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   Vol. 71/No. 5           5 de febrero de 2007  
 
 
Historia de campaña de defensa
obrera ahora disponible
Caso surgió de lucha de sindicalización de
mineros del carbón en Utah
(especial)
 
POR OLYMPIA NEWTON  
El récord del Fondo de Lucha del Militante —una exitosa campaña de defensa laboral que surgió de una lucha de tres años por mineros del carbón en Utah para ser representados por el sindicato minero UMWA— está ahora disponible para quien quiera estudiarlo o aprender de este. Preparado por el Militante, el historial completo de esta campaña de defensa fue entregado en enero a la Sociedad Histórica del estado de Wisconsin en Madison.

Una selección de documentos de este importante capítulo de las luchas del pueblo trabajador en Estados Unidos también está disponible en el sitio web del Militante.

El Fondo de Lucha del Militante emergió de un reñido esfuerzo iniciado en 2003 por mineros del carbón en la mina Co-Op cerca de Huntington, Utah, para ganar la representación sindical del UMWA. Los partidiarios del Militante establecieron el Fondo en 2004 para defender al periódico de una demanda legal hostigatoria entablada por la compañía C.W. Mining, los dueños de Co-Op, y su aliada, la Asociación Internacional de Trabajadores Unidos (IAUWU), considerada por los mineros como un sindicato amarillo.  
 
Lucha de mineros por un sindicato
En agosto del 2003, mineros del carbón de Co-Op empezaron a discutir como luchar por mejores salarios, condiciones de trabajo más seguras y dignas. Al igual que muchos otros mineros en el país, enfrentaban condiciones de trabajo inseguras y no tenían hacia donde recurrir ante el abuso de la compañía. El salario base en esta mina para mineros subterráneos era de 5.50 dólares por hora, comparado al promedio nacional de 17 dólares por hora. Los mineros, la mayoría inmigrantes de México, empezaron a organizar un sindicato para lograr sus metas. El sindicato minero UMWA se comprometió en apoyar su esfuerzo.

El 22 de septiembre de 2003, la compañía impuso un cierre patronal a unos 75 mineros de Co-Op después que estos realizaran un paro laboral para exigir que Bill Estrada, un partidario del sindicato, fuera restituído a su puesto. Su despido sucedió poco después de otros intentos de la compañía de victimizar a partidarios de la unión.

Los trabajadores convirtieron el cierre patronal en una huelga. Ganaron un amplio apoyo por todo el país y el mundo. Locales sindicales, especialmente en el Oeste, junto a organizaciones comunitarias y laborales, brindaron solidaridad en forma de donativos de alimentos y financieros. El apoyo vino de lugares tan lejos como Nueva Zelanda y el Reino Unido.

Desde el principio, el Militante fue la principal voz de la causa de los mineros, presentando los hechos semana tras semana, y pidiendo apoyo para la lucha por toda Norteamérica y el mundo —muy similar a lo que el periódico ha hecho con otras batallas laborales en décadas pasadas. En tres años, el Militante publicó 150 artículos y nueve editoriales sobre la lucha y otros eventos relacionados.

La huelga duró cerca de 10 meses. Por haberse defendido contra los patrones, los mineros de Co-Op tocaron una fibra sensitiva entre trabajadores y sus acciones tuvieron influencia en la región. Mineros sin sindicato visitaron la línea de piquetes para traer apoyo. Chóferes de camiones de carbón entraron en contacto con el UMWA para discutir la sindicalización. Miembros de sindicatos de trabajadores de ferrocarriles y de electricistas empezaron a discutir como usar su peso para detener la venta y transporte de carbón minado por esquiroles.  
 
Cambia el terreno de lucha
Como resultado de la huelga, en julio de 2004, C.W. Mining se vio obligada a ofrecer restituir a los trabajadores en sus puestos y permitir una elección por representación sindical más tarde ese año. El acuerdo vino después de un fallo de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) estableciendo que los 75 mineros habían sido despedidos ilegalmente, ordenando a la compañía a que los restituya.

Cerca de la mitad de los mineros regresaron a sus puestos; otros ya habían obtenido nuevos trabajos. Mientras los mineros que habían regresado a trabajar se organizaban para convencer a los trabajadores que habían cruzado la línea de piquetes a que votaran a favor del UMWA, los partidarios del sindicato enfrentaron una guerra virtual de la compañía dentro de la mina.

“Ese fue el momento en la lucha en que existían las mejores condiciones para … reivindicar un local del UMWA en la Co-Op”, dijo Alyson Kennedy, ex minera de Co-Op, al Militante en 2006.

“Eso era lo que se nos presentaba”, dijo, “si la acción obrera en esta localidad, en la región y a nivel nacional hubiera sido suficientemente fuerte para reforzar lo que se estaba haciendo en la línea de piquete y, después, cuando habíamos regresado a la mina”. Pero ese tipo de ayuda más amplia del movimiento laboral nunca fue organizada, señaló Kennedy.

Unos días antes de la elección de representación sindical en diciembre de 2004, C.W. Mining despidió a 30 trabajadores.

La compañía alegó que acababan de descubrir que estos mineros no tenían los documentos apropiados para trabajar en Estados Unidos, aunque muchos de ellos llevaban muchos años trabajando en la mina con los mismos documentos.

Incapaces de derrotar a los mineros en la línea de piquetes o en la mina, C.W. Mining intentó trasladar el enfoque de la lucha hacia las cortes. En septiembre de 2004, la compañía y la IAUWU iniciaron una demanda por difamación en una corte federal en Salt Lake City contra más de 100 individuos y organizaciones.

Los patrones del carbón buscaban frustrar la determinación de los mineros de formar un sindicato de su preferencia y asestarle golpes a todos aquellos que estaban divulgando la lucha y organizando solidaridad para los mineros.

Entre los acusados se encontraban 16 dirigentes de la lucha por un sindicato en Co-Op, el sindicato UMWA y varios de sus funcionarios, la diócesis de la iglesia católica en Salt Lake City, el Partido Socialista de los Trabajadores y el Militante. La demanda de los patrones describió falsamente al Militante como “un periódico que le pertenece y está bajo el control del Partido Socialista de los Trabajadores, el cual es responsable por su contenido”. Otros periódicos también fueron atacados, incluso los diarios con mayor circulación en Utah, el Salt Lake Tribune, y el Deseret Morning News y el Intermountain Catholic, el periódico de la diócesis católica en Salt Lake City, así como también una cantidad de individuos, organizaciones y sindicatos que estaban dando apoyo a los mineros de Co-Op.  
 
Amplio trabajo de defensa
A medida que se desarrolló la campaña de C.W. Mining en contra de la lucha de sindicalización, la compañía usó su demanda para concentrar su fuego contra los mineros, el UMWA y el Militante. Aseveraban que los mineros divulgando públicamente su esfuerzo organizativo y cualquiera que los apoyara o reportara lo que ellos decían, era culpable de difamación en contra de la compañía.

El Militante organizó el Fondo de Lucha del Militante para recabar fondos para cubrir los costos de abogados y otros gastos del juicio, y para asegurar que el periódico pudiera continuar su cobertura sobre el movimiento laboral y su política editorial socialista sin dejarse intimidar, incluso mantenerse siendo una voz consistente de la lucha de los mineros de Co-Op. Motivados por ésta lucha y por el creciente peso político de los inmigrantes de México y de otras partes de Latinoamérica en la clase trabajadora en Estados Unidos, en junio de 2005 el Militante publicó su primer número bilingüe y desde entonces ha aparecido en inglés y español.

Unos 1 470 individuos y organizaciones endosaron el Fondo de Lucha del Militante. Entre ellos 10 sindicatos internacionales; 26 locales sindicales; 230 funcionarios de sindicatos; y cientos de defensores de la libertad de expresión y la libertad de prensa, partidarios de los derechos laborales y otros.

De los 122 mil dólares contribuidos al Fondo, más de 6 mil fueron contribuidos por locales sindicales y organizaciones laborales. El Militante otorgó 23 mil dólares al esfuerzo de defensa para cubrir los gastos iniciales. Después de pagar los gastos de abogados y otros costos, 37 925 dólares fueron regresados al Militante.

El 6 de julio de 2006, casi tres años después que les impusieran el cierre patronal, un juez federal en Salt Lake City desestimó la demanda de C.W Mining. El UMWA, el Militante y los 16 mineros habían llegado a un acuerdo con C.W Mining y la IAUWU para ponerle final a la demanda y a los cargos pendientes ante la NLRB. Emitida en medio de un masivo movimiento proletario por la legalización para los inmigrantes y durante el año con el número más alto de muertes de mineros del carbón en más de una década, la decisión del juez fue confirmación que los mineros se habían mantenido firmes ante los patrones una vez más.

En un artículo publicado en el Militante del 7 de agosto de 2006, su editor, Argiris Malapanis, señaló que la desestimación de la demanda fue una importante victoria para la clase trabajadora y el movimiento laboral.  
 
En nuestro sitio web
Los materiales del Fondo de Lucha del Militante disponibles en el sitio web del Militante incluyen un índice de los artículos ahora disponibles en la Sociedad Histórica del estado de Wisconsin, un resumen de introducción y una cronología de la lucha de sindicalización y la lucha para derrotar las acciones vengativas de los patrones en la corte; varios artículos del Militante y la revista Nueva Internacional que explican el lugar que ocupó la lucha y el significado del desenlace para el movimiento laboral; el resumen del reporte financiero del Fondo; y la lista final de patrocinadores del fondo.

Los archivos del Fondo de Lucha del Militante en la Sociedad Histórica del estado de Wisconsin complementan a otros sobre significativas campañas de defensa laborales y políticas que también ahí se encuentran. La sociedad guarda los archivos del Comité por los Derechos Civiles, el cual hizo campaña a favor de los dirigentes del Partido Socialista de los Trabajadores y del antiguo local 544-CIO del sindicato Teamsters de Minneapolis, quienes fueron acusados con cargos fabricados en 1941 y subsecuentemente enviados a una prisión federal por sus actividades para organizar oposición en el movimiento obrero a la entrada de Washington a la Segunda Guerra Mundial.

Otras colecciones incluyen los archivos de casos de defensa de víctimas de la lucha de clases, desde el Comité de Derechos Civiles para Kutcher, que fue formado en 1948, el cual luchó exitosamente contra el despido de James Kutcher, un veterano lisiado de la Segunda Guerra Mundial, como empleado público por ser miembro del Partido Socialista de Trabajadores; hasta el Comité de defensa de Mark Curtis, y del Comité de defensa de Róger Calero, que luchó exitosamente en 2002 y 2003 contra los esfuerzos del gobierno de deportar a Calero, un reportero del Militante,.  
 
 
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