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Vol. 72/No. 1      7 de enero de 2008

 
Conferencia internacional impulsa campaña
por libertad de los Cinco de Cuba
(portada)
 
POR CHRIS HOEPPNER
Y WENDY LYONS
 
TIJUANA, México—“No podemos confiar en el sistema judicial de Estados Unidos para ganar la libertad de los cinco cubanos presos en cárceles de ese país”, dijo Irma Sehwerert, madre de René González. “No tenemos ilusiones de que esto cambie después de Bush. Tenemos que divulgar los hechos de quienes son los cinco”.

Unas 80 personas escucharon a Sehwerert en la Conferencia Sindical Cuba-Venezuela-México-Norteamérica, celebrada en esta ciudad del 7 al 9 de diciembre.

Sindicalistas, académicos, estudiantes y activistas políticos de varios países participaron en la conferencia, auspiciada por el Intercambio Laboral Cuba-EE.UU. y otras organizaciones sindicales y políticas.

Los Cinco Cubanos —Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González— fueron arrestados por policías del FBI en 1998 y condenados por “conspirar para cometer espionaje” y otros cargos fabricados. Hernández también fue condenado bajo cargos falsos de “conspiración para cometer asesinato”.

Los cinco revolucionarios cubanos habían estado monitoreando las actividades de grupos contrarrevolucionarios en Florida que han realizado ataques asesinos en Cuba con la complicidad de Washington.

“En Cuba tenemos dignidad”, dijo Sehwerert, “y les puedo asegurar que ellos [el gobierno de Estados Unidos] nunca quebrantarán nuestra dignidad”.

En una entrevista con el Militante, Sehwerert dijo haber vivido en Estados Unidos por nueve años cuando era joven. Su familia emigró de Cuba en 1952, cuando ella tenía 14 años y vivió en Chicago e Indiana.

“Vi el trato racista a los negros y a los latinos”, dijo. “Cuando cursaba la secundaria había una pandilla racista. A uno de los estudiantes negros se le rompió su lápiz, y cuando yo le di uno, la pandilla hizo amenazas en mi contra. Mi madre me sacó de esa escuela y me envió a una escuela católica”.

Sehwerert se casó con Cándido René González, nacido en Cuba. Consiguió un empleo en una fábrica donde trabajaban muchos puertorriqueños. Cuando ella intentó ayudar a una compañera de trabajo quien estaba embarazada para obtener un permiso para ir a visitar a su esposo, quien estaba hospitalizado, el patrón dijo: “Ella llora mucho, dale un chupón”. Sehwerert comenzó a discutir con los compañeros de trabajo sobre la necesidad de formar un sindicato. Su esposo trabajó en una fábrica de acero en Indiana y participó en una larga huelga de trabajadores del acero en 1959.

Ambos se volvieron partidarios del movimiento revolucionario en Cuba para derrocar a la dictadura de Batista respaldada por Washington. Se integraron al Movimiento 26 de Julio en Chicago, y más tarde al Comité Pro Trato Justo a Cuba. “Recuerdo la manifestación que hicimos en las calles de Chicago durante la invasión de Cuba [en la Bahía de Cochinos en abril de 1961] coreando ‘No a la intervención en Cuba’”. En 1961 regresó a Cuba para trabajar en apoyo a la revolución.

“Continúen divulgando la verdad sobre Cuba en Estados Unidos”, dijo. “Sé que muchos trabajadores ahí tienen un profundo sentido de solidaridad cuando saben la verdad”.  
 
Otras luchas
Sindicalistas acudieron a la conferencia de ambos lados de la frontera México-Estados Unidos, así como también representantes de sindicatos de Cuba y Venezuela. Además de discutir cómo movilizar apoyo a favor de los cinco cubanos presos en Estados Unidos bajo cargos fabricados, los participantes a la conferencia discutieron sobre la lucha de clases que se viene agudizando en Venezuela, las prácticas comerciales explotadoras que el imperialismo norteamericano impone sobre los países latinoamericanos, y la lucha para defender a los trabajadores indocumentados en Estados Unidos de las redadas y deportaciones.

Una de las participantes en la conferencia fue Elvira Arellano, una trabajadora mexicana que se convirtió en una vocera muy conocida de la lucha en contra de las deportaciones. “Me enteré sobre los Cinco de Cuba en Chicago. Es muy injusto por que están tratando de presentarlos como terroristas, cuando son seres humanos que están defendiendo la libertad de su pueblo”.

Arlene Rubinstein y Gerardo Sánchez contribuyeron a este artículo.  
 
 
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