El Militante (logo)  

Vol. 80/No. 44      21 de noviembre de 2016

 
(especial)

Cierran ‘la Jungla’ en Calais; dejan a refugiados
en la calle

 
POR JONATHAN SILBERMAN
El 24 de octubre, el gobierno francés desplegó alrededor de 1 200 policías anti motines, armados con gases lacrimógenos, porras y balines de goma, para obligar a los refugiados a que abandonaran el campamento conocido como la “Jungla”. Después llegaron excavadoras que en el curso de una semana demolieron gran parte del campamento en Calais, cerca de la entrada al Túnel del Canal entre Francia y el Reino Unido.

Oficiales franceses han comenzado a transportar a miles de residentes de la “Jungla” que consideran calificados para solicitar asilo, a “centros de bienvenida” por todo el país. Muchos otros ahora viven en las calles de Calais y París.

“No me subiré a ningún autobús mañana”, dijo Salman Afridi, un paquistaní de 22 años al Telegraph el 24 de octubre. “Me pueden arrestar, pero, pase lo que pase, yo volveré aquí. Llegaré a Inglaterra”. Esa ha sido la meta de los cerca de 10 mil refugiados y otros inmigrantes que han estado viviendo en el campamento de Calais.

Cada noche unos cuantos intentan cruzar a Inglaterra como escondidos en camiones que atraviesan el Eurocanal o en uno de los transbordadores.

The Jungle Se estima que entre 1 000 y 1 500 menores no acompañados aún permanecen en el campamento, atorados en un limbo legal, mientras que las autoridades británicas y francesas discuten si se les permitirá solicitar asilo en el Reino Unido.

Los habitantes de la “Jungla” constituyen una pequeña fracción de los cerca de 2 millones de refugiados que han huido del Medio Oriente, de África del norte y de Asia a Europa en los dos últimos años como resultado principalmente de las guerras en Siria, Iraq y Afganistán. La gran mayoría de ellos se dirige a Alemania, alentados por el gobierno de Ángela Merkel. Unos 476 mil de ellos solicitaron asilo en ese país en 2015. Más de 3 770 se ahogaron al cruzar el Mar Mediterráneo el año pasado.

La ola de refugiados e inmigrantes está exacerbando los conflictos entre los gobiernos capitalistas por toda Europa. Los gobiernos han respondido reforzando sus fronteras y levantando rejas de alambre de púas que son patrulladas por policías armados, soldados y matones.

Londres y París acordaron en 2003 fijar controles inmigratorios mutuos en sus respectivos puertos del Canal de la Mancha. Muchos políticos franceses ahora están exigiendo la revocación del tratado, para forzar a Inglaterra a que procese a los que buscan asilo en su propio territorio.

Yendo de puerta a puerta en Harlow, en las afueras de Londres el 29 de setiembre, miembros de la Liga Comunista encontraron un álgido debate sobre lo que estaba ocurriendo en Calais. “Esos inmigrantes están en Francia, y Francia debería tomar la responsabilidad”, dijo una joven peinadora que no quiso dar su nombre.

“El origen del problema está en el Medio Oriente, que ha sido devastado por dos guerras contra Iraq que involucraron a miles de tropas británicas”, dijo Kay McGinley, una profesora universitaria. “Gran Bretaña y los otros países deberían retirarse”.

“Si cierran el campamento, ¿qué harán con la gente?” dijo Anne Dundon, de 30 años de edad a Paul Davies y Debra Jacobs, de la Liga Comunista.

“La manera con la que describen a los refugiados hace que se les vea de manera distinta que a otros trabajadores”, respondió Jacobs. “Es parte de su estrategia de dividir para dominar. Los sindicatos necesitan organizar a todo trabajador, no importa de dónde venga, y si tiene o no documentos”.

“En el Reino Unido los que solicitan asilo no reciben beneficios —solo reciben vales, así que cuando van de compras todos pueden ver que son buscadores de asilo”, agregó Davies.

“Si”, respondió Dundon, “eso está mal. Y el gobierno está tratando de extender ese sistema de vales en lugar de pagos en efectivo a otras personas que reciben beneficios; no solo a los buscadores de asilo”.  
 
 
Portada (este número) | Página inicial | Página inicial en versión de texto