La resolución, auspiciada por Washington, París, y Londres, también ordena que Damasco arreste y ponga a disposición de los investigadores de la ONU a los sospechosos del asesinato. Entre estos se encuentra el general Assef Shawkat, director de inteligencia militar sirio y cuñado del presidente de Siria Bashar al-Assad.
La resolución se da en un marco de tensiones crecientes entre las fuerzas militares norteamericanas y las sirias sobre la frontera entre Siria e Iraq. Washington acusa a Damasco de hacer poco para prevenir que grupos armados, ligados al ex régimen de Saddam Husein en Iraq, usen el territorio sirio para entrar a Iraq y atacar a las fuerzas de los gobiernos iraquí y estadounidense.
Moscú, Beijing y Argelia se han opuesto a cualquier amenaza directa de sanciones contra Siria y han amenazado con abstenerse si se incluye algo así en la resolución. El documento fue aprobado por un voto de 15 a 0 después que Washington y Paris aceptaron remover toda mención explícita de sanciones económicas. En su lugar, la resolución amenaza con acciones futuras no definidas si Damasco no cumple.
El hermano del presidente, Maher al-Assad, es uno de los sospechosos de la muerte de Hariri.
Hairiri fue asesinado el 14 de febrero junto con otras 21 personas en una gran explosión de una bomba que destrozó su vehículo. El asesinato desató grandes protestas en Líbano contra la presencia siria en el país, forzando a Damasco a retirar las tropas que había mantenido en Líbano por casi tres décadas.
Dos días antes de que el Consejo de Seguridad aprobara la resolución, un general sirio acusó a las fuerzas militares estadounidenses de realizar maniobras militares dentro del territorio sirio. El general Amid Suleiman declaró que ataques realizados por las tropas estadounidenses habían causado la muerte de por lo menos dos guardafronteras sirios y habían herido a varios otros.
El encuentro más serio ocurrió el verano pasado cuando comandos del ejército estadounidense lucharon contra tropas sirias en la frontera. En mayo, un helicóptero norteamericano, que realizaba ataques contra las fuerzas baazistas en Iraq, disparó hacia la frontera matando a un guardafrontera en el lado sirio de Baghouz. Este pueblo está dividido por una cerca que separa los dos países. El guardia fue uno de por lo menos cuatro sirios, dos soldados y dos civiles, que fueron muertos por las tropas estadounidenses este año.
Suleiman mostró la frontera a periodistas para desmentir las acusaciones de Washington de que Damasco no está haciendo lo suficiente para proteger la frontera. Suleiman dijo que han aumentado las tropas sirias en los puestos fronterizos desde junio y que han detenido a 1 400 individuos que intentaban cruzar a Iraq.