The Militant (logo)  
   Vol. 70/No. 6           13 de febrero de 2006  
 
 
Desdén patronal por la seguridad
mata a minero del carbón en Utah
Trabajador muere tras explosión en frente de carbón subterráneo
(portada/principal)
 
POR ALYSON KENNEDY  
PRICE, Utah—A eso de las 11 de la noche del domingo 29 de enero, Shane Jacobson cayó muerto ante el impacto de trozos de carbón en la mina Aberdeen cerca de aquí. Tenía 37 años, era de Helper, Utah, y había trabajado en la mina por 10 años. Con su muerte llegó a 16 el número de fatalidades en minas de carbón subterráneas en Estados Unidos el primer mes del año.

“Dado el precio del carbón, es eso lo que preocupa a las empresas, no detalles sobre la seguridad”, dijo al Militante Jack Blades, quien ha sido minero por nueve años en la vecina mina de Dugout.

Jacobson operaba la cortadora de tajo largo cuando la presión de la montaña provocó un reventón en el frente del carbón, haciendo saltar trozos que lo golpearon, provocándole la muerte, según informó la compañía a la prensa. Jacobson era parte de una cuadrilla de cinco mineros que operaba la cortadora de tajo largo, equipo que corre de un lado a otro de un panel de carbón. El panel en Aberdeen tiene 750 pies de largo y 9 de altura, informó el Salt Lake Tribune.

La mina de Aberdeen es propiedad de la Andalex Resources, Inc., que también es dueña de otras dos minas en el área de Price, las operaciones subterráneas de Westridge y Genwal. Ninguna está sindicalizada.

La profundidad actual de la operación de tajo largo en Aberdeen es de 2 700 pies, una de las minas subterráneas de más profundidad en el país, con problemas particulares de seguridad debido a la presión extrema que pesa sobre el filón de carbón.

Esta es la tercera muerte en Aberdeen en los 10 últimos años. “Es una mina muy peligrosa”, dijo a la prensa Mike Dalpiaz, vicepresidente internacional del sindicato minero UMWA, quien trabaja en la oficina del Distrito 22 aquí. Con frecuencia el sindicato recibe llamadas sobre las condiciones en Aberdeen de mineros preocupados por las condiciones peligrosas, añadió.

“Si la situación es insegura, los mineros tienen que buscar la forma de parar hasta que se vuelva segura”, le dijo Dalpiaz al Militante en una entrevista posterior, señalando que eso puede ser muy difícil en una mina no sindicalizada. “Los mineros no pueden hacer esto de forma individual”, dijo. “Tienen que juntarse”.  
 
Responsabilizan a empresa
Un capataz en el corte de tajo largo murió en un incidente similar en Aberdeen en 1996. Bret Robertson murió de las lesiones y otro minero resultó herido cuando el frente reventó haciendo volar pedazos de carbón. En esa misma ocasión, la profundidad de la sobrecarga a la que estaba sometido el tajo largo era de entre 1 600 y 1 700 pies. Un informe del accidente emitido por la Administración para la Seguridad y la Salud en las Minas (MSHA), indicó que “la presión del peso de la sobrecarga facilitó la energía para el reventón”. Notó que un estudio conducido por la firma Agapito y Asociados dijo que los “niveles de presión, en particular en el carbón que está más adelante de la veta, llegan y exceden en cierto grado niveles propensos a reventar (4 000-4 800 libras por pulgada cuadrada) a profundidades de 1 600 pies”.

Este informe de la MSHA culpó de la fatalidad a la empresa. “El potencial de reventar iba creciendo según lo proyectado en los estudios hechos por Agapito y Asociados”, dijo, concluyendo: “Las recomendaciones del informe consultivo en lo referente a la minería de tajo largo en la Veta de Carbón de Aberdeen no se estaban siguiendo en la zona donde ocurrió el accidente”.

En 2004, otro minero, Jacob Jorgensen, murió en el exterior de la mina. Jorgensen estaba operando un vehículo de transporte en horas nocturnas cuando chocó contra la cubierta de una cortadora de tajo largo, aplastándole la cabeza. Al concluir la investigación, la MSHA recomendó que la empresa instalara compartimientos más seguros en el tipo de vehículo que operaba Jorgensen, pero no lo hizo obligatorio. Los mineros de Aberdeen informan que la compañía no ha obedecido la recomendación.

“La compañía necesita hacer mucho en cuanto a la seguridad”, dijo al Militante un minero que trabaja en una cuadrilla de tajo largo en Aberdeen. Pidió que no se usara su nombre, por temor a represalias de su compañía no sindicalizada. “En mi opinión todavía están en la edad de piedra. No utilizan tecnología moderna para mejorar las cosas. En la mina son pocos los que están entrenados en primeros auxilios.

“Tener un comité de seguridad sería una forma de que los mineros podrían contribuir, ya que somos los ojos y oídos en la mina”, continuó el minero. “Las cosas no estarían tanto en contra nuestra. Tenemos derecho a hacerlo, pero hay que insistir”.

Hay 13 minas subterráneas activas en Utah y solo dos están sindicalizadas por el UMWA.

Entre los trabajadores de esta área la mina de Aberdeen tiene la reputación de ser particularmente peligrosa. La MSHA citó a la mina por 327 violaciones de seguridad en 2004-05, la segunda con más violaciones en el estado. De estas infracciones, la MSHA calificó 184 como “significativas y sustanciales”, el mayor número de violaciones de este tipo en Utah. Algunas de estas violaciones incluían acumulaciones de materiales combustibles, ventilación y entibación inadecuadas, y falta de exámenes subterráneos. A modo de comparación, durante el mismo período, la Mina Sago en Virginia del Oeste, en la que murieron 11 mineros y un capataz a principios de enero, recibió un total de 276 infracciones, de las cuales 120 fueron calificadas como “significativas y substanciales”.

En respuesta a la muerte de Jacobson, Dalpiaz dijo al Deseret Morning News que el “98 por ciento de los accidentes mineros pueden ser prevenidos”. Explicó al Tribune que “la mina es muy profunda y la montaña es demasiado grande para el mecanismo de sostén que existe en Aberdeen”. Posteriormente, Dalpiaz dijo al Militante, “Esto sucedió por las presiones provocadas por 2 700 pies de sobrecarga”.  
 
No fue un ‘accidente extraño’
Un artículo del 31 de enero del Deseret Morning News, uno de los principales diarios de Utah, dijo que la muerte de Jacobson resultó de un “accidente extraño”, haciendo eco a las declaraciones de los funcionarios de la compañía. Sin embargo, muchos mineros y representantes del UMWA han dicho que eso solo servía para encubrir los hechos, o sea, un intento de evadir responsabilidades por la perdida de la vida de un minero.

“Cada compañía trata de desestimar las fatalidades en las minas como rarezas de la naturaleza”, dijo al Militante Bob Butero, director de organización de la región 4 del UMWA. “Eso es inaceptable. No podemos decir simplemente que cada cuatro o cinco años va a morir un minero. Hay leyes muy específicas que exigen que las compañías desarrollen planes cuando enfrentan peligros particulares para extraer carbón. No atender esas leyes resulta en lesiones y muertes innecesarias”.

Hay indicios de que la compañía no estaba tomando las debidas precauciones antes de la muerte de Jacobson. Varios mineros de Aberdeen, quienes solicitaron que sus nombres no fueran mencionados por temor a ser despedidos, relataron al Militante que el 7 de enero dos trabajadores recibieron lesiones a causa de un reventón en el frente del tajo largo. Después, el 14 de enero, el derrumbe de una entibación sobre una cinta transportadora hizo que se suspendiera la producción por varios días. Los mineros dijeron que la porción que se derrumbó tenía 200 pies de largo.

“En las minas sindicalizadas los mineros pueden contribuir con el control de la entibación y los planes del minado”, dijo al Militante Tain Curtis, jefe del comité de seguridad del Local 1769 del UMWA en la mina Deer Creek cerca de Huntington, Utah. “Los recursos de los mineros son una ventaja enorme no solo para el trabajo, sino también para el plan y la implementación del plan. El sindicato ayuda a velar por los mineros. Sin el sindicato, lo único que uno tiene es la compañía y la MSHA”.

En una reunión de seguridad organizada por la compañía con los trabajadores de la mina de Aberdeen una semana después del desastre en la Mina Sago, quedó claro que la agencia gubernamental no está haciendo mucho para hacer cumplir de forma rigurosa las normas de seguridad violadas por los patrones. Al contrario, los mineros informaron que el inspector de la MSHA Pat Boyack sostuvo que el abuso de drogas y alcohol era la principal amenaza a la seguridad en las minas.

La forma en que el gobierno y los dueños de las compañías manejan la MSHA es un problema serio para la seguridad de los trabajadores, dijo Dalpiaz al Militante. “Los operarios del carbón jamás están de acuerdo con el sindicato en cómo mejorar las condiciones de seguridad”, dijo.

Las fatalidades recientes en las minas recalcan por qué los mineros necesitan hoy día el sindicato, dijo Butero. “Si los mineros ven un problema de seguridad, aunque sea en una mina no sindicalizada, se supone que deben poder reportar el problema sin temor a represalias”, señaló el funcionario del UMWA. “La compañía quizás no castigue directamente a ese minero por hacerlo, pero buscará cualquier pretexto para despedir a culaquier minero que reclame. Con el sindicato, los trabajadores tienen más protección para pronunciarse y luchar por condiciones de trabajo seguras”.

Paul Mailhot contribuyó a este artículo.
 
 
Related articles:
Marxismo, o por qué unirse al movimiento comunista
Evento en Nueva York aborda desarrollo contradictorio de vanguardia obrera
 
 
 
Front page (for this issue) | Página inicial | Página inicial en versión de texto