Representantes de esos tres miembros de la Unión Europea y de Washington se reunieron con funcionarios gubernamentales de China y Rusia cuatro días después en Londres para presionar a Beijing y a Moscú ambos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU con poder de vetopara ponerlos de acuerdo. En esa reunión, los funcionarios chinos y rusos aceptaron que se podría convocar una sesión de emergencia de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) para abordar el caso de Irán. Se ha programado ya una reunión especial de la IAEA para el 2 de febrero. Según Prensa Asociada, funcionarios de la UE preparan una resolución para esa reunión refiriendo Teherán al Consejo de Seguridad para posibles sanciones.
Desde fines de 2003 los Tres de la UE han presionado a Teherán para que abandone su programa de investigación y desarrollo de combustible nuclear para sus plantas energéticas porque el mismo proceso se puede utilizar para producir material para armas nucleares. En noviembre de 2004 Teherán aceptó congelar temporalmente el enriquecimiento de uranio, al amenazarlo París, Berlín y Londres con una acción del Consejo de Seguridad.El ministro del exterior alemán Frank Steinmeier dijo el 12 de enero que las charlas entre las tres potencias europeas y Teherán habían llegado a un callejón sin salida.
Irán está listo para reanudar sus actividades de investigación, declaró Hamid Asefi, vocero del ministerio del exterior iraní. Es nuestro derecho tanto como el de cualquier otro miembro del Tratado de No Proliferación. Irán no debe quedar exento Estamos realizando investigaciones y desarrollo según las normas de la agencia y del TNP. No creemos que los países occidentales deban adoptar un doble estándar al respecto. Las actividades se realizarán bajo la supervisión de la agencia, por tanto no hay nada de qué preocuparse.
En presencia de los inspectores de la AIEA, el gobierno iraní quitó los sellos de la ONU al equipo en la planta nuclear de Natanz, centro del programa iraní de enriquecimiento de uranio. Según el New York Times, la AIEA posteriormente emitió una declaración en la que indicaba que funcionarios iraníes dijeron a los inspectores que planean echar a andar una centrífuga pequeña y realizar investigaciones en las que se introduciría gas de uranio. Las centrífugas producen una cascada de reacciones que enriquecen el uranio a niveles que se pueden usar para reactores, o si se enriquecen a un nivel mucho más alto, para armas.
Bajo el Tratado de No Proliferación Nuclear, del que Teherán es signatario, a las potencias imperialistas en Washington, Londres y París, así como Moscú y Beijing, se les permite tener armas nucleares, pero a las demás naciones se les prohíbe adquirirlas. Sin embargo, al gobierno israelí, que se sabe posee un arsenal nuclear, los imperialistas les han permitido adquirir tecnología nuclear y jamás ha firmado el TNP.
El tratado también impone muchos requisitos a los gobiernos principalmente en los países semicoloniales, que incluyen inspecciones regulares de sus instalaciones de investigación y energía nuclear. De acuerdo al tratado, ninguna de las actividades de las que se sabe está realizando Irán es ilegal.
Washington de forma persistente ha acusado a Irán de desarrollar su energía nuclear con miras a construir bombas atómicas. Teherán lo ha negado, declarando que necesita energía nuclear para desarrollar el país y señalando que a los países semicoloniales se les niega un igual acceso a la energía.
Condoleezza Rice, secretaria de estado norteamericana, apoyó la acción de los ministros y el llamado que hicieron para que la AIEA se reúna rápidamente para discutir Irán. Los gobiernos de Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Alemania ostentan los cinco puestos permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Radio Eco Moscovita citó al ministro del exterior ruso Sergei Lavrov quien declaró que las últimas maniobras de Irán, importante socio ruso en cuestiones de energía, planteaban un problema agudo.
Nuestra prioridad no son las relaciones e inversión bilaterales en Irán ni los beneficios que nos trae el comercio con Irán. Bajo las circunstancias actuales nuestra tarea decisiva es no permitir que se viole el sistema de no proliferación, dijo, según una cita.
La administración Bush declaró a finales de diciembre que había impuesto sanciones contra nueve empresas extranjeras por vender a Irán equipo o ingredientes para armas de destrucción masiva. Estas incluían seis empresas chinas, dos de India y una de Austria.
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