Vol. 81/No. 29 7 de agosto de 2017
(artículo principal)
¡No a la injerencia de Washington en Venezuela!
La medida fue impuesta en medio de una crisis política, cuatro días antes de una votación convocada por el presidente Maduro para el 30 de julio para elegir miembros a una Asamblea Constituyente .
Entre tanto, las fuerzas pro-imperialistas de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) han convocado un paro nacional de 48 horas a partir del 26 de julio y una masiva protesta en la capital el día de la votación si el gobierno no pospone o cancela la constituyente.
Más de 100 personas han muerto —incluyendo oponentes y partidarios del gobierno, transeúntes y miembros de la policía y de la guardia nacional— en la escalada de protestas violentas organizadas por la oposición. Algunas de las fuerzas de la oposición han dicho que continuarán las protestas violentas hasta que Maduro renuncie, mientras que otras se han pronunciado a favor de negociaciones hacia una “transición”.
Las amenazas de la administración Trump de cortar las importaciones de petróleo venezolano a Estados Unidos, han sido recibidas con cautela en círculos gobernantes estadounidenses y en algunos miembros de la oposición en Venezuela. Han expresado preocupación de que dichas medidas pudieran llevar a un colapso de la economía del país y a una crisis aún más profunda.
Venezuela tiene las reservas petroleras más grandes del mundo y es el tercer exportador de petróleo más grande a Estados Unidos. Maduro y su gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela no han presentado un curso de acción para los trabajadores sobre como avanzar su conciencia de clase en una lucha para que los trabajadores y agricultores derroquen el dominio capitalista y tomen el poder político. Más bien han dicho que la redacción de una nueva constitución es la forma de resolver el creciente conflicto violento y “profundizar la revolución bolivariana”.
Sin embargo, la realización del voto el 30 de julio tiene el potencial de aumentar la polarización y el conflicto, abriendo paso a un derramamiento de sangre, a medida que las fuerzas de oposición continúan las protestas violentas en las calles y llaman a las fuerzas armadas a que rompan con Maduro y restauren el “orden constitucional”. Algunos ex oficiales de alto rango de las fuerzas armadas y del gobierno han instado a Maduro a que considere posponer el voto.
El general Alexis López Ramírez, quien ha apoyado al gobierno de Maduro, renunció el mes pasado por su oposición a la votación.
Millones de trabajadores que han dado apoyo al gobierno están descontentos. A la vez, no han participado con la MUD, ya que saben por experiencia que ellos solo defienden los intereses de los propietarios capitalistas.
Cuba: Defender soberanía venezolana
El gobierno cubano ha defendido consistentemente el derecho del pueblo venezolano de tomar sus decisiones sin la interferencia del imperialismo estadounidense o de los gobiernos capitalistas de la región.“Quienes intentan desde el exterior dar lecciones de democracia y derechos humanos, mientras alientan la violencia golpista y el terrorismo, deben sacar sus manos” de Venezuela, dijo José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el 26 de Julio. “Solo compete al pueblo y gobierno bolivarianos superar sus dificultades sin intromisión extranjera en sus asuntos internos”.
“El pueblo trabajador en Estados Unidos y el mundo deben seguir el ejemplo internacionalista proletario de Cuba”, dijo Margaret Trowe, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para alcalde de Albany en una declaración el 19 de julio. “El Partido Socialista de los Trabajadores exige: ¡Manos de Washington fuera de Venezuela! ¡Cesen las sanciones económicas y la injerencia de Washington en los asuntos internos del pueblo de Venezuela!”
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