Waters, directora de Nueva Internacional, que también se publica en inglés como New International, moderó la actividad. A continuación reproducimos parte de sus palabras de apertura.
Oscar Rodríguez es miembro de la asamblea legislativa en el estado de Miranda, que rodea a Caracas. También es dirigente de la Juventud Quinta República, afiliada al partido gobernante de Venezuela, el Movimiento Quinta República.
Zuleica Romay es vicepresidenta del Instituto Cubano del Libro.
Harry Villegas, un general de brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, ya no en activo, es vicepresidente del secretariado ejecutivo de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. La asociación está integrada por cubanos que han participado en luchas revolucionarias y misiones internacionalistas a lo largo de más de medio siglo. Villegas es conocido ampliamente como Pombo, el nombre de guerra que le dio Ernesto Che Guevara, el dirigente de la Revolución Cubana de origen argentino, junto al cual Villegas trabajó y peleó por una década, durante la guerra revolucionaria así como en el Congo y en Bolivia. Villegas además es miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, diputado en la Asamblea Nacional y Héroe de la Revolución Cubana.
Las notas al pie y la traducción de las palabras de Rodríguez, Romay y Villegas, de las cuales publicamos aquí unos extractos, son del Militante. La traducción y el texto de Waters se publican con autorización. Copyright © 2006 por Pathfinder Press.
POR MARY-ALICE WATERS
Como introducción a la discusión, quiero decir unas palabras breves sobre Nueva Internacional, una publicación que es nueva para muchos de ustedes.
Como dice en la portada, Nueva Internacional es Una revista de política y teoría marxistas. No es la revista de un partido, pero los miembros del consejo editorial son dirigentes del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos. Incluyen al secretario nacional del partido, Jack Barnes, autor de los principales artículos en estos dos números. También nos beneficiamos de la colaboración de partidarios en otros países.
El propósito de Nueva Internacional no es el debate solo por debatir. Es un instrumento para armar, y para que la usen, trabajadores y jóvenes que participan activamente en el trabajo práctico de forjar un partido y una organización juvenil comunistas, sobre todo en Estados Unidos.
Creemos que ese objetivo es una necesidad histórica. Ninguna de las cuestiones sociales candentes de nuestra época se resolverá sin que el pueblo trabajador en Estados Unidos quite el poder económico y militar para gobernar de manos de la clase que hoy impone sus intereses sobre el mundo.
La construcción de un partido comunista en Estados Unidos o en cualquier otro país es una meta inseparable de las tareas del internacionalismo proletario. Solo se puede alcanzar trabajando junto con otros que luchan por los mismos fines en otras partes del mundo. Es una de las razones por las cuales valoramos tanto la colaboración y las oportunidades de discutir estos temas en eventos como éste…
Nueva Internacional va dirigida ante todo a los jóvenes, a las nuevas generaciones que van cobrando conciencia política al integrarse a luchas por esta línea de marcha proletaria. Es una de las razones por las cuales significa mucho que Oscar este aquí hoy, hablando a nombre de la dirección de la JVR. Ante todo son los jóvenes quienes deben asimilar e interiorizar la forma proletaria de hacer política. Y sabemos por experiencia que hay una verdadera hambre entre los jóvenes estudiantes, trabajadores y otros por el tipo de profundidad política que los materiales en Nueva Internacional les permiten alcanzar y debatir.
La venta más grande de esta revista, en sus diferentes idiomas, ha sido a jóvenes de todo el mundo en eventos como el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que se celebró aquí en Caracas el año pasado.
También sabemos que para hacer una revolución no basta con ser joven. Si lo fuera, nuestra clase ya hubiera triunfado hace mucho tiempo. Sin la continuidad del pensamiento y la organización proletarios, sin una mezcla de experiencias entre las generaciones de combatientes revolucionarios, y sin la colaboración a través de las fronteras, sin que cada nueva generación haga suyas las lecciones del movimiento obrero internacional moderno, la victoria no es nada segura. Si acaso se triunfa, será a un precio mucho más grande de lo necesario. Esas lecciones las han pagado con sangre los que nos precedieron.
Por eso es tan importante que hoy tengamos a la compañera Zuleica hablando desde la perspectiva de la Revolución Cubana, y por eso significa mucho la participación de Pombo.
Quiero destacar solo un punto político sobre el contenido de estos dos números. Son los comentarios de los otros panelistas, y de ustedes que hoy nos acompañan, que merecen la mayor parte del tiempo.
Estos números de Nueva Internacional plantean, con convicción y con hechos, que hoy día estamos atravesando un gran viraje en la lucha de clases internacional. El mundo que está naciendo hoy no es el mundo que hemos conocido, no es el mundo en que hemos vivido durante los últimos 60 años. Los comunistas y las fuerzas de vanguardia más amplias deben asimilar plenamente este cambio histórico y empezar a actuar a partir de su lógica política.
El origen de la nueva situación mundial no radica en un solo suceso como el 11 de septiembre. No radica en políticas específicas que siga uno u otro Congreso o presidente de Estados Unidos. Los resultados de las recientes elecciones para el Congreso de Estados Unidos no cambiarán nada sobre este frente, y el pueblo trabajador no tiene nada que celebrar con la victoria electoral de los candidatos del Partido Demócrata.
Ayer, por ejemplo, en uno de las primeras acciones post- electorales, los miembros demócratas del Congreso encabezaron la lucha para derrotar una propuesta de ley que habría normalizado las relaciones comerciales con Vietnam. Como todos sabemos y sobre todo nuestros compañeros cubanos han vivido las consecuencias de esta política por más de 45 años las restricciones comerciales son una de las armas bélicas del imperialismo.
La crisis subyacente que impulsa a los amos imperialistas no es coyuntural. Tiene sus raíces en el descenso económico que empezó hace unas tres décadas, al agotarse la expansión económica que surgió de los preparativos para la Segunda Guerra Mundial. Lo que hoy se desarrolla es la aceleración de esa crisis en todas sus manifestaciones, incluso los conflictos comerciales cada vez más fuertes que nacen de la competencia entre las potencias imperialistas. Ha comenzado uno de los infrecuentes inviernos largos del capitalismo, explica Nueva Internacional. Y para nosotros será muy largo y muy caliente.
Lo que tenemos por delante son décadas de convulsiones económicas, financieras y sociales, así como las consiguientes batallas de clases cada vez más profundas. Por eso necesitamos hombres y mujeres que no teman el calor, que tengan agallas para el tipo de luchas que vienen.
En preparación para esas batallas que vienen, tanto dentro como fuera del país, el gobierno de Estados Unidos está implementado el cambio de mayor alcance en su política y organización militar desde fines de los años 40, cuando la clase dominante de Estados Unidos estableció un masivo y permanente comando militar y estructura de seguridad nacional para contener a la Unión Soviética. Sin embargo, es importante destacar que la trayectoria actual no es ni la de Rumsfeld ni la de Bush. Es la política bipartidista de la clase gobernante norteamericana, que ya empezó bajo Clinton.
En los últimos días, por ejemplo, bajo la fachada de propuestas para más y más audiencias congresionales y comisiones de toda clase para "examinar" la causa de sus problemas en Iraq, y de declaraciones sobre la futura reducción de tropas, el gobierno norteamericano está tomando un rumbo totalmente contrario. Ayer el recién electo líder del caucus demócrata en el Senado propuso un aumento de 75 mil millones de dólares en el presupuesto militar para restablecer la capacidad combativa del ejército y así poder aumentar el número de tropas en Iraq así como en Afganistán y otros países según les haga falta. Bush sugiere que con otras 20 mil tropas bastará para "pacificar" muy pronto a Iraq.
Hay profundas divisiones faccionales entre y dentro de los partidos capitalistas y otras instituciones del gobierno en Estados Unidos, incluyendo el alto mando militar. Pero el rencor de su discurso no proviene de un conflicto entre perspectivas estratégicas. Tiene otra causa: la comprensión más o menos consciente entre muchos de que, independientemente de sus cambios de política, no pueden contener la marcha de la historia. De que, sin importar lo que hagan, no pueden ganar. Para las familias gobernantes de Estados Unidos, el cambio de guardia periódico de republicanos a demócratas y viceversa, es una vía no solo útil sino indispensable por la cual tratan de resolver sus diferencias tácticas y modificar su curso, pero lo hacen con menos y menos convicción y confianza.
Los gobernantes imperialistas insisten en que están enfrascados en una guerra larga contra el terrorismo que librarían por una generación o más. Pero los verdaderos blancos de ataque nos son evidentes a todos. Es la razón por la que el pueblo trabajador de Venezuela fue destacado por el Pentágono en su más reciente revisión de política militar, a principios del año, como creciente fuente de inestabilidad política y económica en el mundo. Por eso Washington ahora ha nombrado un administrador especial para las operaciones de inteligencia contra Cuba y Venezuela.
Para los revolucionarios, el hecho que ha desaparecido el mundo que hemos conocido por más de medio siglo no es motivo de desesperación, mucho menos de temor. Muy al contrario. Lo que vemos en este mundo emergente es el inicio de otra transformación, la transformación del pueblo trabajador. Impulsados por estos cambios trascendentales, por las crecientes presiones sociales y económicas sobre una mayoría más y más grande del pueblo trabajador incluyendo medidas para limitar los derechos políticos y democráticos aún en las democracias burguesas más estables los trabajadores están respondiendo. Estamos resistiendo. Incluso dentro de Estados Unidos.
A menudo esta realidad es difícil de ver desde afuera, pero donde más ampliamente se ha evidenciado es en las masivas movilizaciones obreras a favor de los derechos de los inmigrantes que estallaron en las calles de Estados Unidos a principios del año. Millones de personas y no solo inmigrantes orgullosamente pararon labores y marcharon bajo el lema "Somos trabajadores, no criminales. ¡Legalización ya de todos los inmigrantes!" Sus acciones, presagio de lo que vendrá, ya ha fortalecido irreversiblemente al movimiento obrero en Estados Unidos.
Nosotros actuamos hoy día a partir de la lógica política de estos inmensos cambios.
Según lo expresan estos números de Nueva Internacional: Nuestra política empieza con el mundo que el capitalismo ha engendrado, y no cómo reformarlo sino más bien cómo transformarlo. De manera irreconocible.
Esto es lo que hoy nos junta aquí.
Solo he podido leer parte del artículo "El invierno largo y caliente del capitalismo ha comenzado" pero me han llamado poderosamente la atención algunos aspectos. Por ejemplo, la sección "Competir o morir," que explica cómo el capital viene actuando en el mundo, y que a veces uno no se da cuenta de los tentáculos que tiene en todas partes. Quizá uno ha visto un poco las consecuencias de eso en las comunidades donde vivimos. Pero yo creo que el análisis macro es importante que todos lo conozcamos. Los invito a que divulguemos este artículo, a que hagamos círculos de lectura en nuestras comunidades para que podamos crear conciencia revolucionaria.
En el pasado, ser revolucionario era un poco más difícil. Simplemente dar un mensaje a un camarada implicaba una aventura, porque los órganos de inteligencia estaban todos direccionados para espiar a revolucionarios.
Hoy día esta dinámica es distinta. Esta revolución es inédita. Hoy día un joven que está en el barrio se inscribe en una misión, logra recibir una beca, va y compra en el Mercal, y si se enferma va a la clínica de Barrio Adentro.1 Y después dice, Yo soy un revolucionario. Pero el nivel de conciencia quizá no es el requerido.
Hoy día es mucho más fácil ser revolucionario. Pero esa facilidad a veces puede llevar a quebrar su espíritu revolucionario. Tenemos que consolidar la conciencia revolucionaria con la lectura, con el compromiso, con los valores y promoviendo círculos de lectura donde se incremente la camaradería.
La teoría y la práctica tienen que ir juntos. Por eso invito a los jóvenes, y a todos con los que de alguna manera hemos trabajado, no solo a hacer círculos de estudio sino aplicar lo que leemos.
Esta dinámica permite que este material penetre en la conciencia de las comunidades.
Yo estaba viendo cómo esta revista hace un diagnóstico del capitalismo y su accionar a nivel macro. Yo me sorprendí porque algunas cosas las conocía pero no veía cómo los capitalistas, los bancos, las instituciones financieras no tienen escrúpulos ni principios ni valores. Simplemente usan las tasas de intereses y otras medidas para acumular riquezas a expensas de la mayoría, del pueblo trabajador.
Este artículo nos ayuda a ver desde otra óptica que detrás de los conflictos locales hay la mano de fuerzas más grandes. Nos ayuda a ver cómo la mano del imperialismo, la mano del capitalismo, opera en nuestras comunidades.
Les voy a contar una experiencia que nosotros pasamos en el estado de Miranda. Hasta hace dos años nosotros tuvimos un gobernador que representaba los intereses de la derecha, e incluso incursionó en el golpe de estado del 11 de abril.2
Hace dos años fue el referéndum del presidente de la república, donde ganamos con un 60 por ciento de los votos.3 Eso desmoralizó a la oposición. Y muchos no fueron a votar en las elecciones para gobernador realizadas al mes siguiente del referéndum. Nosotros pudimos ganar un estado que evidentemente era un estado opositor.
Desde entonces nosotros hemos logrado desarrollar un sistema de políticas públicas en el estado Miranda, orientadas a desmontar lo que fue en efecto la privatización de la salud por el gobierno anterior.
En la educación y en salud se habían ido privatizando los hospitales, los ambulatorios, las escuelas.
Desde hace dos años la gobernación ya desmontó ese tipo de estructura y ahora el estado asume la responsabilidad por estos servicios.
Hoy estuvimos con el presidente Hugo Chávez en la inauguración de un centro de salud integral, que cuenta con equipos médicos de última tecnología, los más avanzados, en Chuao, ubicado en el municipio Baruta, aquí en Caracas, un sector donde la oposición tiene fuerza porque es de clase media alta.
Eso le demuestra a la oposición que nosotros gobernamos tanto para los ricos como para los pobres. Es claro que le tenemos que dar prioridad a los pobres, porque son la mayoría y son los que han estado excluidos durante tantos años. Pero para la clase media también se ha gobernado.
Aquí en la crisis financiera que hubo hace 10 años se le metió la mano en el bolsillo a los que tenían ahorros. ¿Y quiénes tenían ahorros? La clase media. Si usted tenía en el banco 10 millones de bolívares [4 650 dólares], las entidades financieras a menudo les robaba hasta 6 millones y le reconocía nada más 4 millones.
También impusieron intereses en las tarjetas de crédito de hasta el 80 por ciento. La gente compraba algo con tarjetas de crédito y se asfixiaba con la deuda.
Lo que nosotros vemos como problemas locales, en realidad son consecuencias de estas políticas, de este canibalismo capitalista, si se puede decir. Capitalistas en función de acumular riquezas y poder, sin ningún tipo de principios, valores o propósito.
Yo quedo sumamente complacido con esta invitación para participar en este evento. Y me comprometo a incluir este tema en los círculos de lectura que nosotros hacemos con los jóvenes.
Vamos a conocerlo y promoverlo para que otros también lo conozcan, y que eso permita la construcción de un movimiento popular fuerte y con convicción.
Hay una expresión al principio del ensayo, más o menos así: "Decimos como dijo Lenin en 1920…."4 Yo hice una prueba con un compañero mío en el pabellón de Cuba, un muchacho joven que tiene unos 20 años menos que yo. Le di la revista para que leyera el principio. Y él me decía, ¿Se puede repetir algo que Lenin dijo en 1920?
Yo le contesté, "Repetir no se puede, pero entenderlo sí". Porque este mundo ha cambiado en muchas cosas superficiales, pero esencialmente es el mundo que Lenin conoció en 1920. Tenemos que saber cómo leer a Lenin y a los clásicos del marxismo. No podemos leerlos literalmente. Pero puedes estar seguro que cambiando quizás el orden de las palabras o añadiendo algunos argumentos nuevos, pudiéramos decir muchas de las cosas que Lenin escribió o dijo en 1920.
Si a veces pensamos que estas cosas, dichas o escritas hace mucho tiempo, ya no tienen vigencia, es porque estamos atentos a los cambios superficiales que ocurren en el mundo. A veces no nos damos cuenta que este sigue siendo el mismo mundo injusto, el mismo mundo que costea el desenfreno de la minoría con la sangre de la mayoría, como era cuando recién emergía el estado soviético de aquella revolución proletaria, que fue clásica, al final de aquella sangrienta Primera Guerra Mundial.
Por eso a mí me ha parecido muy interesante cómo la Nueva Internacional trata el tema de la electrificación.
En aquel momento se pretendía no solo desarrollar un gran programa social, no solo aplicar adelantos importantes de la ciencia y la técnica, sino reconocer que para aquella Rusia atrasada, donde el campo estaba marcado por condiciones semifeudales, la electrificación significó la posibilidad de construir un hombre nuevo, al crear nuevas condiciones de vida y de trabajo, nuevas condiciones de bienestar material y espiritual.
Cuando reanalizamos estos temas en nuestros días, nos damos cuenta de que, efectivamente, la tecnología tiene una lectura mucho más profunda de la que hacemos a veces, solo desde el punto de vista instrumental. Porque la tecnología está asociada desde su misma concepción y sobre todo en su aplicación a un modo de producción determinado.
Hay una parte del artículo donde se destaca, con mucha sabiduría, que muchos de los grandes adelantos científicos de los siglos XIX y XX se han desarrollado en función de llevar a cabo guerras de conquista y expandir poderes para aplastar a otros pueblos. En ese caso la tecnología se ha puesto en función de intereses muy espurios.
Por eso es que en el socialismo nosotros no heredamos simplemente la tecnología. Nosotros la conocemos, la transformamos y la ponemos en función de la humanidad y de una sociedad distinta.
Me parece que la reflexión que se hace en la revista sobre este tema es muy actual, aunque en muchas ocasiones usa textos, frases y hechos que ocurrieron hace decenas de años, en el siglo pasado.
Me llamó mucho la atención también la forma en que el artículo actualiza la visión de la alianza entre obreros y campesinos. Es verdad que el imperialismo ha ido disminuyendo al número de campesinos. Con pretextos, con eslogans y lemas, con políticas demagógicas acerca de una pretendida modernización, han convertido al campesino otra vez en siervo. Ya no es un señor feudal el dueño del campesino. Ahora es una transnacional productora de alimentos.
Debido a ese proceso, cuando se habla de la alianza entre obreros y campesinos, a veces pensamos que es imposible. Mientras tanto el campesino se proletariza, y nuestro ejército de trabajadores es numerosamente más fuerte; tenemos más gente para combatir, más gente para educar, más gente que transformará la sociedad.
Yo les digo sinceramente que en un país como Cuba, donde se estudia el marxismo, donde el marxismo se aplica, me sorprendí dándome cuenta de que hacía bastante tiempo que no leía un texto en que se abordara la alianza de obreros y campesinos.
Al leer la Nueva Internacional me encontré preguntándome: ¿Cómo sería esa alianza ahora? ¿Cómo se logra ahora? Y realmente pienso que este ensayo da respuestas: no da recetas, pero sí da respuestas.
En Cuba hay un programa de televisión con un periodista muy ameno, que presenta un tema e invita a personas a participar en un debate televisivo y al final le dice a uno: saque usted sus propias conclusiones. Yo pienso que lo mismo pasa con este ensayo. Uno tiene que quedarse reflexionando sobre él.
Para mí lo que más sedimentó en la conciencia después de leer esta revista es la necesidad que nosotros tenemos de seguir demostrando, como dijo Lenin, que no basta con que el proletariado esté sometido a condiciones de explotación. Hace falta una vanguardia que se lo explique, que documente, que los haga reflexionar sobre los hechos de la vida. Y lo mismo ocurre con la teoría marxista.
Después de todo, se excavaron muchas tumbas para enterrarnos a todos nosotros, junto con lo que pensamos. Apenas transcurrieron 15 años desde el colapso de la Unión Soviética y el mundo está viendo que todos los que cavaron tumbas las abrieron por gusto, porque el marxismo sigue vivo.
Sin embargo, esto es algo que hay que demostrar. Sobre todo porque en un momento determinado, en Cuba y otros muchos lugares presentamos el marxismo como una ciencia acabada. Era como la Biblia, en el sentido de que no había nada más que transformar, había que hacer lo que se postulaba. Tuvimos una época de dogmatismo, de esquematización. Ya nos hemos sacudido de ese lastre ideológico hace mucho tiempo, pero todavía nosotros tenemos que hacer una gran discusión.
El otro día un compañero me decía aquí en la feria: "Lo que ustedes hicieron en Cuba ya no es posible. No se puede tumbar un poder, un poder aplastante, a tiros, trepados en una loma. A mí me parece que el mundo va a camino de que se vuelvan a crear las condiciones para que esas estrategias de lucha también sean posibles, por todo lo que explicó Mary-Alice.
Por eso creo que la difusión de la teoría marxista es importante: teoría viva que se ha enriquecido con la práctica, demostrando que los caminos son muchos, propios para cada pueblo.
Por aquí se dice: Están cubanizando a Venezuela. Pero eso no es cierto. Los venezolanos están haciendo las cosas a su manera, y no nos están pidiendo permiso a nosotros, por cierto.
Ante todo, nosotros tenemos que difundir la teoría que sustenta nuestra acción. Porque nosotros somos buenos en la acción. Somos muy buenos en los hechos. Buenos para luchar. Pero nos cuesta trabajo explicarle al que va marchando a nuestro lado la necesidad de su participación, y sencillamente la persona no tiene idea. Una persona sin convicciones va a una manifestación acompañando a alguien, va a un acto público respaldando a alguien, pero no va porque su conciencia le diga que allí es donde tiene que estar. Y el trabajo de nosotros es ese: inculcar a las personas las ideas que las encaminen a moverse por sí mismas, por propia convicción.
En la medida que logremos este objetivo, usando este tipo de publicaciones y muchas otras vías, yo pienso que este mundo mejor del que tanto se habla, va a ser cada vez más posible.
Sin meterme en concepciones teóricas que ustedes oyeron, presentadas por la gente que ha leído estos números de la revista más recientemente que yo y que tiene una visión mucho más amplia, quiero decir que yo creo que la importancia de Nueva Internacional reside en la búsqueda de un entendimiento teórico de la realidad del mundo actual desde el prisma del marxismo-leninismo.
Tenemos como premisa que cuando hablamos del marxismo, hablamos de una ciencia dialéctica, no algo estático. Una ciencia que ve al mundo en continuo movimiento y evolución, cuya aplicación no es uniforme para cada país.
Hay cosas que son propias de cada país. La revolución venezolana tiene sus características, partiendo de cómo surgió. La revolución cubana tiene sus características, partiendo de como surgió. La revolución rusa tuvo sus características, partiendo también de su propia esencia.
Por eso, es necesario sacar experiencias de todas las revoluciones.
Ustedes tienen que sacar las experiencias de ustedes, que han sido pacificas. Pero yo recuerdo algo que dijo el Che y que nunca se me olvidará, por haber estado mucho tiempo al lado de él: que la naturaleza del imperialismo no es pacifica. Y porque la naturaleza del imperialismo no es pacifica, no podemos pensar que el imperialismo nos va a traer paz. Siempre tenemos que estar preparados, analizando, investigando a la luz del marxismo, que es objetivo y concreto, para conocer este sistema cada vez mejor.
Es un principio militar que no se puede concebir una idea de combate si no se conocen las características del enemigo. Hasta en la guerra irregular, en la guerra de guerrilla. Yo vi por aquí ahora un ejemplar de estudios que hizo el Che, Guerra de guerillas, en el que el análisis del enemigo es determinante: hay que saber cómo el enemigo emplea su armamento, sus medios más modernos; qué importancia tienen para ustedes en estos momentos.
No los van a atacar con armas nucleares, por lo tanto no es importante para ustedes el estudio de armas nucleares. Vamos a suponerlo, claro, no se puede asegurar nada. Porque si no, dejaríamos de ser dialécticos.
Yo creo que la existencia de una revista que haga un análisis del imperialismo en su manifestación global en estos momentos tiene importancia para nuestro debate, para que cada uno de nosotros podamos realmente extraer nuestra propias conclusiones, como nos decía Zuleica. Para que podamos llegar a tener las armas, las ideas, los elementos con los cuales poder defender nuestra revolución. Porque nosotros tenemos nuestra propia revolución, tenemos un modelo de la construcción del socialismo. Para mí una de las ideas de José Martí es universal, es para todo el mundo: Construir una patria con todos y para el bien de todos, y en esa patria conquistar la mayor cantidad posible de justicia social.
En algunos casos las posiciones de la revista Nueva Internacional han coincidido con la realidad de nuestro proceso revolucionario. Una de la cosas que más ha hecho la editorial Pathfinder ha sido divulgar, a través de entrevistas, la experiencia de muchos combatientes cubanos desde sus orígenes hasta su participación en la construcción del socialismo.
El sábado por la noche habrá una presentación aquí de Nuestra historia aún se está escribiendo, un libro que ha sido promovido por la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, y yo le prometí a Mary-Alice que participaría en esa actividad.
Si pueden participar, van a escuchar acerca de un joven chino que se llama Sío Wong, que hoy es el jefe de las reserves estatales de Cuba. Verán de dónde surgió Sío Wong y cómo en un momento determinado en la guerra revolucionaria, en la Sierra Maestra, le dieron la responsabilidad de las reservas estatales.5
Todavía no éramos un estado, pero Fidel lo puso a cargo de la reserva del Ejército Rebelde. Y llegaron Camilo6 y otros y convencieron a Sío Wong que su columna estaba pasando hambre y que le diera un saco de azúcar de la reserva. Esto determinó que Fidel lo destituyera de su cargo. Porque Fidel le dijo si éstas eran reservas, él era el que decidía qué hacer con ellas. No había nadie que tuviera facultades para darlas a nadie, por mucha necesidad que tuvieran en aquellos momentos.
¿Qué es lo que les quiero transmitir? Que lo más importante en un momento dado es la disciplina. Una disciplina consciente, en que cada uno de nosotros cumpla con lo que cada uno de nosotros tiene que hacer como revolucionario. Porque sin disciplina no hay sistematicidad, no hay integralidad, y por lo tanto el mensaje revolucionario no llega con toda la fuerza y todo la integración que se requiere.
Lo fundamental que quería decirles es que les agradecemos mucho que nos hayan invitado y que creemos que este esfuerzo que ellos vienen realizando desde hace ya muchos años dará frutos. No solamente para nosotros. Estos materiales también los divulgan mucho entre trabajadores norteamericanos, entre los latinos, entre otros pueblos de habla inglesa, además del pueblo de habla hispana.
1. Barrio Adentro es un programa auspiciado por el gobierno de Venezuela que ha traído alrededor de 20 mil médicos cubanos, ofreciendo servicios gratuitos de alta calidad, a barrios obreros y comunidades rurales donde antes había poco acceso a servicios médicos. En Venezuela, Barrio Adentro y otros programas sociales, como la campaña nacional de alfabetización, se conocen como "misiones". Los Mercales son supermercados estatales que venden alimentos a precios subsidiados.
2. En el golpe fallido del 11 de abril de 2002, fueron arrestados el presidente venezolano Hugo Chávez y varios de sus ministros y otros funcionarios del gobierno. En respuesta, centenares de miles de trabajadores se movilizaron desde los barrios pobres de Caracas. Ante la masiva muestra de apoyo al gobierno de Chávez, las fuerzas armadas se dividieron y el golpe fracasó después de dos días.
3. En 2004 la oposición apoyada por los imperialistas nuevamente intentó remover a Chávez, esta vez con un referéndum revocatorio realizado el 15 de agosto. El referéndum fue derrotado con un masivo esfuerzo organizado de trabajadores y campesinos por todo el país; más del 59 por ciento votó en contra.
4. Al comienzo de "Nuestra política empieza con el mundo", Barnes cita una declaración que V.I. Lenin, principal dirigente de la Revolución Rusa de octubre de 1917, hizo en diciembre de 1920 ante el Congreso de los Soviets de Toda Rusia. "El comunismo es el poder soviético más la electrificación de todo el país", dijo Lenin.
5. Harry Villegas se refería a la presentación de Nuestra historia aún se está escribiendo: La historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana, un libro de Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong. El evento se celebró el 18 de noviembre en el marco de la Segunda Feria Internacional del Libro en Venezuela. Un artículo sobre la actividad apareció en el número del 18 de diciembre del Militante. Sío Wong describe el incidente sobre las reservas del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra, al que se refiere Villegas, en las páginas 116-17 de Nuestra historia aún se está escribiendo.
6. Camilo Cienfuegos fue capitán en la Columna 4 del Ejército Rebelde, que bajo la dirección de Fidel Castro encabezó la guerra revolucionaria cubana de 1956-58 para derrocar a la dictadura de Batista apoyada por Washington. Ascendido a comandante en 1958, pasó a ser jefe del estado mayor del Ejército Rebelde en enero de 1959. Murió en octubre de ese año cuando se perdió en el mar el avión en que viajaba.
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