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Vol. 81/No. 33      11 de septiembre de 2017

 
(especial)

PST: ¡Quitémosle las armas nucleares
a los gobernantes!

 
POR SETH GALINSKY
Los gobernantes imperialistas en Washington —los únicos que han utilizado armas nucleares— lanzaron una bomba de uranio en Hiroshima, Japón, hace 72 años, el 6 de agosto de 1945. El presidente Harry Truman, un demócrata liberal, ordenó que las fuerzas norteamericanas lanzaran una bomba de plutonio en Nagasaki tres días después.

Truman alegaba que Hiroshima era una base militar. Pero era mentira. La ciudad tenía una población de 300 mil civiles, eclipsando a los 43 mil soldados que estaban estacionados allí. En Nagasaki vivían más de 250 mil civiles y solo había 9 mil soldados.

Desde entonces, el Partido Socialista de los Trabajadores ha luchado para quitarles las armas nucleares al imperialismo norteamericano y ha exigido el desarme nuclear unilateral de Washington.

Alrededor de 110 mil personas murieron casi instantáneamente con las dos bombas. Debido a daños por radiación y otras lesiones terribles en cinco años el número de víctimas había aumentado a 340 mil, dos tercios de la población de Hiroshima y la mitad de la de Nagasaki.

La decisión de lanzar las bombas fue una decisión a sangre fría de los gobernantes capitalistas en Estados Unidos. Buscaban fortalecer su control de los mercados y los recursos de todo el mundo, y querían asegurarse que Tokio se rindiera a Washington y no a Moscú. Las tropas rusas estaban a punto de lanzar una gran ofensiva contra las fuerzas japonesas en Manchuria.

Y aún más importante, Washington quería enviar un mensaje a los trabajadores del mundo de que el imperialismo estadounidense estaba dispuesto a destruir ciudades enteras y aniquilar a cientos de miles de hombres, mujeres y niños para mantener su imperio.

La matanza de Hiroshima y Nagasaki hizo que luchadores proletarios en Estados Unidos alzaran la demanda por el desarme unilateral de Washington desde entonces.

Los gobernantes de Estados Unidos justificaron sus ataques como necesarios para derrotar al fascismo, ganar la paz y “salvar vidas americanas”.

El Militant dijo la verdad en su titular del 18 de agosto de 1945: “¡No hay paz!”

Destrucción Mutua Segura

“He aquí un ejemplo de la verdadera naturaleza del capitalismo en su fase de decadencia”, dijo James P. Cannon, dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores en un discurso dado dos semanas después de la destrucción de Hiroshima y Nagasaki por Washington. “Que la conquista científica del maravilloso secreto de la energía atómica, que podría utilizarse racionalmente para aliviar los problemas de toda la humanidad, sea empleado primero para la destrucción total de medio millón de personas”.

Después de la segunda matanza imperialista mundial, Moscú se empeñó en desarrollar armas nucleares, alegando que eran necesarias para protegerse del creciente arsenal de los gobernantes estadounidenses. La carrera —a la que se le incorporan más y más gobiernos— para acumular arsenales nucleares ha caracterizado la política mundial desde entonces.

A lo largo de las décadas, los gobernantes en Washington y sus contrapartes estalinistas en Moscú han negociado “límites” sobre la cantidad de ojivas nucleares que cada uno posee, pero han asegurado mantener muchas más bombas de las necesarias para eliminar toda la vida en el planeta. Su marco ha sido asegurar que cada lado tenga las suficientes armas nucleares para mantener una situación de “disuasión” —que algunos llamaron Destrucción Mutua Segura o MAD— para evitar una guerra nuclear.

Como resultado, hoy hay más de 15 mil ojivas nucleares, la gran mayoría en manos de Washington y Moscú. Los gobiernos de Gran Bretaña, Francia, China, India, Israel, Corea del Norte y Pakistán ahora también forman parte del “club” nuclear.

Cuba no necesita armas nucleares

Cuba revolucionaria es una nación que podría reclamar la necesidad de disuasión frente a las amenazas del imperialismo estadounidense. Desde el entrenamiento y financiamiento de guerrillas contrarrevolucionarias después que fue derrocada el 1 de enero de 1959 la dictadura respaldada por Washington de Fulgencio Batista, a la invasión por Bahía de Cochinos y la llamada Crisis de los Misiles de Octubre hasta en la actualidad, Washington nunca ha interrumpido sus intentos de derrocar la Revolución Cubana. Y han debatido el uso de su arsenal nuclear para lograrlo.

Pero la dirección comunista en Cuba, empezando por Fidel Castro, nunca ha tratado de desarrollar armas nucleares. Por lo contrario, el gobierno revolucionario cubano ha llamado consistentemente a la destrucción de todas las armas nucleares.

“Nosotros nunca nos hemos planteado la cuestión de la fabricación de armas nucleares, porque no las necesitamos”, dijo Fidel Castro en 2005. “Y si fueran accesibles, cuánto costaría producirlas y qué hacemos con producir un arma nuclear frente a un enemigo que tiene miles de armas nucleares. Sería entrar en el juego de los enfrentamientos nucleares”.

“Nosotros poseemos otro tipo de armas nucleares, son nuestras ideas; nosotros poseemos armas del poder de las nucleares, es la magnitud de la justicia por la cual luchamos; nosotros poseemos armas nucleares en virtud del poder invencible de las armas morales”.

Esta postura está inextricablemente entrelazada con la forma con que el Movimiento 26 de Julio y el Ejército Rebelde dirigidos por Castro ganaron la guerra revolucionaria contra la dictadura de Batista. Nunca atacaron a civiles, nunca tomaron rehenes y trataron con respeto a los soldados enemigos capturados o heridos. Tomaron el poder —y lo han mantenido a pesar de todo lo que Washington ha lanzado contra ellos hasta el día de hoy— llevando a cabo una batalla política para incrementar la conciencia, la disciplina, la autoestima y la capacidad de lucha de los trabajadores y agricultores de Cuba. Su posición moral y su solidaridad internacional han ganado apoyo y han inspirado a trabajadores de todo el mundo.

¿Necesita Norcorea la “disuasión”?

Algunos defensores de la soberanía del pueblo de la República Popular Democrática de Corea dicen que ese gobierno necesita armas nucleares para prevenir un ataque nuclear por Washington.

Usando argumentos similares, muchos grupos de izquierda de clase media han abandonado cualquier perspectiva de lucha para eliminar las armas nucleares.

Para los trabajadores con conciencia de clase, la pregunta clave es cómo impulsar los intereses de la clase trabajadora por todo el mundo. Cómo organizar un movimiento revolucionario que pueda tomar el poder de manos de los guerreristas capitalistas.

Corea del Norte ha sufrido una tremenda destrucción a manos del imperialismo estadounidense, incluyendo millones de muertos y la casi total destrucción de casas y fábricas durante la guerra dirigida por Washington contra el pueblo coreano de 1950 a 1953. El general Douglas MacArthur instó a Washington a utilizar armas nucleares cuando China entró en la guerra del lado de las fuerzas norcoreanas.

No fue la “disuasión” nuclear la que detuvo la mano del imperialismo norteamericano, ni China ni Corea del Norte tenían armas nucleares en ese momento. Los gobernantes de Estados Unidos temieron la reacción de los trabajadores por todo el mundo y el estímulo que daría a las luchas independentistas y revolucionarias que arrasaban el mundo colonial.

A pesar de firmar un alto el fuego en 1953, hasta hoy Washington se ha negado a firmar un tratado de paz con Corea del Norte y cada año realiza masivas maniobras bélicas en sus costas, que este año incluyeron el despliegue de uno de sus submarinos nucleares.

Poseer armas nucleares no fortalece la defensa de Corea del Norte. Hace más difícil convencer a los trabajadores del mundo a que se opongan a las sanciones y amenazas de Washington.

¡No más Hiroshimas!

El 7 de julio, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó un proyecto de tratado llamando a la eliminación de las armas nucleares. Pero ni Washington ni ningún otro gobierno en posesión de armas nucleares se dignó siquiera de votar sobre la resolución.

El gobierno japonés también se negó a votar por el tratado, lo que provocó una controversia en la conmemoración anual del bombardeo de Hiroshima este año, a la que asistieron 50 mil personas. Kazumi Matsui, alcalde de Hiroshima, felicitó a los gobiernos que respaldaron el tratado y dijo que ahora es el momento de “avanzar hacia un mundo libre de armas nucleares”. Pero el primer ministro japonés, Shinzo Abe, defendió su decisión de no emitir un voto sobre el tratado argumentando que era un “enfoque realista”.

El Partido Socialista de los Trabajadores hace un llamado al desarme nuclear unilateral total de Washington. Al igual que el gobierno revolucionario de Cuba, el PST insta a todos los gobiernos del mundo a hacer lo mismo. La única manera de asegurar que no haya más Hiroshimas es que la clase trabajadora en Estados Unidos arrebate el poder político en manos de los guerreristas capitalistas y se una a la lucha por un mundo socialista.  
 
 
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