Ya es tiempo que Irán decida, dijo Bush, en respuesta al rechazo de Irán de someterse a la demanda del Consejo de Seguridad de la ONU. Nosotros hemos escogido nuestra opción. Continuaremos trabajando muy de cerca con nuestros aliados para encontrar una solución diplomática, pero debe haber consecuencias por el desafío de Irán, y no debemos permitir que Irán desarrolle un arma nuclear.
En su discurso, uno de una serie que Bush dará en las próximas semanas para obtener apoyo a las guerras encabezadas por Washington en el Medio Oriente y Asia Central, el presidente dijo que la crisis de este verano en Líbano ha hecho más claro que nunca que ahora el mundo enfrenta una grave amenaza del régimen radical en Irán.
Un mes antes, Washington logró ganar el apoyo de sus aliados imperialistas en Europa Londres, Paris y Berlín así como también el apoyo de los gobiernos de Rusia y China, para que se aprobara una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU advirtiendo a Teherán de que si no suspende sus actividades de enriquecimiento de Uranio para la industria de energía nuclear del país para finales de agosto, enfrentaría sanciones económicas y diplomáticas.
El uranio enriquecido es un componente esencial para producir combustible nuclear. El derecho de producir combustible nuclear para energía atómica está codificado en el Tratado de No Proliferación Nuclear del que Irán es signatario. Sin embargo, las potencias imperialistas están presionando para que Irán dependa de combustible nuclear importado aunque el país tiene grandes depósitos de uranio.
El embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas, John Bolton, instó al Consejo de Seguridad el 31 de agosto a proceder e imponer sanciones contra Irán. Los cancilleres de estados miembros de la Unión Europea acordaron el 2 de septiembre esperar dos semanas más antes de anunciar su respuesta.
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