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Vol. 71/No. 9      5 de marzo de 2007

 
Lanzan ‘Primera y Segunda Declaración
de La Habana’ en feria del libro en Cuba
(portada)
 
POR MARTÍN KOPPEL
Y MAURA DELUCA
 
LA HABANA—La Primera y Segunda Declaración de La Habana, el nuevo libro de Pathfinder, fue presentado aquí el 13 de febrero en la Feria Internacional del Libro de La Habana.

La Primera y la Segunda Declaración fueron aprobadas por asambleas de millones de trabajadores cubanos el 2 de septiembre de 1960 y el 4 de febrero de 1962, respectivamente. Cada una de ellas fue una respuesta a los pasos que tomó la Organización de Estados Americanos (OEA) bajo la iniciativa de Washington, para aislar e intentar destruir la Revolución Cubana que venía avanzando.

El nuevo título, publicado en ediciones en inglés y en español, fue uno de las decenas de libros presentados durante el festival de diez días, donde también hubo lecturas de poesía, conciertos, programas infantiles, muestras de cine, baile y otras presentaciones.

Este año la feria, el mayor evento cultural anual en Cuba, atrajo a más de 600 mil personas, informaron los organizadores. Ahora se encuentra en gira por 39 otras ciudades por toda la isla y culminará el 11 de marzo en Santiago de Cuba, en el oriente de la isla.

La Primera y Segunda Declaración de La Habana, fue presentada por un panel de oradores que incluía a José Ramón Fernández, vicepresidente del consejo de ministros; Fernando Rojas, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) en La Habana; Mario Rodríguez, miembro del consejo de dirección nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana; Gladys Hernández del Centro de Investigación de la Economía Mundial (CIEM); y Mary-Alice Waters, la editora del libro y presidenta de Pathfinder. El evento fue moderado por Iraida Aguirrechu de Editora Política, la casa editorial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Unas 75 personas llenaron completamente la sala, entre ellos muchos jóvenes, tanto cubanos como otros de Estados Unidos, Siria, Uruguay, El Salvador, Brasil y otros países que están estudiando en Cuba. También participaron numerosos combatientes revolucionarios cubanos y otros que cada año vienen a la feria a buscar los libros de Pathfinder.  
 
Muestra que la revolución es posible
Estos dos manifiestos de lucha revolucionaria publicados en el nuevo libro, dijo Waters, ayudan a "explicar qué es el imperialismo. Explicar por qué el imperialismo solo puede ser enfrentado con una lucha revolucionaria profundamente popular de los trabajadores y campesinos que derrote el poder militar y económico de la clase capitalista, establezca un gobierno revolucionario y defienda los intereses del pueblo trabajador, y ayude a dirigir a los trabajadores hacia la transformación de todas las relaciones económicas y sociales".

Waters citó a la Segunda Declaración de La Habana: "¿Qué enseña la Revolución Cubana? Que la revolución es posible".

Explicó como el nuevo libro nació en la Feria del Libro de Venezuela el pasado noviembre, como producto de las amplias discusiones políticas que se dieron allá. Quedo bien claro, dijo Waters, "que los trabajadores, campesinos y jóvenes en Venezuela no conocen muy bien políticamente la verdadera historia de la Revolución Cubana. Muchos tienen grandes esperanzas e ilusiones de que se puede evitar un enfrentamiento violento con Washington porque Venezuela tiene petróleo y otros recursos naturales que necesita el capitalismo norteamericano".

El nuevo libro fue publicado porque, ante todo, "lo necesitan los trabajadores combativos y jóvenes de disposición revolucionaria en Estados Unidos", dijo Waters. Y mencionó las masivas movilizaciones de trabajadores que se extendieron por todo el país el año pasado para exigir la legalización de todos los trabajadores indocumentados.

Esta resistencia del pueblo trabajador a los ataques capitalistas dentro del país, al igual que a la guerra en Iraq y otros ataques imperialistas en el exterior, dijo Waters, son parte del "mundo en que tanto hace falta la claridad política de las Declaraciones de La Habana y la trayectoria revolucionaria que plantean".

Gladys Hernández, coordinadora del grupo de finanzas internacionales del CIEM, un prominente instituto de investigación económica aquí, dijo que le impresionó la declaración del dirigente revolucionario ruso V.I. Lenin citada en el prefacio del libro: "La política empieza allí donde hay millones de personas; la política seria empieza allí donde hay no miles, sino millones de personas". Enfatizó, "que ese es el poder del que hablan las dos declaraciones".

Hernández dio elogios a Pathfinder por "publicar libros como éste por más de 40 años. Es una editorial, surgida con la Revolución de Octubre [de 1917 en Rusia], que se ha encargado de impulsar el entendimiento, la confianza y la combatividad del pueblo trabajador por todo el mundo".  
 
Nada, nada nos detenía
Mario Rodríguez habló en nombre de la dirección nacional de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. El fue un combatiente en la lucha urbana contra la dictadura de Batista en La Habana en los años 50, y más tarde sirvió como embajador de Cuba en Italia y México.

Rodríguez, uno de los que estuvieron presentes en las asambleas de 1960 y 1962 donde fueron aprobadas las dos declaraciones, dijo que el nuevo título "viene a enriquecer el arsenal político de las nuevas generaciones de revolucionarios".

Cuando estos manifiestos fueron publicados, dijo, el pueblo cubano estaba en medio "de consolidar el poder revolucionario. Se enfrentaba a la realidad de un enemigo poderoso: el imperialismo norteamericano y sus lacayos en América Latina, que obstaculizaban la aplicación incluso de los primeros pasos que dimos". Entre ellos traer ante la justicia a los odiados torturadores y esbirros de la antigua tiranía de Batista.

A medida que se profundizó la Revolución Cubana, explicó Rodríguez, Washington aumentó su campaña de calumnias e intentos de estrangular a Cuba. En marzo de 1960, La Coubre, un barco cargado con armas belgas que Cuba había adquirido para su defensa, fue explotado en el puerto de La Habana, matando a 101 personas. Cuatro meses más tarde Washington cortó las importaciones de azúcar de la isla.

Ante estos ataques, "nada, nada nos detenía".

"Al demoler las instituciones represivas armadas y civiles, el pueblo se organizaba en batallones, en compañías de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en milicias populares", sindicatos y otras organizaciones de masas.

"Se proclama la Primera Declaración de La Habana en este entorno revolucionario", dijo. "Proclamábamos el derecho soberano a establecer relaciones con la República Popular China, de establecer relaciones con la Unión Soviética, y aceptábamos la ayuda solidaria de esta frente a la agresión imperialista".

En los meses posteriores a la Primera Declaración, los cubanos se movilizaron en una campaña que erradicó el analfabetismo en un año, a pesar de los asesinatos de alfabetizadores voluntarios por contrarrevolucionarios. En abril de 1961 los trabajadores y campesinos derrotaron la invasión organizada por Washington en Playa Girón. Para entonces muchos revolucionarios cubanos estaban luchando "conscientes por el socialismo", dijo.

Ese fue el contexto en el que fue emitida la Segunda Declaración en febrero de 1962, cuando "proclamábamos ante América y el mundo el deber que todo revolucionario tiene: hacer la revolución".

Ese mismo año, dijo Rodríguez, nació la Unión de Jóvenes Comunistas, se tomaron pasos para construir un partido revolucionario y el pueblo trabajador se movilizó masivamente para detener la mano del imperialismo norteamericano con sus amenazas de un ataque nuclear en la crisis de los "misiles" de octubre de 1962.

Como el Manifiesto Comunista de Karl Marx y Federico Engels, dijo Rodríguez, la Primera y Segunda Declaración de La Habana no son "ni recetas, ni manuales". Salen de la lucha revolucionaria en Cuba por un futuro en que "la explotación del hombre por el hombre tiene que quedar detrás".

Fernando Rojas, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) en la ciudad de La Habana, fue uno de los muchos cubanos y otros en la sala que todavía no habían nacido cuando fueron emitidas la Primera y Segunda Declaración de La Habana. "Necesitan estar disponibles hoy de la manera más amplia posible", dijo. "La editorial Pathfinder las ha presentado de modo de hacer que sean más accesibles para nuevas generaciones de militantes".

Subrayando ese punto, muchos de los que se detuvieron en el stand de Pathfinder durante la feria comentaron sobre la importancia del nuevo libro precisamente porque las dos declaraciones no han sido impresas aquí en Cuba en muchos años.

Ante todo, dijo Rojas, La Primera y Segunda Declaración de La Habana muestra "el profundo carácter popular de la Revolución Cubana", trayendo lecciones importantes, especialmente para aquellos que no vivieron durante la victoria de la Revolución Cubana y sus primeros años.

Las 16 páginas del libro con fotos, cronología y glosario de personajes "tienen un importante carácter orientador para los más jóvenes", dijo.

El dirigente estudiantil dijo que él también había hablado en una presentación de los dos números más recientes de la revista Nueva Internacional durante la feria el año pasado. El expresó apreciación de que "las dos veces, los compañeros de la Pathfinder han insistido en la participación de jóvenes cubanos" en el panel.

José Ramón Fernández, quien concluyó la presentación, describió algunos de los eventos en los que él participó durante el periodo marcado por los manifiestos de 1960 y 1962. Refiriéndose al incidente de La Coubre, explicó que después de la primera mortal explosión, hubo una segunda explosión al momento que una cantidad de trabajadores y personal médico corría hacia la escena para recoger a los muertos y atender a los heridos.

En septiembre de 1960, Fernández encabezaba la escuela donde se graduó la primera clase de oficiales de las recién formadas Milicias Nacionales Revolucionarias. Los milicianos, dijo, tuvieron la responsabilidad de defender la gran plaza pública colmada por un millón de personas que se reunieron para escuchar y después ratificar la Primera Declaración de La Habana leída por Fidel Castro.  
 
Arrojo y clara conciencia
Fernández también estuvo al mando de la principal columna de fuerzas que aplastó el ataque imperialista en Playa Girón en abril de 1961. El pueblo trabajador cubano derrotó esta invasión, dijo Fernández, "no por sus armas o preparación técnica, sino por su arrojo y clara conciencia de saber por qué luchaba".

Más de cuatro décadas más tarde, dijo, millones de cubanos tienen un entendimiento político más profundo. Sin embargo, "nada habrían hecho las generaciones nuestras sino trabajaran cada día por formar en las nuevas generaciones una conciencia y un espíritu de lucha para seguir defendiendo y llevando adelante la revolución, la lucha por un mundo mejor y más justo.

"Por eso damos las gracias a la editorial Pathfinder, que siempre se ocupa de traer libros que contribuyen a este trabajo", dijo Fernández.

Al final de la reunión, varias docenas de personas compraron el libro. Entre ellos tres estudiantes de la Universidad de California en Davis que están tomando cursos en La Habana. "No sabía nada sobre estas declaraciones hasta que vine aquí", dijo Ana Ochoa, de 22 años de edad, quien estaba ansiosa de ahondar en el libro.

Setenta y dos copias del libro fueron vendidas en el evento, 52 en español y 20 en inglés. Otras 43 fueron vendidas en el stand de Pathfinder durante la feria. Casi 100 más fueron distribuidas a varias bibliotecas, organizaciones e individuos.
 
 
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