Vol. 72/No. 2 14 de enero de 2008
La administración Bush está utilizando el asesinato para presionar al presidente paquistaní Pervez Musharraf a que haga más en la guerra contra el terrorismo. Su régimen ha culpado a al-Qaeda por el asesinato. Dirigentes de los principales partidos de oposición han acusado al gobierno de encubrir y posiblemente participar en el asesinato.
Bhutto, era líder del Partido Popular de Pakistán (PPP). Fue asesinada el 27 de diciembre cuando la caravana en que viajaba fue atacada después de un mitin en Rawalpindi. Su hijo, Bilawal Bhutto Zardari, de 19 años, ha sido nombrado su sucesor y presidente del PPP. Su esposo, Asif Ali Zardari, es co-presidente.
Las amplias protestas contra el asesinato que estallaron en ciudades importantes y en Sindh, la provincia natal de Bhutto, en gran parte ya han terminado. Centenares de bancos, estaciones de policía, terminales de tren y fábricas fueron quemados durante las protestas. Musharraf ordenó a las fuerzas de seguridad de usar todas las medidas para parar las protestas.
La muerte de Bhutto ha complicado más los esfuerzos de Washington y las fuerzas capitalistas en Pakistán para armar un gobierno de coalición suficientemente estable que sea un aliado más eficaz en la guerra global contra el terrorismo del gobierno estadounidense.
El PPP de Bhutto es el partido político más grande en Pakistán. Otro partido de oposición capitalista, la Liga Musulmana de Pakistán (Nawaz), es encabezado por Nawaz Sharif, también un ex primer ministro. Ambos Sharif y Bhutto, provienen de familias acaudaladas de la clase gobernante. Ambos habían sido forzados a renunciar por cargos de corrupción e hicieron acuerdos para irse al exilio. Un grupo que se denomina la Liga Musulmana de Pakistán (Quaid-e-Azam) se escindió de Sharif en 2002 y ha sido el elemento principal del apoyo político de Musharraf.
El gobierno estadounidense había instado a Musharraf a formar un gobierno de coalición con Bhuto y otros en la oposición capitalista para contrarrestar los logros de grupos armados apoyados por al-Qaeda en ambos lados de la frontera de Pakistán con Afganistán.
Dirigentes del PPP rechazaron las declaraciones del 30 de diciembre por funcionarios del gobierno paquistaní de que las elecciones podían ser pospuestas por lo menos un mes. Sharif también se ha opuesto a cualquier aplazamiento, pero uno de sus voceros dijo que un aplazamiento corto sería aceptable. Sharif había llamado por un boicot de las elecciones, pero cambió de posición después de un mitin en la residencia de la familia Bhutto.
Sharif y los Bhuttos calculan que unas elecciones realizadas poco después de la muerte de Benazir Bhutto resultaría en mayores votos a favor de la oposición. Musharraf indudablemente teme lo mismo.
Los candidatos demócratas y republicanos también han usado el asesinato para subrayar sus calificaciones para dirigir la llamada guerra contra el terror. El senador John McCain defendió a Musharraf por haber hecho un buen trabajo como aliado en la lucha contra el terrorismo. El senador Barack Obama dijo que la ayuda militar a Pakistán debería suspenderse al menos que Musharraf tome en serio la lucha contra al-Qaeda.
Funcionarios de la OTAN han instado a Musharraf a continuar la cooperación militar para combatir contra grupos islamistas armados en la frontera de Afganistán.
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