Vol. 71/No. 40 29 de octubre de 2007
Vemos enfrentamientos prolongados por actores estatales y no estatales alimentados por un extremismo islámico que se extiende, una competencia por fuentes energéticas, todo este asunto de globalización, cambios climáticos y demográficos, así como el creciente uso de la violencia para lograr objetivos políticos e ideológicos, dijo el general Michael Vane, director de abastecimiento a largo plazo de armamentos del ejército. Sus comentarios aparecieron en la revista Defense News (Noticias de la Defensa).
El jefe del estado mayor del ejército, general George Casey, tocó temas similares en su testimonio ante el Congreso el 26 de septiembre, donde dijo que los conflictos venideros serán luchas prolongadas contra un enemigo que adopta técnicas asimétricas, asume enfoques indirectos y se sumerge entre la población.
Eso significa más soldados que combatan con grupos pequeños de fusileros en entornos urbanos estrechos, dijo Defense News. Con ese objetivo en mente, dijo la publicación, el ejército está adaptando los vehículos tácticos ligeros con más blindaje, aumentando las reservas de municiones de precisión y acelerando aspectos de su programa de Sistemas de Combate para el Futuro.
La expectativa de que los soldados continuarán luchando contra pequeños grupos de enemigos en ciudades muy pobladas acentúa su necesidad de balas que maten con precisión, informó. El ejército ya tiene planes de acelerar la introducción de video sensores no tripulados y vehículos aéreos no tripulados, llamados drones, que son más adecuados para la guerra urbana.
La necesidad que tiene el ejército de mantener y transformar su equipo significa que no habrá un dividendo de tiempos de paz, dijo Ricky Smith, director del Centro de Integración de Capacidades del Ejército Centro-Adelante.
La alta probabilidad de que se den conflictos más amplios la confirmó el anuncio del gobierno turco el 15 de octubre de planes de que va a solicitar autorización del parlamento para llevar a cabo operativos militares en el Kurdistán iraquí para atacar a las guerrillas del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), que han estado luchando contra Ankara por décadas.
Los kurdos forman parte de una nacionalidad oprimida que vive en un territorio que abarca partes de Iraq, Turquía, Irán, Armenia y Siria. La autonomía lograda por los kurdos en Turquía ha agudizado su lucha contra la opresión nacional en toda la región, incluso en Turquía, donde vive más de la mitad de la población kurda. Ankara teme que la región autónoma en el Kurdistán iraquí inspire los anhelos nacionales entre los cerca de 15 millones de kurdos en Turquía. También le preocupa el posible control kurdo de los vastos campos petroleros en el norte de Iraq.
El anuncio del gobierno turco de que podría invadir el Kurdistán iraquí se hizo dos semanas después de que Ankara firmara un pacto de anti-terrorismo con el régimen respaldado por Washington en Bagdad. El acuerdo incluye cooperación financiera y de espionaje para combatir al PKK.
Ankara no logró que Bagdad permitiera que tropas turcas operen en el Kurdistán iraquí debido a la oposición de funcionarios del Gobierno Regional de Kurdistán.
El ejército turco ya bombardea rutinariamente pueblos fronterizos, donde, según Ankara, se hallan los campamentos del PKK. También mantiene 1500 efectivos varias millas dentro del norte de Iraq.
Washington ha advertido a Ankara contra cualquier acción que desestabilice el norte de Iraq. Las relaciones entre Washington y su aliado en la OTAN se han tensado más debido a una resolución que está discutiendo el Congreso norteamericano que califica de genocidio el asesinato de un millón y medio de armenios a manos del ejército turco a comienzos de la Primera Guerra Mundial.
La administración Bush ha abogado contra la resolución advirtiendo que podría socavar la guerra dirigida por Washington en Iraq. Turquía retiró a su embajador en Washington para consultas y amenazó con reducir su asistencia logística para la guerra en Iraq. Un 70 por ciento del cargamento aéreo norteamericano para Iraq y un tercio del combustible que usa el ejército norteamericano en Iraq se transportan a través de Turquía.
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