El Consejo dio como plazo hasta el 28 de abril para que Irán suspenda todas las actividades de enriquecimiento y procesamiento, incluso desarrollo e investigación. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Naciones Unidas emitió un informe ese día diciendo que Teherán había desafiado esa demanda y que no ha sido suficientemente transparente a los inspectores de la ONU.
El enriquecimiento de uranio, un proceso necesario para producir combustible para generar energía nuclear, también es usado en la producción de armas nucleares. Washington, sus aliados imperialistas en Europa y Moscú han presionado a Teherán a que abandone el desarrollo de tal tecnología supuestamente para prevenir que Teherán desarrolle armas nucleares.
El gobierno iraní respondió al informe de la OIEA enviando una carta al inspector general de la agencia, Mohammed ElBaradei, ofreciendo permitir las inspecciones al azar de sus instalaciones nucleares siempre y cuando los asuntos relacionados a la industria nuclear iraní sean considerados por la OIEA y no el Consejo de Seguridad.
Según informes, los gobiernos en Washington, Londres y Paris han escrito una resolución conjunta para el Consejo de Seguridad bajo el Capitulo VII de la Carta de Naciones Unidas. Tales resoluciones pueden ser puestas en vigor usando sanciones económicas o de otro tipo y/o con acciones militares.
Todos estamos de acuerdo en una meta: no podemos permitir que Irán tenga un arma nuclear o un programa para desarrollar defensas nucleares, dijo a Bloomberg News el vocero de la cancillería francesa Jean-Baptiste Mattei el 2 de mayo.
Tenemos muchas armas diplomáticas a nuestro alcance en el Consejo de Seguridad, dijo la Secretaria de Estado norteamericana Condoleeza Rice el 30 de abril en el programa de televisión de la CBS Frente a la nación. Pero si Washington no logra su objetivo en Naciones Unidas, agregó Rice, también hay estados con la misma opinión que nosotros que estarían dispuestos a buscar medidas adicionales si las del Consejo de Seguridad no parecen se suficientes.
Hasta ahora Moscú y Beijing se han opuesto a sanciones económicas, pero no han dicho si votarían a favor de una resolución cimentada en el Capitulo VII. El gobierno ruso votó a favor de someter el caso a consideración del Consejo de Seguridad, mientras que el gobierno chino se abstuvo, permitiendo así que el caso de Irán llegara a donde esta ahora.
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