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Vol. 72/No. 19      12 de mayo de 2008

 
Protestan en N.Y. contra absolución
de los policías que mataron a Sean Bell
(portada)

POR BRIAN WILLLIAMS  
NUEVA YORK—Cientos de personas salieron a las calles el 25 de abril cuando el juez Arthur Cooperman de la Corte Suprema de Queens, después de un juicio sin jurado, absolvió a tres policías de todos los cargos relacionados con la muerte de Sean Bell, un afroamericano de 23 años.

“Estoy furiosa, frustrada, conmocionada”, dijo Jennifer Claude, miembro del Local 1199 del sindicato de empleados de servicios SEIU, en un mitin de 300 frente al tribunal la noche que se anunció el fallo.

“Volvieron a matar a Sean”, dijo Nicole Paultre Bell, la prometida de Sean, en un mitin el 26 de abril en Harlem. “El sistema de justicia me ha defraudado. En todas las marchas voy a estar al frente”.

Cinco policías encubiertos acribillaron a Bell con una descarga de 50 balazos el 25 de noviembre de 2006, mientras él y sus amigos Trent Benefield y Joseph Guzmán estaban sentados en el auto de Bell frente a un club nocturno en Jamaica, Queens. Bell estaba celebrando su despedida de soltero, horas antes de su boda. Benefield y Guzmán fueron heridos de gravedad.

Un gran jurado instruyó de cargos a los detectives Gescard Isnora y Michael Oliver por asesinato en primero y segundo grados, y al detective Marc Cooper por imprudencia temeraria. Los tres, quienes dispararon 46 tiros, alegaron que abrieron fuego porque creyeron que Guzmán intentaba agarrar un arma. Los tres jóvenes negros no portaban armas.

“Tenían que haberlos sentenciado por lo que se merecían. Si yo hubiera hecho eso, me habrían dado una sentencia de 25 años hasta cadena perpetua”, dijo Benefield a la prensa. Prometió “seguir luchando” por la justicia.

“Hoy es él [Sean Bell], mañana podría ser yo. A mí también me tratan como criminal”, dijo al Militante Rogelio, un inmigrante que trabaja con Vamos Unidos, grupo que lucha contra el acoso policiaco contra vendedores ambulantes.

El juez Cooperman afirmó que la fiscalía no probó que los disparos de la policía fueron injustificados. Dijo que no creyó el testimonio de Benefield y Guzmán. Afirmó que estos presentaron “hechos contradictorios”, tenían antecedentes penales y que no le gustó el “comportamiento” de Guzmán cuando testificó.

Tras el juicio hubo críticas de cómo el fiscal de distrito Richard Brown presentó el caso. La fiscalía, por ejemplo, presentó testimonio al juez Cooperman que los detectives habían brindado en el gran jurado. Por tanto, a los fiscales no se les permitió interrogar a los detectives.

Al escuchar el veredicto, Brown elogió a Cooperman como “uno de los juristas más respetados y cultos del país”.

El Departamento de Justicia anunció que investigará el caso de Bell por posibles violaciones de los estatutos criminales de derechos civiles federales.

El 26 de abril, cientos de personas marcharon 20 cuadras por Harlem, coreando, “Sin justicia no hay paz”. Cincuenta de los ellos portaban rótulos con grandes números negros por cada una de las balas que la policía disparó contra Bell y sus amigos.  
 
 
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