El mitin, al cual asistieron más de 100 personas, fue el más reciente en una serie de vigilias, manifestaciones y conferencias de prensa en la última semana para protestar las muertes a mano de la policía de dos jóvenes desarmados, un afroamericano y un latino, en el curso de dos días.
Yolanda Perry, una testigo de la muerte de McIntosh, habló con la prensa el 9 de enero y fue citada a comparecer como testigo ante un gran jurado el día siguiente. Perry dijo ver a Smith atacar a McIntosh con una pistola de choque eléctrico Taser en la espalda después de detener el auto en el que andaban y haber arrestado al conductor. Según Perry, Smith entonces esposó a McIntosh y le disparó tres veces. Los policías sostienen que esposaron a McIntosh después de disparar contra él.En el mitin del 17 de enero, el marido de Perry, el reverendo George Perry, dijo que su esposa ha recibido amenazas por teléfono desde que habló públicamente. Un joven le dijo al público que él fue testigo de los disparos y que fue silenciado con hostigamientos cuando intentó hacer declaraciones.
En otro incidente, dos policías mataron a Omar Esparza, de 21 años, en la casa de su familia en el área este de Houston el 7 de enero.
La ira provocada por estas muertes por la policía sucede en medio de una creciente oposición a la brutalidad policíaca aquí, incluso al uso generalizado de las pistolas Taser. Hace dos años la policía y políticos capitalistas introdujeron las pistolas Taser, promoviendolas como una manera de reducir la cantidad de tiroteos mortales por la policía, después de protestas públicas contra la violencia policíaca. Sin embargo, un informe del Houston Chronicle publicado el 14 de enero reportó que la policía de Houston ha balaceado, herido y matado la misma cantidad de personas que antes que fueran introducidas las pistolas de choque eléctrico.
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