Al mismo tiempo que Washington y Londres presionaban por una posición más agresiva, el gobierno ruso retiró la propuesta que había hecho de permitir que Irán procesara pequeñas cantidades de combustible nuclear.
Esta es una prueba para el consejo, dijo el embajador de EE. UU. ante la ONU, John Bolton, según la Prensa Asociada. Si Teherán no acata con sus demandas, tendremos que decidir cual será el paso siguiente. Sugirió que si el Consejo de Seguridad no toma una acción suficientemente enérgica, es posible que los norteamericanos traten que sus aliados impongan sanciones.
El gobierno norteamericano ha venido librando su campaña contra Irán argumentando que Teherán está elaborando armas nucleares. Los funcionarios iraníes insisten que el país necesita crear tecnología nuclear para cubrir sus crecientes necesidades energéticas, lo cual cuenta con un amplio apoyo en la población iraní.
En la sesión del Congreso del 9 de marzo, la secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice advirtió: Estados Unidos no tiene un desafío mayor que el de Irán, cuya política está dirigida al desarrollo de un Medio Oriente totalmente diferente al que nosotros queremos. Dos días después el presidente norteamericano George Bush calificó a Irán como un serio problema de seguridad nacional.
Rice había anunciado en febrero que Washington cuenta con 75 millones de dólares para los grupos de oposición en Irán. Un funcionario del Departamento de Estado dijo ayer que ninguno de los destinatarios puede estar afiliado de manera alguna con el régimen actual o grupo calificado como organización terrorista extranjera, informó el New York Sun del 8 de marzo.
Poco antes, Mohamed El-Baradei, director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas, haciendo referencia a las actuales negociaciones entre representantes de la Unión Europea e Irán, dijo que Irán había ofrecido suspender el enriquecimiento de uranio a escala industrial por dos años, y que Teherán podría estar de acuerdo con una prórroga si se le permitiese llevar a cabo un programa a nivel limitado para fines de investigación. Las potencias de la Unión Europea han exigido que Irán acepte una suspensión de todo enriquecimiento de uranio por 10 años.
Las negociaciones entre Teherán, por un lado, y Londres, París y Berlín, por el otro, -conocidos como la troika de la UE- terminaron sin acuerdo a finales de 2005.
En febrero pasado, Londres, París y Berlín y la mayoría de otros miembros de la Junta de Gobernadores de la OIEA, incluyendo a China y Rusia, aprobaron una resolución para someter el caso de Irán al consejo de seguridad, pero que se postergara cualquier acción por un mes. Solamente Cuba, Siria y Venezuela votaron en contra.
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