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   Vol. 70/No. 44           20 de noviembre de 2006  
 
 
Huelguistas de Goodyear firmes
ante amenaza patronal de cierre
(portada)
 
POR JACQUIE HENDERSON
Y ANTHONY DUTROW
 
TYLER, Texas—“No vamos a ningún lado”, dijo el huelguista de la Goodyear Doug Ray el 3 de noviembre a reporteros del Militante afuera del local del sindicato acerero USWA ubicado en frente de la planta de la Goodyear en esta ciudad.

Ray respondía así a un comunicado de prensa emitido el 30 de octubre por la manufacturera de llantas diciendo que iban a cerrar la planta de Tyler. Emitido desde la sede central de la Goodyear en Akron, Ohio, el comunicado no indicaba la fecha del cierre pero recibió mucha atención de la prensa en Texas.

La respuesta de los huelguistas aquí ha sido reforzar sus líneas de piquetes y fortalecer su resolución a luchar.

“Si la Goodyear no negocia un contrato que sea aceptable, entonces vamos a estar aquí para hablar con quienquiera que los remplace”, dijo Ray.

“Ningún trabajador de la Goodyear ha cruzado la línea de piquetes aquí”, subrayó el huelguista Joe Wyatt.

Unos 15 mil trabajadores en 16 plantas de la Goodyear en Estados Unidos y Canadá han estado en huelga desde el 5 de octubre contra los intentos de la empresa de imponer recortes salariales de hasta 40 por ciento, eliminar prestaciones médicas para los jubilados, y cerrar fábricas en Alabama y Texas, incluyendo la planta de esta ciudad.

Goodyear ha estado contratando trabajadores temporales, y el 3 de noviembre hablaban en la línea de piquetes de un autobús que vieron entrar a la planta los piquetes del turno de la mañana. “Una contratista llamada UNICO ha estado supliendo lo que llaman ‘trabajadores sustitutos’”, dijo Ray, al describir los intentos rompehuelgas de los patrones.

“La empresa hablaba de recortarnos las prestaciones”, dijo Travis Jasper, un tornero de Banbury con 36 años de experiencia en la planta de llantas aquí, mientras cumplía su turno en la línea de piquetes. “Es lo que hicieron cuando negociamos el contrato pasado, dijeron que necesitaban dinero para hacer que las cosas siguieran andando”. Y añadió, “esta vez no íbamos a aceptar nada de eso”.

Entretanto, solidaridad urgentemente necesaria ha seguido llegando de toda la parte oriental de Texas. Dos tiendas de campaña situadas al otro lado de la calle, donde los trabajadores se detienen a conversar sobre lo último de la huelga o para relevarse en la línea de piquetes, también se están llenando con donaciones. Mientras charlábamos con los huelguistas, llegó un trabajador en una camioneta llena hasta el tope con cajas de papas fritas.
 

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POR WILLIE COTTON
Y SARA LOBMAN
 
TONAWANDA, Nueva York— Más de mil miembros del Local 135 del sindicato acerero USWA siguen firmes aquí al entrar al segundo mes de huelga contra la Goodyear. Los obreros de esta planta en las afueras de Búfalo mantienen líneas de piquetes de 10 a 15 personas 24 horas al día frente a las dos entradas principales.

Los miembros del local informan que ningún miembro del sindicato ha cruzado la línea de piquetes. La empresa tiene a varios cientos de empleados administrativos, así como trabajadores sustitutos contratados a través de una agencia local de empleo temporal, haciendo parte de la producción.

“Mi papá trabajó aquí 44 años”, dijo Joe Herbeck, quien ha trabajado para la Goodyear por 11 años. “Ahora mi mamá padece degeneración macular, es legalmente ciega, y quieren quitarle las prestaciones médicas”.

“En el último contrato les dimos mucho para ayudar a que la compañía saliera adelante”, dijo Mike Nowaki, quien opera una cortadora y ha trabajado aquí por 15 años. “Ahora tienen ventas récord, pero aún quieren quitarnos más. Simplemente no es justo”.

Fabricar llantas entre 8 y 12 horas al día es duro, dijo Micah Milewski, pero “a la compañía lo único que le importa son las cifras de producción. Muchos trabajadores se lesionan en el trabajo”. Milewski, un despachador, ha trabajado aquí cuatro años.

El apoyo de la comunidad es evidente. Muchos choferes tocan sus bocinas cuando pasan al lado de la línea de piquetes. Los huelguistas han recibido donativos de alimentos y leña. Obreros automotrices y siderúrgicos del área han visitado las línea de piquetes.

Thomas Tannehill, trabajador de una bodega que vino a brindar su apoyo, resumió el sentir de muchos trabajadores. “Alguien tiene que resistir”, dijo.  
 
 
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