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   Vol. 70/No. 35           18 de septiembre de 2006  
 
 
Por una Palestina democrática y laica
El capitalismo internacional en crisis: una trampa
mortal para judíos
(articulo especial)

A continuación publicamos un extracto de la resolución “La crisis mundial del imperialismo y la dinámica contradictoria de la vanguardia obrera” adoptada por el congreso nacional del Partido Socialista de los Trabajadores en junio de 2006. Esta basada en el informe político del secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores Jack Barnes adoptada por el Comité Nacional del partido en enero del mismo año.

El ataque israelí a Líbano en julio y principios de agosto es una consecuencia del creciente desorden del sistema capitalista mundial. Las consecuencias más agudas para el imperialismo se encuentran hoy día en el Medio Oriente y el Asia Central. La respuesta de Washington ha sido el lanzamiento de lo que llama la “guerra larga”.

Desde 2001 los gobernantes estadounidenses han derrocado gobiernos en Afganistán e Iraq, y están aumentando las amenazas y presiones contra Irán y Siria. La agresión de Israel a Líbano es un frente en estas guerras más amplias y continuas. La falta de preparación del mando de las fuerzas armadas de Tel Aviv y el resultado de esta batalla inicial de una guerra que apenas ha comenzado, ha desatado una crisis política en Israel, a la vez que los gobernantes capitalistas aceleran la transformación de sus unidades en servicio activo y las reservas para que la próxima vez combatan con mayor eficacia.

En previas guerras y operaciones policiales de envergadura israelíes, grupos de reservistas del ejército han presentado demandas protestando la brutalidad con que Tel Aviv trata a palestinos y pobladores de países árabes aledaños. Esta vez, una petición de protesta firmada por cientos de reservistas tenía un carácter diferente: “Los tropiezos de los últimos seis años y la inadecuada preparación del ejército han ocurrido sobre nuestras espaldas, las espaldas de los combatientes”, dijeron en su carta al Ministro de defensa Amir Peretz y al jefe del estado mayor Dan Halutz. “Para enfrentar preparados la próxima batalla, la cual puede ser pronto, debe haber un cambio profundo y fundamental …. En el futuro todos acudiremos al llamado a enrolarse para cualquier misión que se nos pida cumplir, pero quisiéramos que se nos diga que estas misiones serán parte de un objetivo claro y que serán ejecutadas procurando entablar combate”.

El Militante está publicando este extracto del informe de 2006, para ayudar a esclarecer lo que está detrás de los recientes eventos. Varios párrafos del informe fueron citados en una carta de Barnes publicada en el número de la semana pasada, ‘Estamos a favor de lo que fortalezca la confianza y capacidad de la clase trabajadora: Carta de dirigente socialista sobre ataque israelí contra el Líbano’.

Reproducido con autorización. Copyright 2006 por New International. Las notas aparecen al final del artículo.
 

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POR JACK BARNES  
Las perspectivas de un ‘Gran Israel’, que se extendería desde el Mediterráneo hasta el río Jordán, se acabó desde la óptica de una mayoría decisiva de la clase dominante de ese país. Estados Unidos, y no Israel, ha resultado ser la “tierra prometida” para los judíos. Esto queda reflejado aún en las estadísticas más generales. De un total de 13 o 14 millones de judíos que hay en el mundo, 6.2 millones hacen de Estados Unidos su hogar, mientras que 5.3 millones viven en Israel. Hasta hace unos cuantos meses, desde 2003, la cantidad de israelíes que salían del país sobrepasó la inmigración por casi 70 mil personas.

Mientras tanto, la población palestina en los territorios controlados por Tel Aviv ha crecido a 5 millones de habitantes. Apenas corto de pasar a ser una mayoría.

El primer ministro interino Ehud Olmert ha declarado, tal como lo hicieron anteriormente Ariel Sharon y otros dirigentes del estado y del ejército en Israel, que el objetivo de Tel Aviv, ante todo, debe ser el de “asegurar una mayoría judía en el país”. El año pasado, Olmert, en ese entonces vice primer ministro, le dijo a unos 250 nuevos inmigrantes provenientes de Estados Unidos, los cuales se oponían a la decisión del gobierno israelí de retirarse de Gaza que: “Quizás si ustedes o unos cuantos millones de ustedes hubiesen llegado antes, no tendríamos que salir de Gaza”. Pero eso nunca sucedió, y nunca iba a suceder. Ahora está claro que esto nunca sucederá.

El retiro de Gaza y de gran parte de los territorios ocupados de la Margen Occidental está llegando a ser un consenso dentro de la clase gobernante de Israel.  
 
No es la “tierra prometida”
Por supuesto, Estados Unidos imperialista no será “la tierra prometida” para los judíos para siempre. La próxima gran crisis social resolverá esto para aquellos que viven de esperanzas en vez de la política proletaria. Pero para varias generaciones ha sido y continúa parecer ser así. La gran mayoría de los judíos que emigraron de Europa a Estados Unidos a fines del siglo 19 o comienzos del siglo 20 eran trabajadores en este país, muchos se consideraban socialistas o comunistas de algún tipo. Sin embargo, la composición de clase de la población judía ha cambiado notablemente en el último medio siglo, con la mayoría de los hijos, nietos y bisnietos de estos inmigrantes integrándose a los sectores más acomodados de recaudadores de “rentas” entre las clases medias y profesionales1.

Según una investigación del año pasado realizado por el Comité Judío Americano, el ingreso per cápita de los judíos en Estados Unidos actualmente es casi el doble que el del resto de la población, como promedio, y el 61 por ciento de judíos cuenta por lo menos con cuatro años de estudios universitarios, en comparación con el 22 por ciento de la población en general.

Por cierto, uno de los principales objetivos de la publicación de La Curva de Campana2 en 1994 fue la de justificar este promedio de ingresos más altos, argumentando que aún comparados con otros de piel relativamente clara en Estados Unidos, los judíos, “específicamente, los judíos Asquenazí de origen europeo”, son más inteligentes que otra gente. Según el libro, esto explica “su desproporcionado nivel de éxitos en diferentes logros casi siempre por órdenes de magnitud”. Por lo tanto, no debe haber sentimiento de culpa: naciste más inteligente que los “shvartzes” y sus hermanos de tez más clara. La mano invisible de Adam Smith se hace cargo del resto. Sé generoso y tolerante. Disfruta ser estadounidense.

Sin embargo, mientras rija el sistema imperialista, ni Estados Unidos ni otro país será una “tierra prometida” para los judíos por un largo periodo histórico. Para los judíos en este país, las consecuencias del invierno largo y caliente en el cual se ha sumido el capitalismo mundial conllevaran más, y algo mucho peor, que la creciente inestabilidad e inseguridad económica que afectará a capas más y más grandes de las clases medias. Conllevarán un nuevo ascenso de organizaciones fascistas que dirigirán sus ataques no solo contra el movimiento obrero, los negros, las mujeres, y otros oprimidos y explotados, sino que teñirán su demagogia radical anticapitalista y manía de conspiraciones con un mugriento odio anti-judío y lanzarán sus ataques físicos contra judíos.

“La burguesía y sus voceros pequeño burgueses, incluidos muchos que son judíos, promueven garantías cómodas de que ‘aquí no puede pasar’. Pero dichas ilusiones no les ofrecen más protección a los judíos en Estados Unidos (o Europa) imperialista que a los que estaban convencidos en los años 20 y 30 que se habían ‘asimilado’ plenamente a la culta sociedad capitalista en Alemania.

Lo que los gobernantes israelíes buscan imponer para consolidar a Israel dentro de fronteras escogidas por ellos no es un “proceso de paz”, según lo denominan [los liberales] en los medios de difusión capitalista. Es la consolidación de un Israel que todavía se basa en la expulsión por la fuerza de la mayoría palestina, así como con “el derecho de regresar” de aquellos de extracción judía, y solo de aquellos que tengan esa extracción. Las nuevas fronteras que impondrán van a corresponder aproximadamente al muro de 400 millas que los gobernantes israelíes están construyendo dentro de la Margen Occidental ocupada, que le recorta hasta un 10 por ciento de ese territorio ocupado para integrarlo a Israel. Es más, Tel Aviv pretende mantener a Jerusalén del Este, ciertos grandes asentamientos judíos en los suburbios de la Margen Occidental, así como sitios militares estratégicos a lo largo de la frontera con Jordania.

No puede haber, ni habrá paz duradera con el desposeído pueblo palestino bajo esas condiciones. Ni bajo cualquier otras condiciones que busquen por la fuerza garantizar una gran mayoría judía permanente en Palestina. Los gobernantes israelíes no están dando marcha atrás en su “derecho” de demoler las casas de palestinos acusados de ataques bombarderos u otros ataques y menos de su “obligación” de “ejecutar” a miembros y dirigentes de organizaciones palestinas que ellos responsabilizan por el “terrorismo”.  
 
Faccionalismo en la política burguesa
Tampoco será un proceso fácil dentro de la misma clase gobernante israelí. El faccionalismo en la política burguesa también está aumentando en ese país. Debemos tomar en serio el fin del dominio exclusivo del Partido Laboral (Laborista) por los judíos Asquenazí de Europa, tal como lo demostró la derrota del patriarca laborista Shimon Peres por Amir Peretz, un judío sefardí nacido en Marruecos, en las elecciones para la dirigencia del partido. Peretz es también el máximo funcionario del Histadrut, la federación sindical y organización social vinculada estrechamente con el estado israelí desde sus orígenes. Este cambio en el Partido Laboral, que ha gobernado ininterrumpidamente por casi tres décadas tras el establecimiento de Israel en 1948, se hizo inevitable luego de que el Partido Likud rompiera el monopolio del gobierno en 1977, el cual tiene una sólida base electoral entre los judíos sefardí de composición más proletaria. Ahora el partido Likud se ha dividido. Sharon, Olmert y otros de sus dirigentes han formado un nuevo partido, Kadima, recogiendo en el rebote a Peres y a otros del Partido Laboral, por lo menos por ahora. Olmert también es el primer primer ministro israelí que no es ni una figura militar que se remonta a una o más de las guerras israelíes desde 1948 hasta el presente, ni es un dirigente veterano de las organizaciones sionistas que establecieron el estado de Israel. Esas fueron las raíces de David Ben-Gurion, Golda Meir, Menachem Begin, Yitzhak Rabin y otros. Fue a través de las fuerzas armadas como Ariel Sharon puso su marca en Israel por cuatro décadas antes de establecerse como dirigente del Partido Likud a mediados de los 80.

El oponente de Olmert en las próximas elecciones, el likudista y ex primer ministro Benjamin Netanyahu, prestó servicio en una unidad elite que realizó operaciones comando en el aeropuerto de Beirut en 1968 y en 1972 en el aeropuerto Ben Gurion, en Israel, en la cual fue herido. (Además, el hermano de Benjamin Netanyahu, Yonatan, es un héroe y mártir israelí, por haber caído en acción mientras estaba al frente del casi legendario ataque de comandos de 1976 en el aeropuerto Entebbe en Uganda. Unos 200 efectivos de unidades especiales israelíes asaltaron el aeropuerto, y rescataron a 100 pasajeros de Air France, la mayoría israelíes, que fueron tomados de rehenes. Los 7 secuestradores, veinte soldados ugandeses y tres rehenes murieron durante la operación. Netanyahu fue el único muerto del comando israelí).

Pero ese periodo de la política israelí ha llegado a su fin. El partido Kadima de Olmert obtendrá la mayor cantidad de votos en las elecciones. Sin embargo, cualquiera que sea el partido o coalición que resulte vencedor, esta dirección general de la política burguesa en Israel es irreversible3.

Mientras todo esto sucede, continúa creciendo lo que está en juego para el pueblo palestino para que forje la dirección política que sea capaz de cumplir con la tarea próxima, que continúa siendo la lucha por una Palestina secular y democrática4. La burguesificación y el retroceso político de la dirección política de la Organización para la Liberación de Palestina, descrita en “Los cañonazos iniciales de la tercera guerra mundial”, hace ya casi 15 años5, ha continuado aceleradamente. La OLP agotó hace mucho tiempo su capacidad de dirigir a los trabajadores y agricultores palestinos en su lucha por la liberación nacional.

La oposición nacionalista-burguesa de Hamás, que tiene sus orígenes en la Hermandad Musulmana, no tiene ningún programa de alternativa o estrategia para avanzar la lucha, ni ofrece más espacio para que el proletariado se organice y actúe en los intereses de la mayoría trabajadora del pueblo palestino.  
 
El camino adelante
La salida de este embrollo político sólo puede salir, y saldrá de la respuesta de nuevas generaciones de trabajadores y jóvenes mientras continúe la lucha en muchos frentes: la lucha por la tierra; por el derecho al agua; por la libertad de movimiento y de viajar; por empleos, salarios dignos, y protección sindical; por la excarcelación de los prisioneros políticos; por la igualdad de la mujer; contra las operaciones brutales de los policías, tropas y comandos israelíes; en contra de las amenazas de guerra y las crecientes posibilidades de ataques militares devastadores contra partes de Israel mismo; y muchos otros. Ni nosotros, ni nadie tiene un guión o calendario que muestre cómo se forjará esa dirección política, una dirección comunista, en Palestina, o en cualquier otro lugar del mundo.

En cuanto a Israel mismo, también se debe construir ahí una dirección revolucionaria que sea en su esencia proletaria e internacionalista -una dirección secular, multinacional, con una sustancial composición judía. Esta es una tarea difícil bajo las condiciones sociales, políticas y militares que reinan en Israel. No sucederá con prontitud. Y el pueblo palestino no esperará, y no se le puede pedir que espere, a que las divisiones de clase y los conflictos se agraven suficientemente dentro de Israel para que se realice este proceso.

Una vez más, no pronosticamos cuándo. Sin embargo , una dirección de trabajadores y agricultores judíos y árabes, entregados a la lucha por una Palestina secular y democrática, y por una revolución socialista, puede y será forjada. Será construida a medida que un número creciente de trabajadores comience a comprender de que si no se cumple con esta tarea a tiempo, no quedará mucho de esa parte del mundo.

Enero de 2006


NOTAS
1. Los altos ingresos de las clases medias acomodadas y sectores profesionales se explican por el hecho de que, por encima de cualquier paga que puedan recibir por la venta de su fuerza de trabajo (comparable a los salarios de los obreros), su relativa posición social en la sociedad burguesa les permite rebanar una pequeña parte de la plusvalía extraída por la clase capitalista mediante la explotación de los trabajadores. Estas fuentes extras de ingresos, considerables para los individuos interesados, son las llamadas “rentas”.

2. Richard Herrnstein y Charles Murray, The Bell Curve: Intelligence and Class Structure in American Life (La curva de campana: inteligencia y estructura de clases en la vida americana; Nueva York: The Free Press, 1994), p. 275. Este libro pretende ofrecer una justificación “estadística” y “científica” para la riqueza y los altos ingresos de capas de clase media y profesionales argumentando que estos y otros privilegios son una recompensa por ser más inteligentes. Según los autores, cuando uno pasa desde los resultados de pruebas más bajos hasta los más altos, siguiendo una distribución estadística de los cocientes intelectuales (la curva de campana), los que pertenecen a las clases medias altas (la “élite cognitiva”) por su inteligencia innata se concentrarán al lado derecho, es decir, del lado “más inteligente”.

3. El ex primer ministro israelí Ariel Sharon dimitió del partido Likud en noviembre de 2005, forzando una escisión en el partido que gobernaba entonces. Catorce likudistas miembros del parlamento y dos del principal opositor Partido Laboral (Laborista), se le unieron para lanzar una nueva agrupación política llamada Kadima, o “Adelante”. Sharon sufrió una ataque cardíaco masivo en enero de 2006 y desde entonces ha continuado en estado de coma. Sin embargo, Kadima ganó una mayoría en las elecciones israelíes en marzo y formó un gobierno de coalición que incluyó al Partido Laboral.

4. Para una explicación sobre la importancia política y el carácter revolucionario de la lucha por una Palestina democrática y laica, vea la resolución del Partido Socialista de los Trabajadores de 1971 titulada “Israel y la Revolución Arabe”, en el boletín de ‘Educación para socialistas’ bajo el mismo título (Pathfinder Press, 1973).

5. Para más información sobre la evolución de la OLP ver “El ataque de Washington contra Iraq: Los cañonazos iniciales de la tercera guerra mundial”, por Jack Barnes, en Nueva Internacional # 1 (1991) págs. 82-85.  
 
 
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