Vol. 72/No. 28 14 de julio de 2008
Organizados por sindicatos, organizaciones pro derechos para los inmigrantes e iglesias, más de 80 personas participaron en el mitin para protestar contra una redada hecha por agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) el día anterior contra trabajadores en la fábrica de la Action Rags USA en el este de Houston. Los manifestantes marcharon alrededor del Edificio Federal coreando, ¡Aquí estamos, aquí nos quedamos y no nos vamos! y ¡Sí se puede!
Dos días después otros 30 manifestantes protestaron frente al Centro de Procesamiento de Houston, la cárcel privada de inmigración donde se encuentran detenidos los trabajadores arrestados en la redada.
El 25 de julio a las 7:00 a.m., en lo que los oficiales se jactan en decir es la redada más grande jamás hecha en un sitio de trabajo en Houston, 200 agentes de ICE con chalecos antibalas rodearon la fábrica y condujeron a más de 170 trabajadores, un 70 por ciento de la fuerza laboral, a las camionetas de ICE. Un helicóptero de ICE sobrevolaba la fábrica para asegurarse que los trabajadores no se escondieran en el techo o en otro lugar.
Cuatro trabajadores tuvieron que ser transportados a instalaciones médicas por lesiones sufridas durante el ataque. Los oficiales de ICE dijeron que de los 166 trabajadores detenidos, 130 eran mujeres, incluso 10 que están embarazadas.
Los funcionarios de ICE dijeron que han estado investigando la fábrica por más de un año por supuestamente emplear a trabajadores sospechados de ser inmigrantes ilegales. Reportaron que 135 de los detenidos son oriundos de México, 12 de Honduras, 10 de Guatemala y 8 de El Salvador.
La Cámara de Comercio calcula que hay unos 420 mil inmigrantes indocumentados en los diez condados de la región metropolitana de Houston. Estos trabajadores conforman una décima parte de la fuerza laboral local.
Algunos de los familiares y amigos de los detenidos fueron de prisa a la planta durante la redada. Algunos trabajadores cuyos parientes trajeron sus documentos a la planta fueron puestos en libertad.
Mi suegra está ahí, dijo María López a los reporteros fuera de la planta. La esposa de Francisco Luquín fue detenida. Ella tiene un permiso para estar aquí, dijo. Tenemos siete hijos aquí.
Los funcionarios dicen que 73 de los trabajadores arrestados han sido excarcelados por ser los únicos que pueden cuidar de menores en su familia, por estar embarazadas o tener alguna otra condición médica. Todos, sin embargo, están bajo supervisión y tendrán que comparecer ante un juez de inmigración quien decidirá si serán deportados.
Juana María Olvera, de 35 años, fue una de las detenidas en la Action Rags USA y excarcelada porque está embarazada. Hay muchas mujeres indocumentadas que trabajan aquí, y muchas son madres solteras que trabajan para mantener a sus familias, dijo Olvera a la prensa.
Yo deseo lo mismo que todos los demás. Estamos esperando una amnistía para obtener permiso legal para trabajar, dijo Olvera.
Bajo la amenaza de la deportación, algunos trabajadores están siendo presionados a firmar autorizaciones de salida voluntaria en vez de arriesgarse a perder un pleito contra la deportación.
Teodoro Aguiluz, director del Centro de Recursos Centroamericanos (CRECEN), habló en la manifestación en el edificio federal. Este gobierno sigue atacando a nuestra gente, a toda la comunidad que sólo se dedica al trabajo honrado. Necesitamos parar estas redadas y cambiar estas leyes criminales.
Ceil Roeger, una monja católica, habló en el mitin frente a la cárcel de inmigración. Dijo que participó en ambas protestas porque se oponen a la injusticia. Si hay otra protesta, también estará ahí, añadió. Los manifestantes establecieron una Red de Respuesta de Emergencia que se reunirá el 15 de julio en el edificio de Caridades Católicas en Houston.
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