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Vol. 80/No. 44      21 de noviembre de 2016

 
(portada)

Ankara compite por influencia, Washington dirige asalto a Mosul

 
POR MARK THOMPSON
Tropas del gobierno iraquí entraron en la ciudad de Mosul el 31 de octubre en un asalto organizado por Washington para arrebatar el control del Estado Islámico. Durante las dos semanas anteriores habían capturado las afueras orientales de la ciudad, junto con las fuerzas peshmerga del gobierno autónomo kurdo iraquí.

Los conflictos entre los rivales capitalistas de la región se han intensificado, sobre todo ahora cuando tanto el gobierno de Turquía como el de Irán tratan de afirmar cada vez más su influencia como potencias regionales. Dichos conflictos se exacerbaron más el 26 de octubre cuando el secretario de defensa estadounidense Ashton Carter anunció que Washington planea abrir pronto una ofensiva contra el Estado Islámico en su bastión sirio de Raqa.

Miles de milicias chiitas se unieron a la batalla en Mosul el 30 de octubre. Actúan bajo los auspicios del gobierno iraquí, pero la mayoría son entrenados y organizados por la Brigada Quds, el brazo extraterritorial de las Guardias Revolucionarias de Teherán.

Posando como el protector de los musulmanes suníes y los turcomanos étnicos, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan denunció la participación de la milicia chiita. El ejército turco empezó a desplegar tanques y vehículos blindados a la frontera turco-iraquí el primero de noviembre. Ankara ya tiene 2 mil soldados en el norte de Iraq, incluyendo 800 en una base cercana a Mosul, a pesar de la oposición del gobierno iraquí.

Discursos recientes de Erdogan han afirmado que Turquía tiene una reivindicación histórica sobre el territorio en el norte de Iraq y Siria, incluyendo Mosul, y considera esto como parte de la esfera de influencia de Ankara. Los mapas publicados por los medios de comunicación turcos han comenzado a mostrar a estas regiones como parte de Turquía. En un discurso del 19 de octubre que criticó la colaboración de Washington con las fuerzas kurdas en Siria, Erdogan dijo: “No estamos obligados a cumplir el papel que cualquiera haya establecido para nosotros”.

Tropas y tanques turcos y una milicia árabe respaldada por Ankara han avanzado en el norte de Siria desde finales de agosto en una operación que Ankara llama “Escudo Éufrates”. Tanto las fuerzas turcas como las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés), encabezadas por las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), están avanzando hacia la ciudad de al-Bab, qué está bajo control del Estado Islámico

En un discurso televisado el 27 de octubre, Erdogan dijo que las fuerzas turcas prevendrían que las SDF entraran a al-Bab y luego las forzarían a retroceder hacia el este a través del río Éufrates.

Pero Washington depende del SDF como la fuerza principal para un ataque contra el Estado Islámico en Raqa. Fuerzas de operaciones especiales y ataques aéreos estadounidenses han estado apoyando a las fuerzas turcas y kurdas en Siria.

Erdogan dijo que instó al presidente Barack Obama en una llamada telefónica el 26 de octubre a excluir al SDF de la ofensiva contra Raqa y a colaborar en cambio con un ataque militar dirigido por los turcos. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que Obama le pidió a Erdogan que se abstuviera de atacar al SDF mientras se lleva a cabo el asalto contra Raqa, y que Washington tratará de controlar a los kurdos.

Las fuerzas turcas que avanzan en al-Bab no están lejos de la ciudad de Alepo, donde el régimen de Bashar al-Assad y sus partidarios, incluyendo aviones rusos y tropas y milicias iraníes, están llevando a cabo un asalto asesino contra los insurgentes de la oposición para tomar el control de la ciudad. Un comandante de las fuerzas pro-Assad emitió una advertencia el 26 de octubre de que cualquier avance turco hacia sus posiciones sería repelido “decisivamente y con fuerza”.

Teherán, que respalda a los iraquíes y los sirios, ha advertido repetidamente a Ankara contra la intervención en cualquiera de los dos países.

En Turquía, Erdogan sigue arrestando a políticos kurdos, cerrando periódicos y despidiendo a miles de maestros, trabajadores de la salud y otros considerados desleales al gobierno, utilizando poderes de emergencia adoptados tras el fracasado golpe militar de julio. Decenas de funcionarios del pro-kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y del Partido Democrático de las Regiones (DBP) fueron arrestados en el sureste de Turquía en octubre. Se les acusa de apoyar al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).  
 
 
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