El gobierno canadiense impuso el impuesto racista a todos los chinos que inmigraron a este país entre 1885 y 1923. Lo que al principio fueron 50 dólares, después subió a 100 y en 1903 a 500 dólares, el equivalente dos años de paga de un trabajador.
Frank Chan dijo al Militante, que la gente tenía que trabajar de 10 a 15 años para pagar el dinero que habían tomado prestado para pagar el impuesto. Si morían, su familia en China quedaba con la responsabilidad de pagar la deuda.
En 1923 Ottawa impuso El Acta de Exclusión de los Chinos, que prohibía toda inmigración desde China. Se mantuvo vigente hasta 1947. Como resultado, muchos de los inmigrantes, casi todos hombres, fueron separados de sus esposas e hijos durante décadas.
En junio de este año, tras décadas de lucha por justicia, el gobierno de Ottawa accedió a compensar a unos 400 sobrevivientes que pagaron el impuesto y a sus cónyuges. La Sociedad de Familias de Impuestos por Persona de Canadá (HTFS), organizadora del evento del 25 de noviembre, señaló que solo un 0.6 por ciento de las familias que pagaron el impuesto serán compensadas.
Wayne Lee, activista de HTFS, dijo que la lucha por la compensación es importante hoy día porque refuerza otras luchas por la justicia.
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