.

Se mantenga o no la tregua, el pueblo trabajador en Siria seguirá encarando las consecuencias devastadoras.

Un acuerdo limitado e inestable

El secretario de estado John Kerry y el ministro del exterior ruso Sergey Lavrov hicieron público el acuerdo en Ginebra el 9 de septiembre. Kerry dijo que llama a mantener “un periodo de tiempo sostenido de reducida violencia” y que se permita la entrega de ayuda humanitaria a los residentes de Alepo y otras áreas. Si se mantiene por una semana, Washington y Moscú dicen que iniciarán ataques coordinados contra el Estado Islámico y Jabhat Fatah al-Sham, antes conocido como el Frente Nusra.

Lavrov dijo que Moscú aseguraría que la fuerza aérea de Assad no opere en las áreas “designadas de cooperación rusa-norteamericana”.

El gobierno de Siria e Irán, y el grupo libanés Hezbollah, el cual apoya a Assad, han dicho que tomarán parte en el cese al fuego. También lo han hecho muchos de los grupos armados opuestos a Assad, a la misma vez que han expresado su pesimismo sobre cualquier pausa duradera en los combates, dijo Reuters el 12 de septiembre.

La guerra civil en Siria empezó en 2011, después que el gobierno de Assad aplastara las protestas populares a favor de más derechos políticos. Desde entonces el régimen ha luchado contra un cambiante conjunto de grupos opositores. Ha utilizado bombas de barril, asedios de hambre y ataques con gases contra la población civil.

Los luchadores más eficaces contra el Estado Islámico han sido los kurdos, la milicia peshmerga del Gobierno Regional Kurdo en Iraq y las Unidades de Protección Popular (YPG) en Siria. Sus avances han dado impulso a la lucha por los derechos nacionales y la autodeterminación en las áreas pobladas por kurdos, incluyendo en Turquía e Irán, a lo cual se oponen todas las clases gobernantes en la región y Washington.

Ankara ha continuado su ofensiva en el norte de Siria, enviando tanques, tropas y combatientes sirios respaldados por Ankara y ha ocupado áreas entre Jarablus —al oeste del río Eufrates— y Afrin. Obama le dijo al presidente turco Recep Tayyip Erdogan en una reunión el 4 de septiembre, que “acabaran con eso”.

Un artículo en el Washington Post el 8 de septiembre titulado, “Un recordatorio de las guerras permanentes: decenas de bombardeos norteamericanos en seis países”, señaló a los bombardeos y los ataques de Washington en Afganistán, Iraq, Libia, Somalia, Siria y Yemen durante el fin de semana del 3 de septiembre.  
 
 
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