Este es un ataque contra todos los trabajadores. La migra, ayudando a los patrones como siempre, pretende infundir terror entre los trabajadores inmigrantes para mantenerlos en su condición de ciudadanos de segunda clase —con salarios menores, condiciones inseguras, abusos— y para dividir al pueblo trabajador, oponiendo a los residentes de Estados Unidos contra los indocumentados.

En seis estados, más de mil policías. muchos con equipo antimotines, tomaron por asalto las fábricas y sacaron a centenares de trabajadores en cadenas y esposas. Intentando tachar de criminales a los empacadores de carne, los portavoces de la migra dijeron que los arrestaron en un caso de "robo de identidad" que supuestamente "ha victimizado a muchos ciudadanos y residentes legales de Estados Unidos". Los trabajadores en cinco de las seis plantas, un conjunto de 10 mil, son miembros del sindicato de la industria alimenticia UFCW.

No es casualidad que la policía federal efectuó estas redadas poco después del paro que mil obreros de la procesadora de puercos Smithfield realizaron el 16 y 17 de noviembre en Tar Heel, Carolina del Norte. Los patrones y sus representantes en el gobierno están alarmados por el ejemplo que ofrecen estos obreros empacadores de carne. Estos tomaron acción en contra del despido de decenas de compañeros de trabajo que habían recibido cartas "no-match" —diciendo que sus números de Seguro Social no coinciden con los archivos federales— y así han obstaculizado los intentos patronales de despedirlos.

A pesar de los intentos de intimidación, las recientes redadas policiacas también se toparon con protestas obreras.

Estos ejemplos de creciente confianza y disposición de lucha son otra muestra más de cómo la ola masiva de inmigración en las últimas décadas ha fortalecido irreversiblemente a la clase trabajadora en Estados Unidos. Esta fuerza se demostró contundentemente en abril y mayo, cuando dos millones de trabajadores salieron a las calles —en muchos casos cerrando plantas y fábricas, como las de la Swift— para exigir la legalización de todos los indocumentados.

El objetivo de las redadas no es "la aplicación de la ley", sino más bien intimidar a los trabajadores para que desistan de luchar por la legalización.

Los trabajadores nacidos en el extranjero no son los que "victimizan" a los nacidos aquí. Los patrones y su gobierno son los que victimizan a todos los trabajadores. Los empleadores son los culpables de los recortes de salarios y beneficios, de las condiciones peligrosas y de los despidos. La única respuesta eficaz contra las tácticas patronales de “divide y vencerás” es la sindicalización de todos los trabajadores y la movilización de la fuerza sindical para resistir estos ataques.

Siguiendo el ejemplo de los empacadores de carne en Carolina del Norte, los sindicatos y otros trabajadores necesitamos movilizarnos para reclamar: ¡Liberen a los obreros arrestados! ¡No deportaciones o despidos! ¡Alto al uso de las cartas "no-match"! ¡Amnistía ya! ¡Legalización incondicional e inmediata para todos los inmigrantes!
 
 
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