Vol. 71/No. 19 14 de mayo de 2007
Cientos de miles de trabajadores cubanos marcharon por las calles de La Habana el Primero de Mayo con dos reclamos de justicia elemental. Exigieron que el gobierno norteamericano extradite a Luis Posada Carriles, asesino entrenado por la CIA, para que sea enjuiciado por sus ataques criminales contra Cuba. Y reclamaron la libertad de cinco revolucionarios cubanos que cumplen largas penas de cárcel en Estados Unidos bajo cargos fabricados.
Ambas demandas merecen el apoyo del pueblo trabajador. Es más, el historial infame de Posada Carriles y la doble moral de Washington acerca de estos dos casos son argumentos potentes para exigir la libertad de los Cinco Cubanos.
Posada actualmente está libre bajo fianza en Miami, aguardando un juicio en mayo por cargos de violaciones migratorias. Un juez de inmigración ordenó su deportación a cualquier país menos a Cuba o Venezuela, las dos naciones que han pedido su extradición.
Posada, colaborador de la tiranía de Batista en Cuba en los años 50, fue reclutado por la CIA y durante casi cinco décadas ha ocupado un papel en la guerra de terror de Washington contra la Revolución Cubana. Orquestó ataques dinamiteros contra Cuba en una docena de países de América Latina y el Caribe, entre ellos la voladura de un avión cubano en que murieron sus 73 ocupantes. Arrestado en Venezuela para ser enjuiciado, escapó gracias a sus conexiones entre las policías secretas venezolana y norteamericana, y reanudó sus mortíferas actividades, incluida una serie de bombazos en hoteles cubanos en 1997. Tres años después fue sentenciado en Panamá a ocho años de prisión por un frustrado atentado contra el presidente cubano Fidel Castro, pero el gobierno panameño lo indultó en 2004. Cuando el gobierno cubano expuso en público su presencia en Florida en 2005, las autoridades norteamericanas lo detuvieron por violar leyes de inmigración, no por sus delitos.
En cambio, en 1998 el FBI detuvo a los Cinco Cubanos Fernando González, Antonio Guerrero, René González, Gerardo Hernández y Ramón Labañino bajo falsos cargos de conspiración para cometer espionaje, entre otros. Fueron recluidos bajo confinamiento solitario, declarados culpables tras un juicio injusto y sentenciados a largas penas, tres de ellos a cadena perpetua.
¿Cuál fue el delito de estos hombres? Ayudar a defender la soberanía de Cuba informando sobre las acciones de grupos e individuos derechistas cubanoamericanos que han organizado ataques violentos contra Cuba con el conocimiento y la complicidad de las autoridades norteamericanas.
El historial de Posada Carriles y lo que ha hecho Washington para protegerlo son pruebas claras que las acciones de los Cinco Cubanos se justificaban plenamente. La conducta del gobierno norteamericano se desprende de un hecho sencillo: los gobernantes ricos de este país odian y temen el ejemplo de la Revolución Cubana porque ésta muestra a los trabajadores de toda América y del mundo que sí es posible liberarse de la dominación imperialista y la explotación capitalista.
Todos los que defiendan la justicia y la soberanía de Cuba deben apoyar la campaña por la libertad de los Cinco Cubanos y la demanda de extraditar a Posada Carriles a Venezuela. Divulgue y participe en las protestas del 11 de mayo en diversas ciudades estadounidenses a favor de estas demandas.
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