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   Vol. 71/No. 1           8 de enero de 2007  
 
 
10 mil manifestantes en NY:
‘¡Justicia para Sean Bell!’
(portada)
 
Militante/Robin Mace
10 mil personas, la mayoría negros, marchan en Manhattan el 16 de diciembre contra la brutalidad policiaca

POR EMILY PAUL
Y OLYMPIA NEWTON
 
NUEVA YORK, 16 de diciembre—Alrededor de 10 mil personas marcharon hoy por la Quinta Avenida en Manhattan coreando “¡No justicia, no paz!” y contando hasta cincuenta para protestar contra la muerte de Sean Bell el 26 de noviembre a manos de la policía. Bell, de 23 años, fue abatido en una metralla de 50 balas mientras él y dos amigos—Joseph Guzman, de 31 años, Trent Benefield, de 23—estaban sentados en el auto de Bell afuera de un club nocturno en Jamaica, Queens.

Benefield, quien recibió tres disparos, encabezó la marcha en su silla de ruedas, junto a Nicole Paultre, la novia de Bell, quien se iba a casar con el trabajador afroamericano el día que lo mataron. Abner Louima, un inmigrante haitiano a quien policías en Nueva York golpearon brutalmente y sodomizaron en 1997; el reverendo Alfred Sharpton, un político del partido demócrata; y el congresista Charles Rangel también marcharon al frente de la marcha.

La marcha se extendió a lo ancho de cinco carriles por unas 10 cuadras. Incluyó contingentes de los sindicatos de maestros UFT, de trabajadores postales y de los locales 1199 y 32BJ del sindicato SEIU. También participaron contingentes de estudiantes, iglesias y organizaciones comunitarias.

A solo horas de haber terminado la marcha, un policía le disparó mortalmente a Anatoly Dmitriev, un inmigrante ruso de 62 años de edad, en el Bronx. Dmitriev es la segunda persona que muere en manos de la policía de Nueva York desde la muerte de Bell. El primero, Timur Person, de 19 años, recibió cinco disparos a quemarropa en el pecho cuando los policías lo forzaron al suelo en el vestíbulo de un edificio de apartamentos el 13 de diciembre.

El departamento de policía ha defendido las dos muertes, diciendo que en ambos casos las víctimas estaban armadas. Dmitriev, cuyos vecinos y familiares lo describen como mentalmente inestable, venía bajando por la salida para incendios portando un hacha cuando un policía le disparó dos veces en el pecho.

Los policías encontraron una pistota de calibre 38 en Person después que lo mataron. Ellos argumentan que Person había desenfundado el arma contra los policías, pero los testigos contradicen el informe de la policía.

Mientras el fiscal del distrito Richard Brown aún no ha fijado un calendario para una investigación por la muerte de Bell, las redadas policiales en barrios obreros de la ciudad han continuado bajo el pretexto de la búsqueda de un “cuarto hombre”.

Terry McKenzie y Gerald Williams fueron detenidos en una redada en el proyecto de apartamentos donde ellos y Benefield viven. “Se mantuvieron preguntándome sobre el tiroteo”, dijo McKenzie a NY1 News. “Yo no cooperé con ellos, fue ahí cuando me llevaron abajo y me pusieron cargos”. La policía alega haber encontrado cocaína crack en McKenzie, pero él insiste que los policías nunca dijeron nada sobre drogas durante la interrogación.

Muchos en la marcha del 16 de diciembre tenían sus propias historias que contar respecto al acoso policíaco.

“Pudo haber sido cualquier hombre negro, mi hermano o mi padre”, dijo Kashana Ames, quien participó en la marcha. “Disparar primero, interrogar después, ese es su lema”. Carteles hechos a mano leían consignas como, “Pude haber sido yo”, o “NYPD: por favor no maten a mi esposo, mi sobrino o mi hijo”.

Trece personas han muerto en manos de la policía en Nueva York éste año. La policía ha matado un promedio de 12 personas por año desde 2002, menos de los 25 por año en la década de los 90.

Al cierre de la edición, el 20 de noviembre, otras 100 personas marcharon en Jamaica, Queens, cerca del lugar de la masacre del 26 de noviembre para demandar justicia para Sean Bell.  
 
 
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