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Vol. 81/No. 19      15 de Mayo de 2017

 
(portada, declaración del Partido Socialista de los Trabajadores)

EEUU: Manos fuera de Corea Por un Pacífico no nuclear

 
La siguiente declaración de Mary Martin, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para alcalde de Seattle, fue emitida el 3 de mayo.

El Partido Socialista de los Trabajadores exige el cese inmediato de las sanciones económicas y financieras de Washington contra la República Popular Democrática de Corea. Exigimos que el gobierno de Estados Unidos retire sus más de 28 mil tropas de la península coreana, y sus aviones y buques del cielo y las aguas de Corea. Nos solidarizamos con la lucha de más de 70 años para reunificar a Corea, desgarrada por el imperialismo estadounidense al final de la Segunda Guerra Mundial, y las aspiraciones del pueblo coreano por una península coreana y un Pacífico libre de armas nucleares.

Desde 1945, el Partido Socialista de los Trabajadores nunca ha dejado de luchar para librar al mundo del asesino arsenal nuclear de los gobernantes estadounidenses, exigiendo que Washington desmantele unilateralmente su arsenal. El PST ha hecho un llamado para que también lo hagan Moscú y todos los otros países que tienen armas nucleares.

Desde el colapso de la Unión Soviética a principios de la década de 1990, los gobernantes capitalistas de Estados Unidos han realizado algunas reducciones de armas nucleares para reforzar la mentira de que están en camino hacia el desarme nuclear. Esto es una mentira. No tienen intención alguna de hacerlo.

Hoy en día Washington despliega miles de armas nucleares —más que lo suficiente para incinerar muchas veces a cada individuo en la tierra. Lo mismo es cierto de Moscú. Los gobernantes de Estados Unidos están modernizando sus sistemas de lanzamiento nuclear. La administración de Barack Obama planeaba construir un nuevo arsenal de armas nucleares más pequeñas, alegando que serían más fácil de usar y que serían ¡“más éticas”!

Tanto las administraciones demócratas como las republicanas afirman que el arsenal nuclear de Washington defiende “nuestros intereses como ‘americanos’”. Pero no hay un “nosotros”. Sus fuerzas militares defienden los intereses de los propietarios capitalistas contra nosotros, las clases trabajadoras, tanto aquí como en el extranjero.

La campaña de Washington exigiendo que Corea del Norte se deshaga de las armas nucleares, y la insistencia de que Teherán renuncie a sus intentos de producirlas, es a la vez cínica e hipócrita. Pero el desarrollo de armas nucleares y sistemas de lanzamiento por parte de estos gobiernos debilita la defensa del pueblo coreano e iraní contra Washington. Diluye la capacidad de lucha de los trabajadores frente a los dictados del imperialismo, privándolos del alto nivel político y moral en los ojos de los trabajadores de todo el mundo.

La dirección de la revolución socialista cubana es un ejemplo a seguir.

“Nunca hemos considerado la producción de armas nucleares porque no las necesitamos”, explicó el líder comunista cubano Fidel Castro en 2005. Tener estas armas, dijo, “significaría participar en el juego de la confrontación nuclear”.

El gobierno cubano no toma esta posición porque la revolución no enfrenta enemigos ni amenazas militares. Desde el primer día de la revolución en 1959, Washington ha trabajado tenaz y despiadadamente para derrocarla.

“La única arma que no hemos renunciado”, dijo Castro, “es la ‘guerra de todo el pueblo’” —la movilización y armamento del pueblo cubano, política y militarmente. En contraposición, Fidel dijo, “Un arma nuclear es una buena forma de cometer suicidio en un momento determinado”.

Los trabajadores en Cuba tienen algo que vale la pena defender. “Poseemos un arma tan poderosa como la energía nuclear”, dijo Castro, “y es la inmensa justicia por la que estamos luchando”.

La negativa de Washington a deshacerse de su arsenal nuclear es otra razón poderosa para construir un liderazgo de la clase trabajadora en Estados Unidos que lucha para derrocar el gobierno de los belicistas capitalistas y reemplazarlo con un gobierno de trabajadores y agricultores.  
 
 
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